FÁTIMA
(Extractos del libro “The Tempter’s Hour”, que recopila tres entrevistas al P. Martin, realizadas por Bernard Janzen en 1997)
Juan
Pablo II tenía una estrategia geopolítica para derrumbar la cortina de hierro.
Hasta 1981, estaba persuadido que tendría un largo reinado por delante y que
tenía bastante tiempo para trabajar en soluciones a los problemas. Entonces le
dispararon. Cuando estaba en el hospital Gemelli en Roma, tuvo una visión. Tuvo
la visión de Fátima. Pensó que Dios se la había revelado. Así que
repentinamente mandó por su secretario personal y obtuvo una copia del Tercer
Secreto, que no había estudiado aún. Lo leyó y entonces llamó a una monja, una
monja muy conocida que es una experta en Fátima, y la mandó a Portugal para
hablar con Sor Lucía. Y cuando salió del hospital era obvio que tenía otro
objetivo geopolítico en mente. Él sintió que no viviría mucho tiempo y que su
papado no duraría mucho. Estableció tanta influencia geopolítica como pudo para
liberar Europa del Este. Pero había un fallo en su armadura. Y el fallo era
este: él ganó a través de una organización llamada Solidaridad. El problema es
que Solidaridad era un movimiento puramente secular. ¡Nada religioso! Fue a
través de Solidaridad que vencieron a los Estalinistas en Polonia. Fue
Solidaridad que hizo caer a Edward Gierek, el líder polaco, junto con todo su
gobierno. Se apoyó en organizaciones seculares para ejecutar su estrategia
geopolítica. No estaba actuando a través de la fe. No, él estaba haciendo
política y era la geopolítica de la razón, no de la fe. Para 1989, estaba muy
inmerso en la geopolítica de la razón y se volvió amigo de Mikhail Gorvachev.
Se volvió muy cercano a los americanos. Se apoyó en movimientos seculares para
lograr fines espirituales y eso no sucedió. ¡Las cosas empeoraron!
Así
que la liberación de Europa del Este no tuvo los frutos espirituales que
esperaba. Porque Juan Pablo II cometió un error, el mismo error que cometieron
Juan XXIII y Paulo VI. Me han preguntado una y otra vez, “¿por qué estos tres
papas cometieron este error?” El error fue que estos Papas no obedecieron el
mandato de la Reina del Cielo. Ella dijo que todos los obispos juntos debían
consagrarle Rusia. Y Rusia se convertiría. Si se hubiera realizado esta
consagración, Rusia se hubiera vuelto católica, el marxismo hubiera terminado y
no habría castigo. Pero también Ella dijo que si no se realizaba la consagración,
su Hijo iba a castigarnos a todos. Juan XXIII, Paulo VI y Juan Pablo II
desatendieron esta orden y advertencia. Juan XXIII dijo: “Los niños no sabían lo que decían. Ellos pensaban que Rusia era una
prostituta en las calles de Lisboa. Yo estoy hablando con Nikita Khrushchev y
él permitirá que observadores vengan a mi concilio si yo no condeno el
comunismo”. Y por lo tanto, Juan XXIII no permitió a los padres del
concilio condenar el comunismo. Dijo: “No
publicaremos esta carta nunca. Nunca será publicada. Y no consagraré Rusia
porque si lo hiciera, Nikita Khrushchev lo consideraría un acto de guerra. Si
todos los obispos, 2700, se juntaran en un lugar y condenaran el comunismo, los
Soviets lo considerarían un acto de guerra. Entonces ciertamente habría persecución”.
Ese fue el razonamiento de Juan XXIII. Paulo VI simplemente le temía a su
propia sombra y además, él realmente no creía en Fátima. Juan Pablo II creía de
alguna manera en Fátima, pero no creía en todo el mensaje. Decidió que no podía
hacer la consagración porque él no era el Papa de 1960.
De
hecho, él permitió que se silenciara a Sor Lucía y la supresión del mensaje de
Fátima. Su secretario de estado, el cardenal Casaroli, quien es ateo, suprimió
a través de representantes del Vaticano el mensaje de Fátima todo lo que fuese
posible. Por ejemplo, el delegado apostólico en Lisboa y todo su personal eran
muy favorables a Fátima. Casaroli los cambió y puso a un delegado apostólico
que no lo era. Así actuó. Así que, ¿por qué los últimos tres papas se negaron a
obedecer el mandato de Nuestra Señora? Cuando se le pidió a Juan Pablo II
consagrar Rusia, todo lo que hizo fue arrodillarse en San Pedro y a la mitad de
la consagración de la raza humana al Corazón Inmaculado de María, dijo:
“Ilumina especialmente a aquellos pueblos que particularmente necesitan ser
encomendados y consagrados”. ¿Qué clase de palabrería es esa? Para mí es
palabrería. Yo creo que la razón de que la Consagración no se haya realizado se
remonta a Lucifer. Él simplemente tiene demasiado poder entre los prelados de
la Iglesia. Es perfectamente capaz de neutralizar a la gente que intenta algo.
¡Estamos
hablando de la Reina del Cielo! Y aunque Juan XXIII estuviera preocupado de que
Nikita Khrushchev nos declararía la guerra, él debió decir [a N. Señor. N. NP]:
“Tú quieres que esto se haga, así que
debes tener un plan. Debo confiar en Ti! Pero no había confianza, ninguna
confianza en absoluto. Ellos han sido piezas fundamentales al permitir la
destrucción de la organización [de la Iglesia. N. de NP]. ¡Y tendrán que responder
por ello!
