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Publicamos un extracto de las actas del capítulo general de la FSSPX de
julio de 2018, y en el que, entre otras cosas, se eligió al nuevo superior
general.
En síntesis:
·
El documento es un intento de justificar la nueva actitud de la FSSPX respecto de Roma, mediante palabras inspiradas por un falso espíritu sobrenatural (caracterizado por una concepción de la caridad al modo liberal, por un optimismo iluso y por cierto mesianismo presuntuoso); tentativa que
contradice lo resuelto en el capítulo del año 2006 y el pensamiento definitivo
de Mons. Lefebvre acerca de las relaciones con la Roma dominada por liberales y
modernistas. De hecho, en evidente orden según una lógica acuerdista, el texto
comienza con consideraciones “piadosas” acerca de la caridad con los enemigos,
y termina hablando de la prelatura personal.
·
Con el mérito de este texto y con lo que
hasta ahora se ha visto del nuevo gobierno de la Fraternidad, se puede
concluir que la diferencia, en cuanto a la deriva liberal, entre las
administraciones de Mons. Fellay y del P. Pagliarani, radica sólo en que la
velocidad de caída es menor con éste que con aquél.
Nuestros comentarios aparecen en color rojo.
Fraternidad
Sacerdotal de San Pío X
EXTRACTO DE
LAS ACTAS DEL CAPÍTULO
RELACIONES
CON ROMA
1. La
cuestión romana. Directiva
"Que en
todo momento irradien amor fraterno, ya sea por el que ya es tu hermano o por
tu enemigo, para que a fuerza de amor lo hagas tu hermano." (San Agustín,
Comentarios a la primera epístola de San Juan a los Partos, tratado 10, 7).
1. La misión
de la Fraternidad es la de formar sacerdotes y contribuir a la santificación
del clero. En la medida en que cada uno de sus miembros se esfuerce en
cumplirla, el "sueño de Dakar" de Mons. Lefebvre, nuestro venerado
fundador, se vuelve realidad: la solución a la crisis de la Iglesia, su
renovación y la restauración de la cristiandad a través del reinado de Nuestro
Señor Jesucristo. [La Neo-FSSPX acostumbra interpretar así el “sueño de Dakar”: en la
actual crisis de la Iglesia, la prioridad es formar un clero centrado en la
liturgia tradicional o, dicho de otro, modo: lo primero y esencial hoy no es la
batalla doctrinal, sino la conservación de la liturgia y la recuperación de una
espiritualidad no combativa que, según la Neo-FSSPX, era la de Mons. Lefebvre.
Sobre esto, leer acá]
2. Por la
gloria de Dios y el amor a la Iglesia, tenemos el deber estricto de seguir
denunciando los errores para iluminar a las almas perdidas: "Veritatem
autem facientes in caritate" (Ef 4,15). [Es verdad que la Neo-FSSPX
(todavía) sigue denunciando errores, aunque cada vez más débilmente. Sin
embargo, también hay que reconocer que, desde el 2012 a lo menos, ella teme, y
cada vez más, denunciar a los autores de esos errores, especialmente al Papa
Francisco; incumpliendo, con ello, otro deber
estricto. Y ya que hablamos de deberes
estrictos, conviene recordar a la Neo-FSSPX, una vez más, esas palabras
olvidadas y prohibidas de Mons. Lefebvre en su último libro, Itinerario Espiritual: "Es un deber estricto, para todo
sacerdote que quiera permanecer católico, el separarse de esta iglesia
conciliar, en tanto que ella no regrese a la tradición del Magisterio de la
Iglesia y de la fe católica.”]
En efecto,
estamos asistiendo a la realización de las últimas consecuencias de los
principios enseñados por el Concilio Vaticano II, a saber, la destrucción del
orden natural, porque la adoración del hombre conduce a la destrucción del
hombre.
En esta
situación, no podemos en modo alguno escapar de la misión que la Divina
Providencia nos ha confiado.
A medida que
más y más personas están tomando conciencia de la crisis y sus causas, la
Fraternidad, fiel a la Tradición y a su gracia particular, puede iluminarlas y
ayudarlas. [Pudo, pero la verdad es que FSSPX ha desechado la gran oportunidad
histórica de atraer adeptos a la Tradición que se ha presentado, desde el 2013,
con la terrible demolición bergogliana. ¿Por qué ha desaprovechado la
Fraternidad la ocasión de asumir el liderazgo de todos los que reaccionan
varonilmente contra los errores y escándalos de Francisco? Por tener como
prioritario el logro de un acuerdo con Roma]
Por eso el espíritu de reconquista y de combate de la fe, el
resplandor del espíritu católico debe seguir animándonos, siguiendo el consejo
de san Agustín de odiar el pecado y amar al pecador. [La FSSPX cree
ahora, como todos los liberales, que el ataque resuelto y frontal contra a los
autores de los males que azotan a la Iglesia, implicaría una falta de caridad.
