FUENTE: SACRIFICIUM
Editorial del 2 de Marzo de 2014.
Por el Padre P. Girouard, de la Antigua FSSPX.
Dos caras de Obispos que les sonríen, ¿no es una
manera maravillosa de empezar el día? Tal vez lo sea, pero a condición de no
haber bebido su primera taza de café y tener su mente todavía lenta y confusa.
Pero una mirada a esas caras episcopales podría despertarlo más rápidamente que
su café y hacerlo temblar en todo su cuerpo. Preguntará entonces: ¿Qué pasa?
¿Es una farsa? Y primero, ¿quién es el de la izquierda?
Lo mejor es que respondo a esto antes de
continuar mi artículo, pues tienen que saber de quién se trata: Monseñor Peter
John Elliot nació en una familia anglicana en Melbourne, Australia, en 1943.
Fue recibido en el seno de la Iglesia Católica durante sus estudios en Oxford
en los años sesenta. De regreso a Melbourne, Australia, en 1969, continuó sus
estudios para para el sacerdocio y fue ordenado sacerdote en 1973. Se convirtió
en Doctor en Teología en 1986 en Roma, luego fue consagrado obispo en 2007.
Actualmente es Obispo auxiliar de Melbourne y miembro de la Comisión de
Liturgia de los Obispos. Como conocemos muy bien a Monseñor Fellay, es inútil
que les dé su biografía. Regreso entonces a la pregunta: ¿Se trata de una
farsa?
No, queridos lectores, esto no es una farsa. En
efecto, estos dos obispos se conocen bien y tienen algo en común, al menos es
la opinión de Monseñor Elliott. ¿Qué es lo que comparten? Pues bien, ellos
están DE ACUERDO en la manera de celebrar el Santo Sacrificio de la Misa. ¡WOW!
Ustedes dirán que tal vez esta es una noticia maravillosa, pues seguramente
quiere decir que el Obispo del Novus Ordo se convirtió y se unió a la
Tradición, como fue el caso de Monseñor Lazo de Filipinas. Desgraciadamente, es
al contrario queridos amigos. Podríamos decir más bien que es a la inversa y
que es Monseñor Fellay que se ha unido al Novus Ordo. Bueno, no completamente,
pero se trata de un paso más en esta dirección… En efecto, Monseñor Elliott
afirmó, el pasado 24 de febrero, que Monseñor Fellay (o uno de sus sacerdotes
en su presencia, no está claro) le dijo que la Misa Tridentina podría ser dicha
o cantada en lengua vernácula. Estas son las palabras de Monseñor Elliott:
“Seamos
realistas. Si ustedes quieren que la Forma Extraordinaria se convierta en la
Forma Ordinaria, piensen en los millones de personas que vienen a las Misas
vernáculas en nuestras parroquias del mundo entero, en tantos países y
culturas. ¿Aceptarían ellos una Misa en latín con solamente un monaguillo para
responder? Y no olvidemos a los sacerdotes. Es por eso que se requiere una
medida de realismo pastoral. Pero permítanme lanzar un desafío –una reforma de
la Forma Extraordinaria se requeriría por principio- y noto que eso ya había
sido sugerido en el concilio Vaticano II respecto a una “participación plena,
activa y consciente” (…) En el contexto de la Iglesia en su conjunto, hay otra
cuestión que surge inevitablemente: ¿Podría la forma Extraordinaria ser
dicha o cantada en lengua vernácula? Hace unos años me sorprendí al escuchar
esta propuesta durante una cena con Monseñor Fellay y los Sacerdotes
Australianos de la FSSPX”. (El énfasis es mío) (Para una versión completa de
este artículo, clic AQUÍ).
Ahora, si Monseñor Fellay realmente dijo eso
(o si no puso objeción si uno de sus sacerdotes hizo esta proposición durante
esta cena con un Obispo de la iglesia oficial), eso nos da una nueva prueba de
la antigüedad de su liberalismo. En efecto, el Concilio de Trento, combatiendo
las novedades introducidas por el Protestantismo, prohibió la celebración de la
Misa en lengua vernácula y pidió que fueran conservadas las prácticas litúrgicas
tradicionales (Sesión 22, Capítulo 8). Apoyándose en éste y otros documentos de
Papas posteriores, el Código de Derecho Canónico (el verdadero, el de 1917)
estipula que el Sacrificio de la Misa debe ser celebrado en la lengua de su
rito propio tal cual fue aprobado por la Iglesia (Canon 819). Y el hecho es
que, hasta el concilio Vaticano II, la lengua del Rito Latino era,
precisamente, el Latín. Y he aquí que nos enteramos que Monseñor Fellay es
favorable a una práctica que sería contraria a la costumbre y a las leyes de la
Iglesia. ¡Esto es ENORME!
