PARTE 6
Monseñor Fellay explica todas las “informaciones” recibidas de sus “amigos” que le decían que el Papa verdaderamente quería reconocer a la Fraternidad.
Señala que con la última respuesta
enviada a Roma, las relaciones con ésta estaban terminadas, pero el 16-3-12 el
Cardenal Levada le envía una carta en la cual lo amenaza diciendo que si no se adhiere al Preámbulo Doctrinal (de
14-9-11), se asumirá que rechaza la fidelidad al Papa, lo que implica una
ruptura de la comunión y las consecuencias canónicas que de ello se derivan
(declarar cismática a la FSSPX). En este punto,
Monseñor Fellay todavía pudo haber realizado un acto heroico, al igual que Monseñor Lefebvre, prefiriendo ser tenido por
cismático y excomulgado antes que ceder
en la Fe.
Pero sucedió una cosa increíble: otra vez aparecen sus nuevos amigos de Roma, los cuales
supuestamente le avisan, un día antes de recibir la carta del Cardenal Levada,
que usted va a recibir una carta dura,
pero que permanece “cool”. Dos días después un supuesto mensaje del
Secretario del Papa que le dice: la única
cosa que Monseñor Fellay debe hacer con esta carta, es ponerla en el archivo. Entonces
le escribe una carta al Papa, saltándose a la CDF. Fue
en esos días que los tres obispos le
escriben a Monseñor Fellay una carta haciéndole
saber su oposición al acuerdo. Monseñor Fellay y su consejo siguen adelante a pesar de la oposición de los tres obispos y de muchos miembros de la Fraternidad.
Monseñor Fellay continúa su conferencia,
señalando que acepta el concilio en más de un 90%:
“No
tengo mucha libertad de acción, (…) pero la CDF pensaba que nosotros de hecho
negamos, rechazamos todo desde el 62. Decimos que reconocemos al Papa, pero de
hecho lo rechazamos, todo lo que hace, todo el concilio, todo, y hay bastantes
palabras de nosotros en las cuales decimos que rechazamos el concilio, por
ejemplo, o hablamos de la iglesia conciliar o posconciliar o modernista o… hay
tantas palabras que pueden dar la impresión que para nosotros nada existe desde
el 62. (…)
Estamos condenados injustamente, pero en esta situación me vi
obligado a restituir la verdad. De hecho, cuando decimos que reconocemos al
papa, hay una verdad en esta palabra. Y cuando decimos que rechazamos el
concilio, en verdad aceptamos en parte
el concilio y rechazamos de otro modo el concilio. Hay que hacer
precisiones aquí. Pero no de un modo cismático, nosotros no somos ni
sedevacantistas y no tenemos un rechazo total a todo lo que pasa. Hacemos
distinciones. Monseñor Lefebvre tuvo una
distinción famosa sobre el concilio. Decía que todo lo que es tradicional en el
concilio, lo aceptamos. Y de hecho ha firmado todos los textos menos dos. Hace
más que un 90% del concilio lo que él ha firmado. Si es que realmente firmó los documentos, lo que no consta,
la firma no significaba conformidad sino presencia, era una constancia de
asistencia.
Entonces decir que
rechazamos sin distinción, no es justo, no es verdad. Hay cosas que aceptamos
en el concilio. Pero decimos que hay un espíritu que vicia todo, si vicia todo, se debe rechazar todo pero hay partes que realmente se pueden
entender de un modo católico. Como hay partes de un
pastel envenenado que se puede comer, pero lo razonable y lo sano y lo prudente es lanzar el
pastel completo a la basura. Monseñor
decía que las partes que son dudosas las interpretamos de un modo católico y
las partes que no son católicas, las rechazamos. Se
toma de Mons. Lefebvre lo que conviene a la intención acuerdista, y lo que no
conviene se calla.
Continúa Monseñor Fellay diciendo que lo
que hace ahora no se puede decir que sea el equivalente a la propuesta previa
de Roma. Se siente obligado ¿por qué? ¿Por quién? a tomar algo del texto presentado por Roma pero con
otra formulación y que es una respuesta precisa a ese texto. Trata de desarmar la bomba cismática para lo cual el
fin justificó los medios. Y si nos califican de cismáticos por se fieles a la verdad, bendito sea Dios. y es entonces que realiza la Declaración
Doctrinal del 15 de abril. Aclara
que algunos sacerdotes estuvieron descontentos con ese texto Leer la crítica de la Declaración Doctrinal del Padre de
Jorna presentada en el Capítulo General de julio del 2012 aquí. Señala que
utiliza palabras al límite de la
ambigüedad. Mentira: usó un lenguaje ambigüo. Entonces lee la Declaración Doctrinal del 15 de abril.
Al leer el punto II: Nosotros declaramos aceptar las enseñanzas
del Magisterio de la Iglesia en materia de fe y de moral, dándole a cada
afirmación doctrinal el grado de adhesión requerido, según la doctrina
contenida en el n° 25 de la Constitución dogmática Lumen Gentium del Concilio
Vaticano II. Omite leer
la nota (1) de ese punto en donde acepta la
nueva fórmula de la Profesión de fe y del Juramento de fidelidad para asumir un
cargo ejercido a nombre de la Iglesia.
Y al explicar este punto dice que es completamente tradicional, que no tiene nada de peligroso. P. Calderón sobre el n° 25 de Lumen gentium en “La Lámpara bajo el Celemín”, pág. 146: “¿Podemos al menos rescatar este texto? No, por cierto, porque en el capítulo anterior este mismo documento ha subordinado el oficio jerárquico al sensus fidei lo que obliga a entender la doctrina del n. 25 de manera muy distinta a lo enseñado por el Vaticano I”. Sacerdos: En la situación anormal actual de la Iglesia, donde los papas posconciliares ya no enseñan la sana doctrina, este pricipio no puede aplicarse pues equivaldría a someterse al “magisterio conciliar y posconciliar” firmándole un “cheque en blanco”.
Y al explicar este punto dice que es completamente tradicional, que no tiene nada de peligroso. P. Calderón sobre el n° 25 de Lumen gentium en “La Lámpara bajo el Celemín”, pág. 146: “¿Podemos al menos rescatar este texto? No, por cierto, porque en el capítulo anterior este mismo documento ha subordinado el oficio jerárquico al sensus fidei lo que obliga a entender la doctrina del n. 25 de manera muy distinta a lo enseñado por el Vaticano I”. Sacerdos: En la situación anormal actual de la Iglesia, donde los papas posconciliares ya no enseñan la sana doctrina, este pricipio no puede aplicarse pues equivaldría a someterse al “magisterio conciliar y posconciliar” firmándole un “cheque en blanco”.