jueves, 23 de mayo de 2019

ACTAS DEL CAPITULO GENERAL DE LA FSSPX, DE JULIO DE 2018



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Publicamos un extracto de las actas del capítulo general de la FSSPX de julio de 2018, y en el que, entre otras cosas, se eligió al nuevo superior general.
En síntesis:
·       El documento es un intento de justificar la nueva actitud de la FSSPX respecto de Roma, mediante palabras inspiradas por un falso espíritu sobrenatural (caracterizado por una concepción de la caridad al modo liberal, por un optimismo iluso y por cierto mesianismo presuntuoso); tentativa que contradice lo resuelto en el capítulo del año 2006 y el pensamiento definitivo de Mons. Lefebvre acerca de las relaciones con la Roma dominada por liberales y modernistas. De hecho, en evidente orden según una lógica acuerdista, el texto comienza con consideraciones “piadosas” acerca de la caridad con los enemigos, y termina hablando de la prelatura personal.
·       Con el mérito de este texto y con lo que hasta ahora se ha visto del nuevo gobierno de la Fraternidad, se puede concluir que la diferencia, en cuanto a la deriva liberal, entre las administraciones de Mons. Fellay y del P. Pagliarani, radica sólo en que la velocidad de caída es menor con éste que con aquél. 

Nuestros comentarios aparecen en color rojo.


Fraternidad Sacerdotal de San Pío X

EXTRACTO DE LAS ACTAS DEL CAPÍTULO


RELACIONES CON ROMA


1. La cuestión romana. Directiva

"Que en todo momento irradien amor fraterno, ya sea por el que ya es tu hermano o por tu enemigo, para que a fuerza de amor lo hagas tu hermano." (San Agustín, Comentarios a la primera epístola de San Juan a los Partos, tratado 10, 7).

1. La misión de la Fraternidad es la de formar sacerdotes y contribuir a la santificación del clero. En la medida en que cada uno de sus miembros se esfuerce en cumplirla, el "sueño de Dakar" de Mons. Lefebvre, nuestro venerado fundador, se vuelve realidad: la solución a la crisis de la Iglesia, su renovación y la restauración de la cristiandad a través del reinado de Nuestro Señor Jesucristo. [La Neo-FSSPX acostumbra interpretar así el “sueño de Dakar”: en la actual crisis de la Iglesia, la prioridad es formar un clero centrado en la liturgia tradicional o, dicho de otro, modo: lo primero y esencial hoy no es la batalla doctrinal, sino la conservación de la liturgia y la recuperación de una espiritualidad no combativa que, según la Neo-FSSPX, era la de Mons. Lefebvre. Sobre esto, leer acá

2. Por la gloria de Dios y el amor a la Iglesia, tenemos el deber estricto de seguir denunciando los errores para iluminar a las almas perdidas: "Veritatem autem facientes in caritate" (Ef 4,15). [Es verdad que la Neo-FSSPX (todavía) sigue denunciando errores, aunque cada vez más débilmente. Sin embargo, también hay que reconocer que, desde el 2012 a lo menos, ella teme, y cada vez más, denunciar a los autores de esos errores, especialmente al Papa Francisco; incumpliendo, con ello, otro deber estricto. Y ya que hablamos de deberes estrictos, conviene recordar a la Neo-FSSPX, una vez más, esas palabras olvidadas y prohibidas de Mons. Lefebvre en su último libro, Itinerario Espiritual: "Es un deber estricto, para todo sacerdote que quiera permanecer católico, el separarse de esta iglesia conciliar, en tanto que ella no regrese a la tradición del Magisterio de la Iglesia y de la fe católica.”]

En efecto, estamos asistiendo a la realización de las últimas consecuencias de los principios enseñados por el Concilio Vaticano II, a saber, la destrucción del orden natural, porque la adoración del hombre conduce a la destrucción del hombre.

En esta situación, no podemos en modo alguno escapar de la misión que la Divina Providencia nos ha confiado.