Por supuesto que quisiéramos saber cuándo se le hizo
esa proposición a Monseñor Elliott, pues lo que dice es vago: “Hace
algunos años”. Pero podría dar precisión a este respecto. En efecto,
mientras que preparaba esta artículo, recibí de mi estimado cofrade, el Padre
Juan Ortiz, un enlace hacia un artículo escrito por Anthony Barich en 2009 para
“The Record” y que dice: “Monseñor
Peter Elliott, Obispo Auxiliar de Melbourne, el cual tiene una parroquia
lefebvrista en su región, y que participó en un Rosario y una cena con los
sacerdotes de la Fraternidad Pio X (sic) en la iglesia de Santa Ágata en
Cranboune, Victoria (una parroquia novus ordo, nota de Sacrificium) el
29 de octubre pasado, dijo que la fraternización con el grupo tradicionalista
es la llave de la unidad. (…) Monseñor
Elliott, quien tuvo un encuentro privado con el Superior General de la
Fraternidad San Pio X, Monseñor Bernard Fellay en agosto, dijo que la llave de
la unidad con los Lefebvristas es que la Iglesia entera “reflexione de
manera que comprenda la tradición como un proceso vivo y dinámico, pero siempre
basado en los fundamentos de las antiguas enseñanzas de los Papas y los Concilios”.
En el curso del encuentro privado, que tuvo lugar en la casa base de la
Fraternidad en Tynong, Victoria, Monseñor Elliott dijo que señaló a Monseñor
Fellay que (…) “Al
contrario, la hermenéutica de la ruptura presenta el concilio y los cambios que
lo siguieron como una ruptura radical con el pasado (…) Pero
el Cardenal Ratzinger tomó como argumento que se trata de una falsa
interpretación del concilio, y creo que hay que abandonar esta interpretación” (Leer el artículo completo AQUÍ).
¿Esto querría decir que Monseñor Fellay o uno de sus
sacerdotes con su consentimiento (“el que calla otorga”), le haría la
proposición de celebrar la Misa tradicional en lengua vernácula durante el encuentro
de agosto de 2009? No podría afirmarlo con certeza, pero esto correspondería
con lo que afirmó Monseñor Elliott hace algunos días.
He citado de
manera un poco extensa este artículo de M. Barich porque nos revela lo que
Monseñor Elliott le dijo a Monseñor Fellay en agosto de 2009 y que tuvo un gran
impacto en el Superior General de la Fraternidad. En efecto, las frases que
subrayé en este artículo parecen haber inspirado a Monseñor Fellay cuando
redactó la vergonzosa Declaración Doctrinal del 15 de abril de 2012, por
ejemplo, cuando afirma: La
completa Tradición de la fe católica debe ser el criterio y la guía para
la comprensión de las enseñanzas del Concilio Vaticano II, el cual a su vez,
ilumina –es decir profundiza y explica ulteriormente- ciertos aspectos de la
vida y de la doctrina de la Iglesia, implícitamente presentes en ella, y aún no
formulados conceptualmente (párrafo 4). Que Monseñor Elliott parece haber
influenciado a Monseñor Fellay, lo vemos también en su entrevista a CNS el 11
de mayo de 2012. “Muchos tienen una comprensión del concilio que es una comprensión falsa.
Y nosotros tenemos personas de autoridad en Roma que también lo dicen.
Nosotros, puedo decirles, por las discusiones (doctrinales entre la
FSSPX y Roma, nota de Sacrificium), pienso que nosotros vemos que muchas cosas
que nosotros hubiéramos condenado como provenientes del concilio, no son de
hecho del concilio. Sino de la comprensión común de éste… La libertad religiosa
es utilizada de tantas maneras y viéndola más de cerca tengo realmente la
impresión que no son muchos los que saben realmente lo que el concilio dijo
respecto a este tema. El concilio presenta una libertad religiosa que de hecho
es muy, muy limitada. Muy limitada. (Ver el video aquí).
Mis queridos lectores, creo que nosotros tenemos
aquí otro ejemplo del peligro en el cual uno se mete cuando se frecuenta la
jerarquía del Novus Ordo. Ellos van a recibirlos, comerán con ustedes, serán
muy amables, por lo que pronto, ustedes se dirán: “Ellos no son tan malos
después de todo! Incluso son amigables y abiertos a la Tradición! ¡Ellos están
en contra de los abusos! ¡Tal vez los hemos juzgado mal! ¡Tal vez fuimos
demasiado rígidos! ¿Cómo esperar que cambien si no les damos algunas pruebas de
buena voluntad? ¡Y tal vez nosotros nunca comprendimos verdaderamente el concilio!
Ustedes verán que no pasará mucho tiempo antes de que empiece a agradarles ser
bien recibidos, como amigos, por los Obispos, los Cardenales, los Papas, y no
querrán que esto deje de suceder. Y será cuestión de tiempo antes que les
propongan (sin oponerse) que la Misa de siempre podría ser celebrada en lengua
vernácula, y antes que ustedes escriban y digan cosas que serán ecos de lo que
ellos mismos les dijeron. Por supuesto, a partir de entonces ustedes empezarán
a atacar sin misericordia a todo lo que obstaculice su “reconocimiento” por la
jerarquía.
Esto es lo que pasa cuando uno se acerca demasiado a
aquellos que sufren la peste: ustedes se acostumbran al olor, se olvidan del
peligro, y finalmente serán infectados. Entonces, queridos lectores: ¡Atención!
No se arriesgue a atrapar por lo que Monseñor Fellay y la Neo-FSSPX han sido
infectados: ¡La peste del liberalismo!
Padre Patrick Girouard.