Como sucede con todos los católicos liberales, la FSSPX se ha vuelto
contradictoria: por un lado declara que quiere combatir por Cristo, pero por
otro teme acometer, como en los primeros tiempos de su historia, a los enemigos
de Cristo. Y entonces su “combate” va quedando progresivamente confinado al
plano académico y de las abstracciones. “No
basta, pues, ladearse para evitar el tiro, no; lo primero y más eficaz es dejar
inhabilitado al tirador. Así, conviene (…) desautorizar y desacreditar en
algunos casos su persona. Sí, su persona, que este es el elemento principal del
combate, como el artillero es el elemento principal de la artillería, no la
bomba, ni la pólvora, ni el cañón. Se le pueden, pues, en ciertos casos sacar
en público sus infamias, ridiculizar sus costumbres, cubrir de ignominia su
nombre y apellido (…) Sólo debe tenerse en cuenta no poner la mentira al
servicio de la justicia. (…) Los mismos Santos Padres que hemos citado prueban
esta tesis. Aún los títulos de sus obras dicen claramente que, al combatir las
herejías, el primer tiro procuraban dirigirlo a los heresiarcas. Casi todos los
títulos de las obras de San Agustín se dirigen al nombre del autor de la
herejía: Contra Fortunatum manichoeum; Adversus Adamanctum; Contra Felicem;
Contra Secundinum; Quis fuerit Petilianus; De gestis Pelagii; Quis fuerit
Julianus, etc. De suerte que casi toda la polémica del grande Agustín fue
personal, agresiva, biográfica, por decirlo así, tanto como doctrinal; cuerpo a
cuerpo con el hereje tanto como contra la herejía. Y así podríamos decir de
todos los Santos Padres. ¿De dónde ha sacado, pues, el Liberalismo, la novedad
de que al combatir los errores se debe prescindir de las personas, y aun
mimarlas y acariciarlas? Aténgase a lo que le enseña sobre esto la tradición
cristiana, y déjenos a los ultramontanos defender la fe como se ha defendido
siempre en la Iglesia de Dios. ¡Que hiera la espada del polemista católico, que
hiera y que vaya derecha al corazón; que esta es la única manera real y eficaz
de combatir!” (P. Sardá y Salvany, El Liberalismo es Pecado)]
3. En esta
batalla, nos enfrentamos a dos frentes:
- Por un
lado, a los hombres de Iglesia hostiles a cualquier retorno a la Tradición.
Desgraciadamente, ocupan puestos de autoridad y son los más numerosos. En este
frente nuestra actitud debe ser firme, sin compromisos ni concesiones.
- Por otro
lado, a un número creciente de personas benévolas con la Tradición y que
comprenden, a menudo todavía de manera muy imperfecta, la problemática de la
crisis y sus raíces filosóficas y teológicas. A los obispos, sacerdotes,
religiosos, simples fieles, así como a los miembros de las comunidades Ecclesia
Dei tomados individualmente; debemos mostrar, como buenos samaritanos,
una actitud caritativa y paciente; ayudarles en su camino no significa en modo
alguno justificar sus deficiencias obvias. [1) Bueno sería preguntar a alguno de
los jefes de la Neo-FSSPX, en cuál de los dos grupos pone al Papa. 2) La
actitud de la FSSPX con Mons. Huonder (a quien la Fraternidad debe considerar
como parte del segundo grupo) -entre otros ejemplos- es la del buen samaritano? Es, más bien, la de las
vírgenes necias de otra parábola,
pues este prelado liberal pretende -según sus propias palabras, las de su
vocero, las del Card. Müller y otros- ser el buen samaritano que auxilie a la FSSPX, que la ayude a salir de su “irregularidad”
integrándola a la estructura conciliar].
Nuestra respuesta a estos dos frentes distintos parte de la misma
fuente: “lgnem veni mittere in terram et quid volo nisi ut accendatur” (Lc.
12, 49).