A medida que más y más personas están tomando conciencia de la crisis y sus causas, la Fraternidad, fiel a la Tradición y a su gracia particular, puede iluminarlas y ayudarlas. [Pudo, pero la verdad es que FSSPX ha desechado la gran oportunidad histórica de atraer adeptos a la Tradición que se ha presentado, desde el 2013, con la terrible demolición bergogliana. ¿Por qué ha desaprovechado la Fraternidad la ocasión de asumir el liderazgo de todos los que reaccionan varonilmente contra los errores y escándalos de Francisco? Por tener como prioritario el logro de un acuerdo con Roma]

Por eso el espíritu de reconquista y de combate de la fe, el resplandor del espíritu católico debe seguir animándonos, siguiendo el consejo de san Agustín de odiar el pecado y amar al pecador. [La FSSPX cree ahora, como todos los liberales, que el ataque resuelto y frontal contra a los autores de los males que azotan a la Iglesia, implicaría una falta de caridad. Como sucede con todos los católicos liberales, la FSSPX se ha vuelto contradictoria: por un lado declara que quiere combatir por Cristo, pero por otro teme acometer, como en los primeros tiempos de su historia, a los enemigos de Cristo. Y entonces su “combate” va quedando progresivamente confinado al plano académico y de las abstracciones. “No basta, pues, ladearse para evitar el tiro, no; lo primero y más eficaz es dejar inhabilitado al tirador. Así, conviene (…) desautorizar y desacreditar en algunos casos su persona. Sí, su persona, que este es el elemento principal del combate, como el artillero es el elemento principal de la artillería, no la bomba, ni la pólvora, ni el cañón. Se le pueden, pues, en ciertos casos sacar en público sus infamias, ridiculizar sus costumbres, cubrir de ignominia su nombre y apellido (…) Sólo debe tenerse en cuenta no poner la mentira al servicio de la justicia. (…) Los mismos Santos Padres que hemos citado prueban esta tesis. Aún los títulos de sus obras dicen claramente que, al combatir las herejías, el primer tiro procuraban dirigirlo a los heresiarcas. Casi todos los títulos de las obras de San Agustín se dirigen al nombre del autor de la herejía: Contra Fortunatum manichoeum; Adversus Adamanctum; Contra Felicem; Contra Secundinum; Quis fuerit Petilianus; De gestis Pelagii; Quis fuerit Julianus, etc. De suerte que casi toda la polémica del grande Agustín fue personal, agresiva, biográfica, por decirlo así, tanto como doctrinal; cuerpo a cuerpo con el hereje tanto como contra la herejía. Y así podríamos decir de todos los Santos Padres. ¿De dónde ha sacado, pues, el Liberalismo, la novedad de que al combatir los errores se debe prescindir de las personas, y aun mimarlas y acariciarlas? Aténgase a lo que le enseña sobre esto la tradición cristiana, y déjenos a los ultramontanos defender la fe como se ha defendido siempre en la Iglesia de Dios. ¡Que hiera la espada del polemista católico, que hiera y que vaya derecha al corazón; que esta es la única manera real y eficaz de combatir!” (P. Sardá y Salvany, El Liberalismo es Pecado)]

3. En esta batalla, nos enfrentamos a dos frentes:

- Por un lado, a los hombres de Iglesia hostiles a cualquier retorno a la Tradición. Desgraciadamente, ocupan puestos de autoridad y son los más numerosos. En este frente nuestra actitud debe ser firme, sin compromisos ni concesiones.
- Por otro lado, a un número creciente de personas benévolas con la Tradición y que comprenden, a menudo todavía de manera muy imperfecta, la problemática de la crisis y sus raíces filosóficas y teológicas. A los obispos, sacerdotes, religiosos, simples fieles, así como a los miembros de las comunidades Ecclesia Dei tomados individualmente; debemos mostrar, como buenos samaritanos, una actitud caritativa y paciente; ayudarles en su camino no significa en modo alguno justificar sus deficiencias obvias. [1) Bueno sería preguntar a alguno de los jefes de la Neo-FSSPX, en cuál de los dos grupos pone al Papa. 2) La actitud de la FSSPX con Mons. Huonder (a quien la Fraternidad debe considerar como parte del segundo grupo) -entre otros ejemplos- es la del buen samaritano? Es, más bien, la de las vírgenes necias de otra parábola, pues este prelado liberal pretende -según sus propias palabras, las de su vocero, las del Card. Müller y otros- ser el buen samaritano que auxilie a la FSSPX, que la ayude a salir de su “irregularidad” integrándola a la estructura conciliar]. 

Nuestra respuesta a estos dos frentes distintos parte de la misma fuente: “lgnem veni mittere in terram et quid volo nisi ut accendatur” (Lc. 12, 49).

