domingo, 26 de mayo de 2019

COMENTARIO ELEISON Número DCXIX (619) - 25 de mayo de 2019

Comentarios Eleison por su Excelencia Richard Williamson

Mala Señal

Sacerdotes de la Fraternidad, les rogamos que no se dejen engañar.
El Capítulo de julio no pudo nada recuperar.
Prepárense, queridos lectores, para otra mala noticia. No es el fin del mundo, pero es una paja más en un mal viento, una indicación más de que el viento sopla en la dirección equivocada cuando esperábamos que el viento pudiera haber girado en la dirección correcta. Después de todo, cuando en el Capítulo General de julio del año pasado se eligió un nuevo Superior General, ¿no fue una señal de que el firme control de los liberales sobre la dirección que estaba tomando la Fraternidad se estaba aflojando por fin? ¿Que había una esperanza de que el nuevo Superior General pudiera llevar a la Fraternidad en una dirección más sana que la que tomaron los dos sucesores inmediatos del Arzobispo?
Esta esperanza recibió un duro golpe cuando nos enteramos de que justo antes del final del Capítulo se había creado junto al órgano normal de gobierno de la Fraternidad, que es el triunvirato de su Superior General y sus dos Asistentes, dos nuevos puestos de Consejeros, para asesorar al triunvirato – y ¿a quién nombró para estos dos puestos? – ¡nada menos que a los dos anteriores Superiores Generales! Pero en caso de que temiéramos que esto pudiera significar que no se produciría ningún cambio en la creciente pesadilla de la Fraternidad de los últimos 20 años, se nos aseguró que los dos nuevos Consejeros sólo asesorarían sobre la inclusión o exclusión de los miembros de la Fraternidad, o sobre la apertura o el cierre de las casas de la Fraternidad. Y quien que quiso creerlo, lo creyó.
Además para disipar los temores de que en la cúspide de la Fraternidad, cuanto más cambiasen las cosas, más seguirían siendo las mismas, temores de que la Fraternidad siguiera estando bajo las garras de sus enemigos internos, se nos dijo también que el antiguo Superior General ya no viviría en el cuartel general de la Fraternidad en Menzingen, cerca de Zúrich, sino que se instalaría en el seminario principal de la Fraternidad en Écône, con una cadena de altas montañas entre éste y Menzingen. Tal movimiento nos asustó a algunos de nosotros por la sombra que se proyectaba sobre todo el Seminario por la proximidad del ex Superior General en la formación de los futuros sacerdotes francófonos de la Fraternidad, pero al menos no estaría eclipsando a su sucesor en Menzingen. Al menos en este sentido, podíamos esperar que dejara a su sucesor como Superior General la libertad de determinar por sí mismo la futura política de la Fraternidad. Y eso es seguramente lo que el traslado de Menzingen a Écône pretendía hacernos pensar. Desgraciadamente, parece que una vez más nos toman por tontos.
En efecto, la última noticia, procedente de más de una fuente y seguramente fácile de comprobar, es que el antiguo Superior General ha hecho las maletas en Écône y se ha trasladado de nuevo a Menzingen. Parece como si hubiera calculado que habría poca reacción potencial a su estancia en el cuartel general, o que la reacción se había calmado, en cualquier caso, que era seguro para la araña volver al centro de su telaraña, porque ninguna de las moscas se daría cuenta.
Sacerdotes de la Fraternidad San Pio X de Mons. Lefebvre: en su nombre apelamos a ustedes: Crean si quieren que la política de re-sometimiento a la Roma Conciliar no es suicida para su Fraternidad y para la finalidad para la cual él la fundó, pero en palabras de Hamlet, “no tratéis de sosegar vuestras almas” pensando que el cambio de Superior General en Julio ha hecho una real diferencia en esa política. Parece que la misma mafia de los liberales sigue en el poder y sigue intentando -por supuesto con la mejor de las intenciones- deshacer lo que hizo el Arzobispo.
El problema es profundo, y se extiende mucho más allá de la pequeña Fraternidad – permanezcan atentos.
Kyrie eleison.