ESPAÑOL - ENGLISH - FRANÇAIS
Carlos Nougué
(Profesor laico de la Casa de
Estudios San Anselmo,
del Monasterio de la Santa Cruz)
Miguel
Ferreira da Costa nació en Rio de Janeiro, Brasil, en 1954. Antes de principiar la carrera de Abogado, hizo sus
estudios en el Colegio San Benito de Rio de Janeiro, donde tuve la oportunidad
de ser su compañero de clase por breve tiempo. Formó parte del movimiento
tradicionalista y antimodernista organizado en torno de Gustavo Corção y de la
revista Permanencia; entonces inició su vida de “fiel guerrero
y veterano de la guerra post-conciliar por la Fe”, como escribió Monseñor
Williamson. Comenzó, como dije, a estudiar Derecho, pero lo abandonó para
convertirse en monje, con el nombre de Tomás de Aquino, en el monasterio
francés de Barroux, que tenía como superior en ese entonces a Dom Gérard; y fue
ordenado sacerdote en 1980, en Ecône, por Mons. Marcel Lefebvre. Pudo entonces
gozar de la amistad, del ejemplo, de las enseñanzas del fundador de la FSSPX.
Vino a Brasil con un grupo de monjes de Barroux para
fundar el Monasterio de la Santa Cruz, en Nova Friburgo, Rio de Janeiro, Brasil.
Sin embargo, en el ínterin, Dom Gérard, contra las instancias de Mons. Lefebvre, marchó
hacia un acuerdo con la Roma conciliar, contra lo cual se opuso también Dom
Tomás de Aquino. La separación fue inevitable. El Monasterio de la Santa Cruz,
con el apoyo total de Mons. Lefebvre a Dom Tomás, se volvió independiente,
aunque amigo de la FSSPX. En efecto, Mons. Lefebvre escribió a Dom Tomás, en
una carta que tuve el privilegio de leer, algo más o menos así: Usted debe
respetar y consultar a los obispos de la FSSPX, pero estos no tienen
jurisdicción sobre usted pues, como prior de Monasterio, debe tener autonomía.
Pero se fue tornando difícil la relación de Dom Tomás y
su Monasterio con la FSSPX, sobretodo con el acercamiento de ésta a la Roma
neomodernista. Cuando Benedicto XVI publicó su Motu Proprio sobre el “rito
extraordinario”, Dom Tomás de Aquino se negó a cantar en la Misa de domingo el Te
Deum pedido por Mons. Fellay para celebrar el documento papal, y,
especialmente, el “levantamiento de las excomuniones” por el mismo papa; y escribió Dom Tomás a Mons. Fellay una carta en la que decía que no seguiría sus
pasos rumbo a un acuerdo con la Roma conciliar. Un tiempo después, aparecieron
en el Monasterio (soy testigo presencial de esto) Mons. de Galarreta y el P.
Bouchacourt para decir a Dom Tomás que tenía quince días para dejarlo; si no lo
hacía, el Monasterio dejaría de recibir la ayuda y los sacramentos (incluido el del
Orden) por parte de la FSSPX.
Le escribí a Mons. Fellay para quejarme de tal
injusticia, y recibí por respuesta lo siguiente: “el problema de Dom Tomás es
mental. Mientras no deje el Monasterio, éste no recibirá nuestra ayuda”. Le
respondí: “Debo tener yo también el mismo problema mental, pues convivo desde
hace doce años con Dom Tomás y nunca me di cuenta”. Se trataba verdaderamente
de algo similar al stalinismo y sus hospitales siquiátricos para opositores.
Vaciló entonces Dom Tomás: si dejaba el Monasterio sería
la ruina de éste con respecto a la Fe, pero si se quedaba lo privarían de toda ayuda que necesitaba. Fue entonces que vino en su socorro Mons. Williamson:
nuestro Obispo inglés escribió una carta a Dom Tomás en la que le aseguraba al
Monasterio todos los sacramentos, y así podría permanecer Dom Tomás en éste. Eso fue suficiente para que todos acá reaccionáramos: fue el comienzo de lo que hoy
se conoce por Resistencia, y que tuvo por primer órgano la página web llamada
SPES, hoy desactivada por haber cumplido el papel al cual se destinaba. El
Monasterio pasó a ser entonces el centro de recepción para los sacerdotes que,
queriendo dejar la FSSPX por la traición de sus superiores, vacilaban en salir
por no tener dónde vivir fuera de ella. Fue el lugar de la consagración de
Mons. Faure y será ahora el lugar de la consagración del mismo Dom Tomás de
Aquino Ferreira da Costa, mi padre espiritual y el amigo más entrañable que Dios
podría haberme dado. Sí, soy hijo suyo y del Monasterio de la Santa Cruz, y fue
aquí, en este pequeño rincón del cielo, que pude sentir por primera vez el tan
agradable olor de la santidad.