Esta actitud no es una contradicción ni una falta de lógica: “Per caritatem arguebat errantes, ut corrigerentur; per caritatem pro lapidantibus orabat, ne punirentu…; et quem habuit in terram persecutorem, in coelo meruit habere consortem”.1 (San Fulgencio) [De nuevo los escrúpulos -si no hay que suponer algo mucho peor- en cuanto a combatir a las personas responsables de herejías, errores y escándalos; y de nuevo la justificación basada en una concepción de la caridad propia de liberales. “Los propagadores y fautores de herejías han sido en todos tiempos llamados herejes como  autores de ellas. Y como la herejía ha sido siempre considerada en la Iglesia como gravísimo mal, a tales fautores y propagadores ha llamado siempre la Iglesia malos y malvados. Regístrense las colecciones de los autores eclesiásticos. Véase cómo trataron los Apóstoles a los primeros heresiarcas, y cómo siguieron tratándolos los Santos Padres, cómo los han seguido tratando los modernos controversistas y la misma Iglesia en su lenguaje oficial. No hay, pues, falta de caridad en llamar a lo malo, malo; a los autores, fautores y seguidores de lo malo, malvados; y al conjunto de todos sus actos, palabras y escritos, iniquidad, maldad, perversidad. El lobo fue llamado siempre lobo a secas, y nunca se creyó hacer mala obra al rebaño ni a su dueño con llamarle y apostrofarle así.” Cita del P. Sardá y Salvany en la misma obra]

4. Al Superior general pertenece el pleno derecho de decidir la oportunidad de los contactos con la Santa Sede. Le corresponde, con prudencia y cuando llegue la hora dictada por la Divina Providencia, tomar en consideración una modificación del estatuto canónico, sin perjuicio de la convocatoria previa de un Capítulo.

La Fraternidad es una obra de la Iglesia. Por lo tanto, no tiene ningún acuerdo por concluir con el Santo Padre. [Notable ambigüedad: es verdad que un verdadero católico no hace acuerdos con un Papa normal, sino que simplemente obedece. Pero el caso es que la Neo-FSSPX -aunque no quiera usar la palabra “acuerdo”- está dispuesta a concluir un acuerdo, bajo determinadas condiciones, con un Papa liberal y modernista, lo cual constituye una traición a su fundador y -mucho peor y en último término- a la fe, a la Iglesia, al mismo Cristo] Sin embargo, cuando llegue el momento, los verdaderos derechos de la Fraternidad [¿y qué hay de los Derechos de Cristo?] serán reconocidos y codificados canónicamente. [Nótese que se considera como cosa segura o cierta un mero deseo o aspiración, como si la FSSPX gozara de algún especial don de indefectibilidad. Acá parece ser que subyace esta presuntuosa y mesiánica idea: "la FSSPX será rehabilitada y entonces salvará a la Iglesia" (*)]  Por eso se invita a los miembros de la Fraternidad a hablar más precisamente de una normalización, un reconocimiento, una solución o modificación del estatuto canónico, o una renovación de nuestra aprobación canónica. [Eufemismos útiles para la autojustificación de una gran traición]

5. Es a través de nuestro espíritu de fe y de fidelidad a nuestro deber de estado que trabajamos en la edificación espiritual de la Fraternidad y, con ello, para el bien de la Iglesia. Nuestro venerado Fundador lo expresó de la siguiente manera:

"La única solución para la renovación de la Iglesia y del cristianismo está no sólo en transmitir el auténtico sacerdocio, no sólo en la sana doctrina aprobada por la Iglesia; sino el espíritu profundo e inmutable del sacerdocio católico y el espíritu cristiano ligado esencialmente a la gran oración de Nuestro Señor expresada eternamente en su Sacrificio de la Cruz. (Esto es) designar los caminos de la verdadera santificación del sacerdote de acuerdo con los principios fundamentales de la doctrina católica de la santificación cristiana y sacerdotal". (Itinerario Espiritual, Prefacio). [¿Y qué hay de la cita prohibida del mismo libro Itinerario Espiritual?]

Hoec est victoria qui vincit mundum, Fides nostra. (1 Jn 5, 4)

Con respecto a las delegaciones matrimoniales y a la carta de la Comisión Pontificia Ecclesia Dei a los Ordinarios de las Conferencias Episcopales competentes, respecto a los permisos para la celebración de matrimonios de fieles de la Fraternidad San Pío X, de fecha 27 de marzo de 2017 y publicada el 4 de abril de 2017.

Directiva:

1. Esta carta, que trata sin ambigüedades de los matrimonios de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X, no cambia la dramática situación en la que se encuentra la Iglesia, ni el análisis que la Fraternidad ha hecho siempre de ellos.

Sin embargo, esta carta, de carácter disciplinario, escrita desde el punto de vista de la jerarquía, es susceptible de causar problemas entre nosotros. 

