Difundido por los Capuchinos de
Morgon. Tomado de aquí.
Conferencia en Sierre (Suiza) el 27 de Noviembre de 1988. (Fideliter n° 89, Septiembre de 1992,
pág. 12)
Es la apostasía general, es por eso
que nosotros resistimos, pero las autoridades romanas quisieran que aceptáramos
eso. Cuando discutí con ellos en Roma, ellos querían que reconociera la
libertad religiosa como el cardenal Bea. Pero les dije que no. Mi fe es la del Cardenal
Ottaviani, fiel a todos los papas, y no a esta doctrina nueva que siempre fue
condenada.
Esta es nuestra oposición, este es el
porqué no podemos entendernos. No es tanto la cuestión de la misa pues la misa
es justamente una de las consecuencias del hecho que se quisieron acercar al
protestantismo y por lo tanto transformar el culto, los sacramentos, el
catecismo, etc…
El fundamento de nuestra posición.
La verdadera oposición fundamental es
el Reinado de Nuestro Señor Jesucristo. Opportet
Illum regnare, nos dice San Pablo. Nuestro Señor vino para reinar. Ellos
dicen que no, y nosotros decimos que sí junto a todos los papas. Nuestro Señor
no vino para esconderse en el interior de las casas sin salir de ellas. ¿Por
qué los misioneros se hicieron matar entonces? Por predicar que Nuestro Señor
Jesucristo es el único verdadero Dios, para decir a los paganos que se
conviertan. Entonces los paganos quisieron hacerlos desaparecer, pero ellos no
vacilaron en dar su vida para continuar predicando a Nuestro Señor Jesucristo.
Entonces ahora habría que hacer lo contrario, decirle a los paganos “¡vuestra
religión es buena, conservadla pues vosotros sois buenos budistas, buenos
musulmanes o buenos paganos!” Es por eso que no podemos entendernos con ellos,
pues nosotros obedecemos a Nuestro Señor que dice a los apóstoles: “Id y predicad el Evangelio hasta los
confines de la tierra”.
Por eso no hay que sorprendernos que
no lleguemos a entendernos con Roma. Esto no será posible hasta que Roma no
regrese a la fe en el reinado de Nuestro Señor Jesucristo, mientras que ella siga dando la impresión que todas las religiones son buenas. Nosotros chocamos en un punto
de la fe católica, como lo hicieron el cardenal Bea y el cardenal Ottaviani, y
como chocaron todos los papas con el liberalismo. Es la misma cosa, la misma
corriente, las mismas ideas y las mismas divisiones en el interior de la
Iglesia.
Conferencia en Flavigny en diciembre de 1988
(Fideliter n° 68 de marzo de 1989, pág. 16)
“Debemos ser indemnes de compromisos
tanto respecto a los sedevacantistas como respecto a aquellos que quieren
absolutamente estar sometidos a la autoridad eclesiástica.
Nosotros queremos permanecer unidos a
Nuestro Señor Jesucristo. Pues el Vaticano II ha destronado a Nuestro Señor.
Nosotros queremos permanecer fieles a Nuestro Señor Rey, Príncipe y Dominador
del mundo entero. Nosotros no podemos cambiar nada de esta línea de conducta.
Así, cuando se nos plantee la
cuestión de saber cuándo habrá un acuerdo con Roma, mi respuesta es simple:
Cuando Roma vuelva a coronar a Nuestro Señor Jesucristo. Nosotros no podemos estar
de acuerdo con aquellos que destronan a Nuestro Señor. El día que ellos
reconozcan de nuevo a Nuestro Señor como Rey de los pueblos y de las naciones,
no es a nosotros a quienes ellos se unirán, sino a la Iglesia Católica en la
cual permanecemos”.
¿HAN RE-ENTRONIZADO A CRISTO RECIENTEMENTE?
La respuesta en el Osservatore Romano
(francés) n° 3229 del 29 de marzo de 2012, pág. 17: “El papa Benedicto XVI en
su homilía durante la misa en la plaza de la revolución de la Habana (Cuba), el
28 de marzo de 2012, predica la libertad religiosa para todos los “creyentes”
que alimentan la esperanza de un mundo mejor”… Cuando la iglesia subraya este
derecho (a la libertad religiosa), ella no reclama ningún privilegio, NINGÚN PRIVILEGIO PARA CRISTO REY.