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ENGLISH
WHO IS DOM THOMAS AQUINAS FERREIRA DA COSTA, OUR NEW
BISHOP: A TESTIMONY
Carlos Nougué
(Professor of the House of Studies Saint Anselm,
of
the Monastery of the Holy Cross)
Miguel
Ferreira da Costa was born in Rio de Janeiro, Brazil, in 1954. Before starting the law career, he made his studies in
the Saint Benedict College of Rio de Janeiro, where I had the opportunity to be
his classmate during a brief time. He took part of the Traditionalist and
anti-modernist movement organized around Gustavo Corção and Permanencia magazine; then, it began his
life of “faithful warrior and veteran of the post-Conciliar war for the Faith”,
as Bp. Williamson wrote. He began, as I said, to study Law, but he quit to become
a monk with the name of Thomas Aquinas, in the French monastery of Barroux,
which superior was Dom Gérard at that time; and he was ordained priest in 1980,
in Ecône, by Archbishop Lefebvre. He was then able to enjoy the friendship, the
example, the teaching of the SSPX’s founder.
He came to Brazil with a group of monks of Barroux to
found the Monastery of the Holy Cross in Nova Friburgo, Rio de Janeiro /
Brazil. However, in the meantime Dom Gérard, against the instances of AB
Lefebvre, marched toward an agreement with the conciliar Rome, against which
Dom Thomas Aquinas was also opposed. The split was inevitable. The Monastery of
the Holy Cross, with the support of AB Lefebvre to Dom Thomas Aquinas, became
independent, but friend of the SSPX. Indeed, AB Lefebvre wrote in a letter to
Dom Thomas, letter which I had the privilege of reading, something like this: You
must revere and consult the bishops of the SSPX, but they do not have
jurisdiction over you because, as Prior of the Monastery, you must have
autonomy.
But the relationship between Dom Thomas and his Monastery
with the SSPX was becoming difficult, especially with the approach of the SSPX
to neo-modernist Rome. When Benedict XVI released his Motu Proprio about the
"extraordinary rite", Dom Thomas Aquinas refused to sing at the Sunday
Mass the Te Deum asked by Bp. Fellay
to celebrate the papal document, and, especially for the “lifting of the
excommunications” by the same pope, Dom Thomas wrote to Bp. Fellay a letter
where he said that he will not follow his steps towards an agreement with
conciliar Rome. Sometime later, Bp. De Galarreta and Fr. Bouchacourt appeared at the
Monastery (I’m an eyewitness) to say to Dom Thomas he had 15 days to leave the
Monastery; otherwise the Monastery wouldn’t receive help and sacraments (Order
included) from the SSPX.
I
wrote to Bp. Fellay to complain
about this injustice, and received for answer the following: “As long as he
doesn’t leave the Monastery, this one will not receive our help”. I responded: “I
should have the same mental problem, because I know him for twelve years and I
never realized”. It truly was something similar to Stalinism and its
psychiatric hospitals for opponents.
Then Dom Thomas hesitated: if he left the monastery,
it would be its ruin regarding the Faith; but if he stayed, he would deprive it
of all the help needed. It was then when Bp. Williamson came to the rescue: our
English Bishop wrote a letter to Dom Thomas in which he assured the monastery
all the sacraments; this way Dom Tomas could remain in it. This was enough for
all of us to react: it was the beginning of what is now known as the
Resistance, which had as first organ the website called SPES, today offline for
having played the role to which it was destined. The Monastery then became the
reception center for the priests who, wanting to leave the SSPX by the
treachery of his superiors, hesitated to leave because they had nowhere to live.
It was the consecration place of Bp. Faure and now it will be the place of the
consecration of Dom Thomas Aquino Ferreira da Costa himself, my spiritual
father and closest friend that God could had given to me. Yes, I’m his son and the
Monastery of the Holy Cross’ son and it was here, in this little corner of
heaven, I could feel for the first time the most pleasant odor of sanctity.