En efecto, aunque explícitamente no se hace cuestión acerca de la validez de los matrimonios, el argumento principal de la carta se basa en una pretendida irregularidad de los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X. Aunque hubiera una irregularidad, esta no sería, según la ley, un argumento para negarse a dar una delegación matrimonial.

2. Importa precisar que la recepción de los consentimientos matrimoniales no es un acto de jurisdicción, sino sólo el acto del testigo calificado que es el sacerdote con la delegación del Ordinario. [En cuanto a que la actuación en la celebración del matrimonio del testigo calificado (sacerdote), no es acto jurisdiccional; hay que aclarar que esa afirmación no corresponde ni a la ley canónica ni al dictamen unánime de los canonistas, sino “la opinión más común”, como dice Cance en la obra citada por la FSSPX en la nota n° 2 de este documento (n° 389, p. 576)]

La presencia de este testigo es necesaria para la validez del sacramento del matrimonio según la disposición del Concilio de Trento (decreto Tametsi). El uso de la delegación aplica esta disposición tradicional y corresponde al espíritu de la Iglesia, pero sin someterse al Código de Derecho Canónico de 1983 o al nuevo espíritu que transmite. [¿Y qué hay de la intromisión del clero conciliar en la vida de la FSSPX, permitida por ella misma desde que Mons. Fellay hizo aceptación irrestricta o incondicional, el 4 de abril de 2017, de la carta de Comisión Pontificia Ecclesia Dei sobre los matrimonios?] Por lo tanto, donde la delegación del Ordinario puede ser recibida y ejercida sin dificultad [falso supuesto, a no ser que se quiera creer que peligro para la fe que supone la intervención del clero modernista, no es algún tipo de “dificultad”], todo sacerdote de la Fraternidad debe hacer uso de ella. [“Debe”. Es una orden terminante, quede claro; pero es una orden que un sacerdote católico no está obligado a obedecer]

3. Si un Ordinario creara una situación objetiva de "grave incommodum" 2, situación que debe ser constatada por el Superior del Distrito, se recurriría a la forma extraordinaria. [Del “estado de necesidad general en la Iglesia” a la “incomodidad grave creada por un Ordinario”… Vaya cambio de la FSSPX. «Esta actitud dramática de las autoridades eclesiales conlleva sin duda alguna un estado de necesidad para el fiel. En efecto, hay no solamente un grave inconveniente sino un peligro real al poner su salvación entre las manos de pastores imbuidos de este espíritu “adúltero”, nocivo tanto para la fe como para la moral. No tenemos otra opción más que protegernos de tales autoridades, porque ellas “están en una situación de incoherencia y de contradicción permanente” y porque “mientras que este equívoco no sea disipado, los desastres se multiplicarán en la Iglesia”. Nosotros vivimos en unas circunstancias donde la verdadera obediencia reclama desobedecer, pues “es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hechos 5, 29). Hasta que el equívoco de las autoridades eclesiásticas no sea disipado, persistirá igualmente el grave inconveniente previsto por el canon 1098, y se justifica la celebración de matrimonios según la forma extraordinaria.]» (de la Carta de los Decanos de la FSSPX y Superiores de Congregaciones de Francia)] 

4. Los sacerdotes tienen la obligación de instruir a los prometidos en cuanto a que cualquier problema que pueda surgir en su matrimonio debe ser tratado por la Fraternidad San Pío X. [¿La FSSPX sigue o no sigue reservándose el derecho exclusivo a juzgar las causas matrimoniales? Dada la redacción ambigua, queda la duda al respecto]


2. Documentos romanos. Recordatorio

El Superior general tiene el poder de solicitar a sacerdotes de su elección, si lo considera oportuno, que puedan realizar rápidamente un primer análisis de los documentos procedentes de Roma, antes de proceder a una evaluación más profunda. Sin embargo, es necesario subrayar a este respecto la nocividad de la precipitación; que cada Superior de Distrito haga todo lo posible para que lo comprendan los sacerdotes y a los fieles.


