De las Promesas de la Sma. Virgen María a los devotos del Rosario:
El Rosario hará germinar
las virtudes y que las almas reciban copiosamente la misericordia divina,
sustituirá en el corazón de los hombres el amor de Dios al amor del mundo y los
elevará a desear los bienes celestiales y eternos.
El alma que se encomendare a mí por medio del Rosario no perecerá.
El alma que se encomendare a mí por medio del Rosario no perecerá.
El que con devoción rezare mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de improviso: se convertirá, si es pecador; si es justo, perseverará en la gracia; y de una u otra suerte será admitido a la vida eterna.