(Traduction faite par Marguerite dans le forum Christus Vincit)
Carlos NOUGUE (professeur à la Maison des études Saint Anselme du Monastère de la Sainte Croix)
Miguel Ferreira da Costa est né à Rio de Janeiro au Brésil en 1 954. Avant de commencer des études de droit, il a fait ses études au Collège Saint Benoît de Rio de Janeiro, où j’ai eu l’occasion de d’être son camarade de classe pendant une courte période. Il prit part au mouvement traditionaliste et anti-moderniste organisé autour de Gustavo Corçao et du magazine Permanence ; commença alors sa vie de « fidèle guerrier et vétéran de la guerre post-conciliaire pour la défense de la Foi », comme l’a écrit Mgr Williamson. Comme je vous l’ai dit, il commença des études de droit, mais il les quitta pour devenir moine sous le nom de Thomas d’Aquin, dans le monastère français du Barroux, dont le supérieur était alors Dom Gérard ; et il fut ordonné prêtre en 1 980, à Ecône, par Mgr Lefebvre. Il fut alors à même de profiter de l’amitié, de l’exemple et de l’enseignement du fondateur de la FSSPX.
Il vint au Brésil avec un groupe de moines du Barroux pour fonder le monastère de la Sainte Croix à Nova Friburgo, Rio de Janeiro au Brésil. Cependant, à la même époque, Dom Gérard, malgré les conseils de Mgr Lefebvre, travaillait à un accord avec la Rome conciliaire, auquel Dom Thomas d’Aquin était aussi opposé. La scission devenait inévitable. Le monastère de la Sainte Croix devint, avec le soutien de Mgr Lefebvre au Père Thomas d’Aquin, indépendant mais ami de la FSSPX. En effet, Mgr Lefebvre écrivit une lettre au Père Thomas d’Aquin, lettre que j’ai eu le privilège de lire, quelque chose comme ceci : Vous devez respecter et consulter les évêques de la FSSPX, mais ils n’ont pas juridiction sur vous car, comme prieur du monastère, vous devez avoir votre autonomie.
Mais les relations entre Dom Thomas d’Aquin et son monastère, et la FSSPX devinrent difficiles, surtout avec le rapprochement de la FSSPX avec la Rome néo-moderniste. Lorsque Benoît XVI publia son Motu Proprio sur « le rite extraordinaire », Dom Thomas d’Aquin refusa de chanter à la messe dominicale le Te Deum demandé par Mgr Fellay pour saluer le document pontifical ; et, à l’occasion de la « levée des excommunications » par le même Pape, Dom Thomas d’Aquin écrivit une lettre à Mgr Fellay dans laquelle il annonçait qu’il ne le suivrait pas dans un accord avec la Rome conciliaire. Peu de temps après, Mgr De Galarreta et l’abbé Bouchacourt apparurent au monastère (J’en suis témoin) pour dire au Père Thomas d’Aquin qu’il avait 15 jours pour quitter le monastère ; si non, le monastère ne recevrait plus l’aide et les sacrements (y compris l’Ordre) de la FSSPX.
J’écrivis à Mgr Fellay pour me plaindre de cette injustice et je reçus la réponse suivante : « Tant qu’il n’aura pas quitté le monastère, celui-ci ne recevra pas notre aide ». Je répondis : « Je dois avoir le même problème mental car je le connais depuis 12 ans et je n’ai rien remarqué. » C’était vraiment quelque chose de similaire au stalinisme et ses hôpitaux psychiatriques pour opposants.
Alors Dom Thomas d’Aquin hésita : s’il quittait le monastère, ce serait sa ruine au regard de la Foi ; mais s’il restait, il le priverait de tout le soutien nécessaire. C’est à ce moment que Mgr Williamson vint à la rescousse : notre évêque anglais écrivit une lettre au Père Thomas d’Aquin dans laquelle il garantit tous les sacrements au monastère. Ce fut suffisant pour que chacun de nous réagisse : ce fut le commencement de de ce qu’on appelle maintenant la Résistance, qui a eu son premier site Web intitulé SPES, maintenant défunt après avoir rempli le rôle auquel il était destiné. Le monastère devint alors le centre d’accueil pour les prêtres qui, souhaitant quitter la FSSPX en raison de la trahison de leurs supérieurs, hésitaient parce qu’ils n’avaient nulle part où aller. Là eut lieu la consécration épiscopale de Mgr Faure et maintenant va y avoir lieu la consécration épiscopale de Dom Thomas d’Aquin Ferreira da Costa lui-même, mon père spirituel et l’ami le plus proche que Dieu ait pu me donner. Oui, je suis son fils et le fils du monastère de la Sainte Croix et c’est ici, dans ce petit coin de paradis, que j’ai pu sentir pour la première fois la plus plaisante odeur de sainteté.
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Français
(Traduction faite par Marguerite dans le forum Christus Vincit)
Qui est Dom Thomas d’Aquin Ferreira da Costa,
notre nouvel évêque.
