Ya he dicho suficiente de este
proceso político pero ustedes podrán saber todo leyendo el libro que
publicó los procesos íntegros de los
Padres Salenave y Pinaud.
Rápidamente algunas palabras
sobre los siguientes acontecimientos:
El pasado 8 de noviembre, el
Padre Nely les dijo a los priores de Francia que se debería restaurar la unidad.
Ese mismo 8 de noviembre,
mientras que el Padre Nely decía eso: el superior de Distrito de Austria
–después de haberlo olvidado por descuido durante una semana en su oficina- me
remitió mi sentencia que anunciaba que estaba suspendido a divinis. Esta sentencia ¿ayudaría a restablecer la
unidad? Podemos dudarlo, pero esta condenación, después de todo, solamente le
concierne a un individuo.
Un hombre muerto, no pone en
peligro a la sociedad.
Pero los acontecimientos no se
detienen allí –hay que constatarlo, las acciones para la restauración de la unidad se multiplican por parte de Menzingen.
Un mes después de mi
sentencia, el 12 de diciembre, otro cofrade recibió un nuevo ataque: El Padre
Pivert recibió una prohibición para difundir su libro: Monseñor Lefebvre, nuestras relaciones con Roma.
Alrededor de 3000 ejemplares
fueron vendidos desde su aparición en julio de 2013 –es por lo tanto un gran
éxito de librería que manifiesta que esta trabajo era esperado y respondía a
una necesidad real.
3000 ejemplares de un libro de
380 páginas sin imágenes, en una época en donde la lectura no es una actividad
muy popular, además de un tema que no es particularmente atrayente… es un
resultado muy significativo.
¿Por qué entonces intervino
Monseñor Fellay, seis meses después de su aparición, es decir, en un momento en
que el tiempo de difusión estaba casi terminado, para declarar la prohibición y
condenar el contenido que, según él, falsearía
la posición de Monseñor Lefebvre.
¿Cuál posición? La posición de
Monseñor Lefebvre respecto a un acuerdo con Roma.
Según esto el Padre Pivert
interpretó falsamente la posición de Monseñor Lefebvre, este es el juicio del
Superior General seis meses después de la publicación del libro y después de
haber fracasado él mismo, en su tentativa de un acuerdo práctico con Roma sin
acuerdo doctrinal previo.
Hablo en condicional
voluntariamente pues la motivación de Monseñor Fellay no está fundada en un
trabajo personal –en todo caso el no transmitió este trabajo, si lo hay- sino
en una crítica anónima que se le envió al autor del libro como justificación de
la sanción.
Es interesante señalar que el
Padre de Cacqueray escribió en su famoso comentario oficial de la Declaración
del 27 de junio respecto al libro del Padre Pivert:
“Señalo que
el libro del Padre Pivert no fue prohibido de difusión por la Casa general. Es
un rumor sin fundamento, transmitido por el señor Max Barret, que afirmó que yo
dejé que se vendiera contra la autorización de nuestros Superiores. La realidad
es que nuestros Superiores no me pidieron retirar este libro de difusión. Le
pedí al señor Barret que rectifique esta inexactitud”.
¿No les dan ganas de reír?
¿Qué le pedirá el Padre de
Cacqueray al señor Barret ahora?
Ahora el Padre de Cacqueray
explica que este asunto debió permanecer interno en la Fraternidad y permanecer
discreto cuando le reclamó al Padre Pivert el haber enviado a todos los cofrades
–para información- la carta de Monseñor Fellay y el documento anónimo adjunto.
El Padre de Cacqueray explicó
que él deseaba arreglar este asunto en la
obediencia y la cortesía y no lo dudo, también con buen humor… ¿Se da
cuenta el Padre de Cacqueray que cada día se compromete más?
Además esta discreción me
sorprende, pues parece olvidar la reparación después de los 3000 fieles que
adquirieron el libro. Si realmente el Padre Pivert ha falseado la posición de
Monseñor Lefebvre en este libro, la verdad debe ser restablecida públicamente…
por lo menos 3000 lectores hubieran sido engañados, lo que me parece muy grave.
Tanto peor por los lectores
engañados por un libro que interpreta falsamente la posición de Monseñor
Lefebvre, lo que importa no es la reparación sino la condenación interna…
¿Por qué?
El Padre Jean nos explica de
manera sencilla en su sermón del 26 de enero cuando afirmó que: La condenación del libro del Padre Pivert es
porque él defiende el antiguo principio. No hay que buscar otras causas, es
porque defiende el principio que tuvimos durante 25 años y que ahora ha sido
abandonado. Es por eso. Por lo tanto,
si ustedes comprenden esto, ustedes
comprenderán muchas cosas concretas, prácticas”
¿Cuál es este antiguo
principio? Es este:
No al acuerdo práctico
sin un acuerdo doctrinal previo… este fue el único principio oficial hasta 2010. Mi
estancia en Jaidhof me permitió releer todos los editoriales de Cor Unum desde
1994, es decir, desde que Monseñor Fellay es Superior General.
Y puedo demostrarles que este
principio, que fue el de Monseñor Lefebvre, fue también el de Monseñor Fellay,
lo que nos inclina a pensar que el Padre Pivert no ha “interpretado falsamente la posición de Monseñor Lefebvre”…
Continúa...