Esta actitud no es una contradicción ni una falta de lógica: “Per
caritatem arguebat errantes, ut corrigerentur; per caritatem pro lapidantibus
orabat, ne punirentu…; et quem habuit in terram persecutorem, in
coelo meruit habere consortem”.1 (San Fulgencio) [De nuevo los
escrúpulos -si no hay que suponer algo mucho peor- en cuanto a combatir a las
personas responsables de herejías, errores y escándalos; y de nuevo la
justificación basada en una concepción de la caridad propia de liberales. “Los propagadores y fautores de herejías han
sido en todos tiempos llamados herejes como autores de ellas. Y como la herejía ha sido
siempre considerada en la Iglesia como gravísimo mal, a tales fautores y
propagadores ha llamado siempre la Iglesia malos y malvados. Regístrense las
colecciones de los autores eclesiásticos. Véase cómo trataron los Apóstoles a
los primeros heresiarcas, y cómo siguieron tratándolos los Santos Padres, cómo
los han seguido tratando los modernos controversistas y la misma Iglesia en su
lenguaje oficial. No hay, pues, falta de caridad en llamar a lo malo, malo; a
los autores, fautores y seguidores de lo malo, malvados; y al conjunto de todos
sus actos, palabras y escritos, iniquidad, maldad, perversidad. El lobo fue
llamado siempre lobo a secas, y nunca se creyó hacer mala obra al rebaño ni a
su dueño con llamarle y apostrofarle así.” Cita del P. Sardá y Salvany en
la misma obra]
4. Al
Superior general pertenece el pleno derecho de decidir la oportunidad de los
contactos con la Santa Sede. Le corresponde, con prudencia y cuando llegue la
hora dictada por la Divina Providencia, tomar en consideración una modificación
del estatuto canónico, sin perjuicio de la convocatoria previa de un Capítulo.
La
Fraternidad es una obra de la Iglesia. Por lo tanto, no tiene ningún acuerdo
por concluir con el Santo Padre. [Notable ambigüedad: es verdad que un verdadero católico no hace acuerdos con
un Papa normal, sino que simplemente
obedece. Pero el caso es que la Neo-FSSPX -aunque no quiera usar la palabra “acuerdo”-
está dispuesta a concluir un acuerdo, bajo determinadas condiciones, con un
Papa liberal y modernista, lo cual constituye una traición a su fundador y
-mucho peor y en último término- a la fe, a la Iglesia, al mismo Cristo] Sin embargo,
cuando llegue el momento, los verdaderos derechos de la Fraternidad [¿y qué hay de
los Derechos de Cristo?] serán reconocidos y codificados canónicamente. [Nótese que se
considera como cosa segura o cierta un mero deseo o aspiración, como si la FSSPX
gozara de algún especial don de indefectibilidad. Acá parece ser que subyace esta presuntuosa y mesiánica idea: "la FSSPX será rehabilitada y entonces salvará a la Iglesia" (*)] Por eso se invita a los miembros de la
Fraternidad a hablar más precisamente de una normalización,
un reconocimiento, una solución o modificación del estatuto
canónico, o una renovación de nuestra aprobación canónica. [Eufemismos útiles
para la autojustificación de una gran traición]
5. Es a
través de nuestro espíritu de fe y de fidelidad a nuestro deber de estado que
trabajamos en la edificación espiritual de la Fraternidad y, con ello, para el
bien de la Iglesia. Nuestro venerado Fundador lo expresó de la siguiente
manera:
"La
única solución para la renovación de la Iglesia y del cristianismo está no sólo
en transmitir el auténtico sacerdocio, no sólo en la sana doctrina aprobada por
la Iglesia; sino el espíritu profundo e inmutable del sacerdocio católico y el
espíritu cristiano ligado esencialmente a la gran oración de Nuestro Señor
expresada eternamente en su Sacrificio de la Cruz. (Esto es) designar los caminos de la
verdadera santificación del sacerdote de acuerdo con los principios
fundamentales de la doctrina católica de la santificación cristiana y
sacerdotal". (Itinerario Espiritual, Prefacio). [¿Y qué hay de
la cita prohibida del mismo libro Itinerario Espiritual?]
Hoec est
victoria qui vincit mundum, Fides nostra. (1 Jn 5, 4)
Con respecto
a las delegaciones matrimoniales y a la carta de la Comisión Pontificia
Ecclesia Dei a los Ordinarios de las Conferencias Episcopales competentes,
respecto a los permisos para la celebración de matrimonios de fieles de la
Fraternidad San Pío X, de fecha 27 de marzo de 2017 y publicada el 4 de abril
de 2017.
Directiva:
1. Esta
carta, que trata sin ambigüedades de los matrimonios de la Fraternidad
Sacerdotal de San Pío X, no cambia la dramática situación en la que se
encuentra la Iglesia, ni el análisis que la Fraternidad ha hecho siempre de
ellos.
Sin embargo,
esta carta, de carácter disciplinario, escrita desde el punto de vista de la
jerarquía, es susceptible de causar problemas entre nosotros.
En efecto,
aunque explícitamente no se hace cuestión acerca de la validez de los matrimonios,
el argumento principal de la carta se basa en una pretendida irregularidad de
los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X. Aunque hubiera una irregularidad, esta
no sería, según la ley, un argumento para negarse a dar una delegación
matrimonial.
2. Importa
precisar que la recepción de los consentimientos matrimoniales no es un acto de
jurisdicción, sino sólo el acto del testigo calificado que es el sacerdote con
la delegación del Ordinario. [En cuanto a que la actuación en la celebración
del matrimonio del testigo calificado (sacerdote), no es acto jurisdiccional;
hay que aclarar que esa afirmación no corresponde ni a la ley canónica ni al dictamen
unánime de los canonistas, sino “la opinión más común”, como dice Cance en la
obra citada por la FSSPX en la nota n° 2 de este documento (n° 389, p. 576)]
La presencia
de este testigo es necesaria para la validez del sacramento del matrimonio
según la disposición del Concilio de Trento (decreto Tametsi). El
uso de la delegación aplica esta disposición tradicional y corresponde al
espíritu de la Iglesia, pero sin someterse al Código de Derecho Canónico de
1983 o al nuevo espíritu que transmite. [¿Y qué hay de la intromisión del
clero conciliar en la vida de la FSSPX, permitida por ella misma desde que Mons.
Fellay hizo aceptación irrestricta o incondicional, el 4 de abril de 2017, de la carta
de Comisión Pontificia Ecclesia Dei sobre los matrimonios?] Por lo
tanto, donde la delegación del Ordinario puede ser recibida y ejercida sin
dificultad [falso supuesto, a no ser que se quiera creer que peligro para la fe
que supone la intervención del clero modernista, no es algún tipo de “dificultad”], todo
sacerdote de la Fraternidad debe hacer uso de ella. [“Debe”. Es
una orden terminante, quede claro; pero es una orden que un sacerdote católico no
está obligado a obedecer]
3. Si un
Ordinario creara una situación objetiva de "grave incommodum" 2,
situación que debe ser constatada por el Superior del Distrito, se recurriría a
la forma extraordinaria. [Del “estado de necesidad
general en la Iglesia” a la “incomodidad
grave creada por un Ordinario”… Vaya cambio de la FSSPX. «Esta actitud dramática de las autoridades
eclesiales conlleva sin duda alguna un estado de necesidad para el fiel. En
efecto, hay no solamente un grave inconveniente sino un peligro real al poner
su salvación entre las manos de pastores imbuidos de este espíritu “adúltero”,
nocivo tanto para la fe como para la moral. No tenemos otra opción más que
protegernos de tales autoridades, porque ellas “están en una situación de
incoherencia y de contradicción permanente” y porque “mientras que este
equívoco no sea disipado, los desastres se multiplicarán en la Iglesia”.
Nosotros vivimos en unas circunstancias donde la verdadera obediencia reclama
desobedecer, pues “es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”
(Hechos 5, 29). Hasta que el equívoco
de las autoridades eclesiásticas no sea disipado, persistirá igualmente el
grave inconveniente previsto por el canon 1098, y se justifica la celebración
de matrimonios según la forma extraordinaria.]» (de la Carta de los Decanos de la FSSPX y Superiores de Congregaciones de Francia)]
4. Los
sacerdotes tienen la obligación de instruir a los prometidos en cuanto a que
cualquier problema que pueda surgir en su matrimonio debe ser tratado por la
Fraternidad San Pío X. [¿La FSSPX sigue o no sigue reservándose el derecho exclusivo a
juzgar las causas matrimoniales? Dada la redacción ambigua, queda la duda al
respecto]
2.
Documentos romanos. Recordatorio
El Superior
general tiene el poder de solicitar a sacerdotes de su elección, si lo
considera oportuno, que puedan realizar rápidamente un primer análisis de los documentos
procedentes de Roma, antes de proceder a una evaluación más profunda. Sin
embargo, es necesario subrayar a este respecto la nocividad de la
precipitación; que cada Superior de Distrito haga todo lo posible para que lo
comprendan los sacerdotes y a los fieles.