Témoignage
Carlos NOUGUE (professeur à la Maison des études Saint Anselme du Monastère de la Sainte Croix)
Miguel Ferreira da Costa est né à Rio de Janeiro au Brésil en 1 954. Avant de commencer des études de droit, il a fait ses études au Collège Saint Benoît de Rio de Janeiro, où j’ai eu l’occasion de d’être son camarade de classe pendant une courte période. Il prit part au mouvement traditionaliste et anti-moderniste organisé autour de Gustavo Corçao et du magazine Permanence ; commença alors sa vie de « fidèle guerrier et vétéran de la guerre post-conciliaire pour la défense de la Foi », comme l’a écrit Mgr Williamson. Comme je vous l’ai dit, il commença des études de droit, mais il les quitta pour devenir moine sous le nom de Thomas d’Aquin, dans le monastère français du Barroux, dont le supérieur était alors Dom Gérard ; et il fut ordonné prêtre en 1 980, à Ecône, par Mgr Lefebvre. Il fut alors à même de profiter de l’amitié, de l’exemple et de l’enseignement du fondateur de la FSSPX.
Il vint au Brésil avec un groupe de moines du Barroux pour fonder le monastère de la Sainte Croix à Nova Friburgo, Rio de Janeiro au Brésil. Cependant, à la même époque, Dom Gérard, malgré les conseils de Mgr Lefebvre, travaillait à un accord avec la Rome conciliaire, auquel Dom Thomas d’Aquin était aussi opposé. La scission devenait inévitable. Le monastère de la Sainte Croix devint, avec le soutien de Mgr Lefebvre au Père Thomas d’Aquin, indépendant mais ami de la FSSPX. En effet, Mgr Lefebvre écrivit une lettre au Père Thomas d’Aquin, lettre que j’ai eu le privilège de lire, quelque chose comme ceci : Vous devez respecter et consulter les évêques de la FSSPX, mais ils n’ont pas juridiction sur vous car, comme prieur du monastère, vous devez avoir votre autonomie.
Mais les relations entre Dom Thomas d’Aquin et son monastère, et la FSSPX devinrent difficiles, surtout avec le rapprochement de la FSSPX avec la Rome néo-moderniste. Lorsque Benoît XVI publia son Motu Proprio sur « le rite extraordinaire », Dom Thomas d’Aquin refusa de chanter à la messe dominicale le Te Deum demandé par Mgr Fellay pour saluer le document pontifical ; et, à l’occasion de la « levée des excommunications » par le même Pape, Dom Thomas d’Aquin écrivit une lettre à Mgr Fellay dans laquelle il annonçait qu’il ne le suivrait pas dans un accord avec la Rome conciliaire. Peu de temps après, Mgr De Galarreta et l’abbé Bouchacourt apparurent au monastère (J’en suis témoin) pour dire au Père Thomas d’Aquin qu’il avait 15 jours pour quitter le monastère ; si non, le monastère ne recevrait plus l’aide et les sacrements (y compris l’Ordre) de la FSSPX.
J’écrivis à Mgr Fellay pour me plaindre de cette injustice et je reçus la réponse suivante : « Tant qu’il n’aura pas quitté le monastère, celui-ci ne recevra pas notre aide ». Je répondis : « Je dois avoir le même problème mental car je le connais depuis 12 ans et je n’ai rien remarqué. » C’était vraiment quelque chose de similaire au stalinisme et ses hôpitaux psychiatriques pour opposants.
Alors Dom Thomas d’Aquin hésita : s’il quittait le monastère, ce serait sa ruine au regard de la Foi ; mais s’il restait, il le priverait de tout le soutien nécessaire. C’est à ce moment que Mgr Williamson vint à la rescousse : notre évêque anglais écrivit une lettre au Père Thomas d’Aquin dans laquelle il garantit tous les sacrements au monastère. Ce fut suffisant pour que chacun de nous réagisse : ce fut le commencement de de ce qu’on appelle maintenant la Résistance, qui a eu son premier site Web intitulé SPES, maintenant défunt après avoir rempli le rôle auquel il était destiné. Le monastère devint alors le centre d’accueil pour les prêtres qui, souhaitant quitter la FSSPX en raison de la trahison de leurs supérieurs, hésitaient parce qu’ils n’avaient nulle part où aller. Là eut lieu la consécration épiscopale de Mgr Faure et maintenant va y avoir lieu la consécration épiscopale de Dom Thomas d’Aquin Ferreira da Costa lui-même, mon père spirituel et l’ami le plus proche que Dieu ait pu me donner. Oui, je suis son fils et le fils du monastère de la Sainte Croix et c’est ici, dans ce petit coin de paradis, que j’ai pu sentir pour la première fois la plus plaisante odeur de sainteté.