Pero
el mensaje de Fátima sigue en pie. ¡Sigue en pie! Los errores de Rusia ahora
están extendidos en el mundo. Nuestra Señora dijo, “Rusia se convertirá”. Así que Rusia se convertirá si Ella dijo que
lo haría, pero también dijo que sería tarde. Así que Rusia es una parte crucial
en el plan de Dios ¿Por qué? La respuesta a esa pregunta me llevaría muy lejos
en el campo de los secretos papales. Pero el hecho es que Rusia es parte del
Plan de Dios. Es la elección de Dios.
Es
un hecho, tenemos el testimonio de Nuestra Señora que Dios visitará a la
humanidad para castigarla por sus pecados. Nuestra Señora lo ha dicho en sus
apariciones que están aprobadas por la Iglesia. No será una simple inundación o
una plaga. Será algo mucho peor. Esto debe creerse, a menos que usted sea un
cínico y no acepte las apariciones de Nuestra Señora aprobadas por la Iglesia.
Si usted no cree, tendrá un brusco despertar algún día. Pienso que la Reina del
Cielo manifiestamente nos ha advertido que, dentro de pocas décadas, habrá
problemas.
Entonces
el tiempo lo dirá, pero yo creo que “mantener los ojos en el cielo” es una
consigna prudente. Creo que la señal de Nuestra Señora aparecerá en el cielo
pronto. Esto será un shock para todos. Alertará a todos que hay un Dios y que
somos responsables ante Él. Desafortunadamente, no convertirá a nadie. No hará
que los no creyentes crean. Pero confirmará a aquellos que tienen fe. Podría
ayudar a los que vacilan en la fe.
Esto
pasó más de una vez antes que empezara la guerra, pero poca gente le prestó
atención. El único hombre que puso atención fue Hitler. El 23 de agosto de
1939, Hitler estaba en Berghof. Esta fue la noche a quien algunos llamaron la
gran Aurora Boreal. Una luz de intensidad inusual iluminó el cielo. Hitler
estaba mirando este espectáculo con sus allegados como Goering, Goebbels y
Himmler, y sus hombres preguntaron “¿qué piensa de esto?, y Hitler dijo: “habrá
derramamiento de sangre”. En América dijeron que simplemente fue una aurora boreal.
Fue
como en 1986, cuando el milagro de Fátima tuvo lugar en Roma. Fue fotografiado
por la televisión italiana pero no lo mostraron en América. Esto muestra cómo
las noticias de Nuestra Señora son suprimidas por los medios de comunicación.
El milagro sucedió en un lugar llamado Tre Fontane, donde Nuestra Señora tiene
un santuario. Repentinamente el sol comenzó a girar. Yo tengo la grabación, es
estremecedora, con el sol girando, acercándose, cambiando colores.
Así
que estamos en esta situación, los medios de comunicación no quieren darle
publicidad al Cielo o a las señales del Cielo. Pero habrá una señal que no
podrán desatender porque todo el mundo lo verá dondequiera que estén.
LA
FSSPX
(Extractos tomados de Shoes of the
Fisherman, entrevista al P. Martin por Bernard Janzen en 1993)
Los
romanos declararon que Mons. Lefebvre y los cuatro obispos están excomulgados.
Pero nadie cree que esas excomuniones sean válidas, ni siquiera los romanos.
Ellos saben que fue una acción formal diseñada para asustar a la gente y
alejarla de él. Pero Mons. Lefebvre no fue excomulgado y no murió excomulgado.
En Roma, esto se admite tras las puertas cerradas, aunque no lo admitirán en
público.
El
odio a Mons. Lefebvre es muy grande. La posición oficial es que está
excomulgado, pero los hombres de Iglesia saben que no lo está. Hay mucha
controversia, pero este es uno de los logros de Mons. Lefebvre. Ha puesto una
espina en la garganta de los burócratas romanos. No la pueden tragar ni echar
fuera. La dificultad para los romanos es que no pueden detener a los lefebvristas.
Están muy bien establecidos financieramente. Son independientes. Roma no puede
tomar sus edificios. Todos estos edificios pertenecen a una entidad legal
separada. Esto es lo que enfurece a los romanos de toda la controversia de
Lefebvre. Es intocable. Ahora, los romanos le piden que venga a Roma para
hablar. Luego, un vocero de la FSSPX, como el P. Schmidberger dice: “sí, hablaremos, pero estas son las
condiciones”. Y por supuesto, las condiciones siempre son inaceptables para
los romanos y por lo tanto las conversaciones se rompen. Luego los romanos
esperan un poco y vuelven otra vez. Y otra vez y otra vez, porque los
seguidores de Mons. Lefebvre no se rinden. Si
Lefebvre hubiera cedido ante Roma, su organización ahora estaría muerta. Ellos
la hubieran tomado y liquidado. Lefebvre vio este peligro y dijo, “no
seguiremos con esta farsa”.
Entonces
ellos ya no pueden eliminar la Misa Romana. Mons. Lefebvre tiene muchísimos
seguidores, seguridad financiera e independencia en muchas naciones en todo el
mundo. Roma ha sido vencida en su propio juego. Ellos no pueden eliminar la
Misa Romana. Por eso Roma estableció el Indulto, la Comisión Ecclesia Dei y la
Fraternidad San Pedro.
Entonces ellos no pueden ser eliminados. Esto es lo
que enfurece a las autoridades romanas ¡realmente esto los enfurece!
Si pudieran comprarlos lo harían y luego
cerrarían todo. Si ellos fueran dueños de estos seminarios, los cerrarían pero
no pueden hacerlo. [Pero, según Mons. Fellay, Roma ha cambiado: ya no quiere la destrucción de la FSSPX. “Si esto es cierto, y de eso estoy seguro, eso
exige de nosotros una nueva posición con la Iglesia oficial”. (Cita del Cor Unum 101) N. de
NP]