3. Prelatura
personal. Consideración
En la
hipótesis de una estructura jurídica propuesta por Roma, la Prelatura personal
se adaptaría mejor a la realidad actual de la Fraternidad San Pío X. Se ultimaría
una vez que la cuestión doctrinal se haya resuelto de una manera satisfactoria
para la Tradición. [Grave ambigüedad: ¿qué hay que entender por solución “satisfactoria”
para la Tradición? Noten los lectores que la FSSPX ya no habla de “conversión
de Roma” o de “regreso de Roma a la fe”, sino de “solución satisfactoria para
la Tradición”. ¡Ah! Pero “nada ha cambiado en la FSSPX”]
1. Esta
Prelatura personal no cambiaría nuestra condición de sacerdotes seculares sin
votos y viviendo en comunidad;
2. El fin de
la Fraternidad y los medios ordenados para este fin, de acuerdo con nuestros
Estatutos actuales, así como la espiritualidad, permanecerían inalterados; [La
espiritualidad de la FSSPX ya está gravemente dañada por causa de su deriva
liberal, y eso sólo puede empeorar cuando los modernistas conciliares la
conviertan en una prelatura personal. Leer acá.]
3. Se
adaptaría a la situación de la Fraternidad San Pío X de acuerdo con lo que es
hoy en día, es decir, una sociedad de sacerdotes extendida por todo el mundo y
encargada de un cura animarum que no puede ser circunscrita a
un territorio. La Prelatura se constituiría principalmente para tener en cuenta
esta cura, gozando de la exención del
Ordinario local, en la medida en que lo permita la constitución de la Iglesia. [Sobre el
verdadero alcance de esa supuesta exención, leer el artículo La prelatura personal será el ataúd de la FSSPX. Sobre otros males graves que inevitablemente caerán sobre la FSSPX
cuando ella sea convertida en una prelatura personal, leer la entrada Más sobre la prelatura personal]
4. Esta
Prelatura personal se erigiría por medio del más solemne de los documentos
legales por los que la Iglesia legisla: una Constitución apostólica. [Lo que, para
la FSSPX, no es garantía de ninguna defensa suficiente contra la Roma liberal,
modernista y apóstata, contra la Roma ocupada por legiones de herejes, sodomitas y otros anticristos. Pero de esto la Fraternidad ahora prefiere no hablar... Estamos lejos de un lenguaje claro y simple, cada vez más lejos del sí si, no no de Cristo]
***
1.- San
Fulgencio, sermón 3 para la fiesta de San Esteban, el 26 de diciembre, segundo
nocturno: "Por caridad argumentaba contra los que erraban a fin de que se
corrigieran; por la caridad rezaba por los que le apedreaban por temor a que
fuesen castigados....; en cuanto al que tenía como perseguidor en la tierra,
hacía méritos para tenerlo como hermano en el cielo.
2.- El
"grave incommodum" a que se refiere el Código (c. 1008; nc.
1116) puede consistir en cualquier dificultad notable que los futuros cónyuges
tengan para presentarse ante el Ordinario, el Párroco o el sacerdote delegado.
Puede referirse a la salud, los bienes materiales, la reputación, etc., o al
uso de medios extraordinarios (Comentario de la BAC al c. 1098). “Este grave
inconveniente existe si la celebración del matrimonio tiene como consecuencia
un grave perjuicio, material o moral, para el bien común, para los futuros
cónyuges o para uno de ellos, para una tercera persona, o incluso para el
sacerdote competente.” Adrien Cance, Le Code de Droit canonique, Commentaire,
t. II, París, Gabalda, 1951, n° 395, p. 582.
(*) Quizá esta idea provenga de la bien conocida "profecía" de Judas Iscariote (!) en un exorcismo narrado en el libro Advertencias del más allá a la Iglesia Contemporánea, del P. Renz; obra que, obviamente, jamás habría pasado los controles y censuras preconciliares, y que, no obstante, se ha vendido en ciertos prioratos de la FSSPX: Exorcista:—¿Qué es lo que dijiste?, ¡repite Judas Iscariote! ¿De quién es que estás por hablar? En nombre de Jesús, ¡di la verdad y solo la verdad! Judas Iscariote:—Después de un largo combate, Ecône triunfará. Exorcista:—¡Habla en nombre de Jesús! Judas Iscariote:—Ecône es el único que se encuentra en el buen camino. Exorcista:—¿Eso corresponde a la verdad? ¿Y el Cielo qué dice? Habla en nombre de Jesús. Judas Iscariote:—Al referirme a que está en el buen camino, no significa que no hay nadie más en el buen camino, sino que el camino que Ecône sigue es el único bueno. Es eso lo que queremos decir: no hay muchos caminos que sean buenos, mas hay muchas personas que están en buen camino. Ecône está en el camino cierto, y muchas personas que no conocen a Ecône, pero que buscan la verdad, también lo están. Judas Iscariote:—Monseñor Lefébvre tendrá todavía mucho que sufrir, mas él es bueno. (Las distintas versiones de esta obra que es posible encontrar en la web, tienen textos divergentes, pero en todas parece estar la frase "Ecône triunfará")