3. Prelatura personal. Consideración

En la hipótesis de una estructura jurídica propuesta por Roma, la Prelatura personal se adaptaría mejor a la realidad actual de la Fraternidad San Pío X. Se ultimaría una vez que la cuestión doctrinal se haya resuelto de una manera satisfactoria para la Tradición. [Grave ambigüedad: ¿qué hay que entender por solución “satisfactoria” para la Tradición? Noten los lectores que la FSSPX ya no habla de “conversión de Roma” o de “regreso de Roma a la fe”, sino de “solución satisfactoria para la Tradición”. ¡Ah! Pero “nada ha cambiado en la FSSPX”]

1. Esta Prelatura personal no cambiaría nuestra condición de sacerdotes seculares sin votos y viviendo en comunidad;

2. El fin de la Fraternidad y los medios ordenados para este fin, de acuerdo con nuestros Estatutos actuales, así como la espiritualidad, permanecerían inalterados; [La espiritualidad de la FSSPX ya está gravemente dañada por causa de su deriva liberal, y eso sólo puede empeorar cuando los modernistas conciliares la conviertan en una prelatura personal. Leer acá.] 

3. Se adaptaría a la situación de la Fraternidad San Pío X de acuerdo con lo que es hoy en día, es decir, una sociedad de sacerdotes extendida por todo el mundo y encargada de un cura animarum que no puede ser circunscrita a un territorio. La Prelatura se constituiría principalmente para tener en cuenta esta cura, gozando de la exención del Ordinario local, en la medida en que lo permita la constitución de la Iglesia. [Sobre el verdadero alcance de esa supuesta exención, leer el artículo La prelatura personal será el ataúd de la FSSPX. Sobre otros males graves que inevitablemente caerán sobre la FSSPX cuando ella sea convertida en una prelatura personal, leer la entrada Más sobre la prelatura personal]  

4. Esta Prelatura personal se erigiría por medio del más solemne de los documentos legales por los que la Iglesia legisla: una Constitución apostólica. [Lo que, para la FSSPX, no es garantía de ninguna defensa suficiente contra la Roma liberal, modernista y apóstata, contra la Roma ocupada por legiones de herejes, sodomitas y otros anticristos. Pero de esto la Fraternidad ahora prefiere no hablar... Estamos lejos de un lenguaje claro y simple, cada vez más lejos del sí si, no no de Cristo]


***
1.- San Fulgencio, sermón 3 para la fiesta de San Esteban, el 26 de diciembre, segundo nocturno: "Por caridad argumentaba contra los que erraban a fin de que se corrigieran; por la caridad rezaba por los que le apedreaban por temor a que fuesen castigados....; en cuanto al que tenía como perseguidor en la tierra, hacía méritos para tenerlo como hermano en el cielo.

2.-  El "grave incommodum" a que se refiere el Código (c. 1008; nc. 1116) puede consistir en cualquier dificultad notable que los futuros cónyuges tengan para presentarse ante el Ordinario, el Párroco o el sacerdote delegado. Puede referirse a la salud, los bienes materiales, la reputación, etc., o al uso de medios extraordinarios (Comentario de la BAC al c. 1098). “Este grave inconveniente existe si la celebración del matrimonio tiene como consecuencia un grave perjuicio, material o moral, para el bien común, para los futuros cónyuges o para uno de ellos, para una tercera persona, o incluso para el sacerdote competente.” Adrien Cance, Le Code de Droit canonique, Commentaire, t. II, París, Gabalda, 1951, n° 395, p. 582.

(*) Quizá esta idea provenga de la bien conocida "profecía" de Judas Iscariote (!) en un exorcismo narrado en el libro Advertencias del más allá a la Iglesia Contemporánea, del P. Renz; obra que, obviamente, jamás habría pasado los controles y censuras preconciliares, y que, no obstante, se ha vendido en ciertos prioratos de la FSSPX: Exorcista:—¿Qué es lo que dijiste?, ¡repite Judas Iscariote! ¿De quién es que estás por hablar? En nombre de Jesús, ¡di la verdad y solo la verdad! Judas Iscariote:—Después de un largo combate, Ecône triunfará. Exorcista:—¡Habla en nombre de Jesús! Judas Iscariote:—Ecône es el único que se encuentra en el buen camino. Exorcista:—¿Eso corresponde a la verdad? ¿Y el Cielo qué dice? Habla en nombre de Jesús. Judas Iscariote:—Al referirme a que está en el buen camino, no significa que no hay nadie más en el buen camino, sino que el camino que Ecône sigue es el único bueno. Es eso lo que queremos decir: no hay muchos caminos que sean buenos, mas hay muchas personas que están en buen camino. Ecône está en el camino cierto, y muchas personas que no conocen a Ecône, pero que buscan la verdad, también lo están. Judas Iscariote:—Monseñor Lefébvre tendrá todavía mucho que sufrir, mas él es bueno. (Las distintas versiones de esta obra que es posible encontrar en la web, tienen textos divergentes, pero en todas parece estar la frase "Ecône triunfará")