Los signos premonitorios son tan manifiestos, que no son mas
que los habituales «admiradores » los que no los han visto todavía. Ellos están listos para tragarse todo. El veneno más violento no les dará ni siquiera
diarrea. Estos signos no datan de hoy en día. Recordamos una de las “grandes
Oraciones” del Viernes Santo en la cual la Iglesia –cuando todavía era
católica- nos hacía orar “por la conversión de los pérfidos judíos”. Pues bien,
incluso antes de la apertura del concilio (1962) el misal vesperal de Dom
Gaspar Lefebvre y del canónigo Emile Osty (ed. 1961) habían suprimido esa
palabra que los enoja... Los judíos desde entonces ya no eran pérfidos. Bien
entendido, desde esta avanzada las reverencias se volvieron obsequiosas y Roma
ya no sabía bien que hacer para renegar de su enseñanza multisecular sobre esta
materia.
En el segundo tomo de su libro « Jesús de Nazareth”,
Benedicto XVI propone una relectura del relato evangélico de la muerte de
Cristo que exonere explícitamente a los judíos de toda responsabilidad en este
evento… ¡el cual es central en la fe cristiana!. Es por eso, como evoqué en mi
último “Correo”, que Monseñor Williamson se convirtió en un obstáculo a
eliminar. Porque fueron las dudas que expresó acerca de la Shoa que prendieron
el fuego a la pólvora! Porque fue a partir de entonces que Monseñor Fellay lo
suspende inmediatamente de sus funciones –el 8 de febrero de 2009- por el
motivo de que expresó públicamente “opiniones personales”.
La guerra estaba declarada.
Notemos con interés que Monseñor Lefebvre no se privó jamás
de expresar sus “opiniones personales”. Y sus compañeros no se sintieron ofendidos
en absoluto: fue el 14 de noviembre de 1989, y fue difundido por la televisión
francesa. El ya no era el Superior de la Fraternidad. No creo que su sucesor
hubiera tenido la idea de sancionarlo por el mismo motivo que lo fue Monseñor
Williamson:
« Son sus esposas, sus hijas que serán secuestradas en
los cuarteles reservados como los que hubo en Casablanca y en otros lugares; y
ustedes no podrán ir a buscarlas porque ellos habrán hecho medinas y mezquitas
tales que incluso los gendarmes no osarán poner sus pies dentro de esos
lugares. Entonces ¿qué será de Francia en esos momentos? ¡Que se queden en su
lugar de origen! ¡Si cada año hay 500 000 musulmanes más en Francia, van a ver
lo que esto va a ocasionar con las mezquitas!... Cuando ellos matan a un
cristiano, salvan su alma y salvan la de aquél a quien mataron! ¿Por qué no
hacerlo?"
Este es el video de Monseñor Lefebvre haciendo estas declaraciones: