(Palabras de Mons. Lefebvre posteriores al retiro de su firma del "Protocolo de Acuerdo" de 1988).
Algunos quisieran cambiar esto o aquello, unirse a
Roma al Papa… dicen que hay que
tener caridad, tener buenos sentimientos, que hay que evitar divisiones... Pero ellos nos traicionan, dan la mano a los que demuelen la Iglesia,
a aquellos que tienen ideas modernistas y liberales, y por lo tanto condenados
por la Iglesia. Por lo tanto, ahora ellos hacen el trabajo del diablo...
Se encuentran en un verdadero callejón sin salida, pues no
se puede dar la mano a los modernistas y querer conservar la Tradición... Eso ha sido lo que ha destruido a la Cristiandad en Europa. Francia, Alemania,
Suiza... Son precisamente los liberales los que han permitido a la Revolución
instalarse, precisamente porque tendieron la mano a aquellos que tienen
principios contrarios...
Hay que saber si queremos colaborar también a la destrucción de la Iglesia, a
la ruina del reinado social de Nuestro Señor, o bien si estamos decididos a
trabajar por el reinado de Nuestro Señor Jesucristo. Todos los que quieran venir con
nosotros, para trabajar con nosotros, Deo gratias, nosotros los recibimos, poco
importa de dónde vienen, pero que no nos digan que dejemos nuestro camino para
ir con ellos, a colaborar con los otros. No es posible... pues el combate que llevamos a cabo no
es algo nuestro, es el combate de Nuestro Señor Jesucristo por amor y para
defender a la Iglesia.
No podemos dudar: o estamos con la Iglesia o contra ella. No podemos admitir a esta iglesia conciliar que cada vez tiene menos de la Iglesia católica, prácticamente no le queda ya nada.
No podemos dudar: o estamos con la Iglesia o contra ella. No podemos admitir a esta iglesia conciliar que cada vez tiene menos de la Iglesia católica, prácticamente no le queda ya nada.
Monseñor Lefebvre, 6 de septiembre de 1990.