“Anti-Lefebvrismo”
– II
Gracias
a Dios por un enorme don.
Monseñor Lefebvre, que impulsó la Tradición.
Monseñor Lefebvre, que impulsó la Tradición.
¿Hay
alguna razón por la cual NM (ver los “Comentarios” de la semana pasada), para
tratar el problema de los Papas Conciliares, recurre a la dramática solución de
declarar que no han sido Papas en absoluto? Parece que lo hay. La Iglesia
Católica es humana (una sociedad de seres humanos) y divina (especialmente animada
por el Espíritu Santo), y es importante no confundir ambos. Los seres humanos
como tales son todos falibles. Sólo Dios es infalible. El error de los
católicos que recurren a la solución dramática de NM es que están atribuyendo a
los Papas humanos demasiada de la infalibilidad que puede venir sólo de Dios.
Tomemos una ilustración de cualquier hogar moderno.
Cuando
pongo un conector eléctrico en un enchufe en la pared, la corriente eléctrica
no viene del conector, viene de la central eléctrica a través de la pared y del
enchufe al conector y cualquier aparato que necesite la corriente eléctrica. La
central eléctrica es Dios. La pared y el enchufe son la Iglesia. La corriente
es la infalibilidad de la Iglesia, que viene de Dios. El conector son las
cuatro condiciones que sólo el Papa puede insertar en el enchufe. Esas
condiciones son por supuesto que él 1) hable como Papa 2) para fijar de una vez
por todas, 3) un punto de fe o moral 4) con la intención de obligar a todos los
católicos a aceptarlo. A través del cumplimiento de las cuatro condiciones, él
y sólo él ha asegurado el acceso como ser humano a la infalibilidad divina de
la Iglesia. Las cuatro condiciones involucran al Papa. La infalibilidad
involucra a Dios.
También por supuesto, este enchufe particular, conocido como el Magisterio Extraordinario de la Iglesia (ME), no es el único acceso de los seres humanos a la infalibilidad de la Iglesia. Acceden a ella mucho más por el Magisterio Ordinario de la Iglesia (MO), que es la Tradición Católica, o, lo que es lo mismo, lo que todos los maestros de la Iglesia, Papas y Obispos en particular, han enseñado por todo el mundo desde que Jesucristo como Dios depositó ese Depósito de la Fe en Su Iglesia, confirmado infaliblemente en los Apóstoles en Pentecostés y transmitido infaliblemente por ellos hasta que murió el último de ellos.
Desde
entonces esa doctrina estuvo en manos de seres humanos falibles, a quienes Dios
dejó su libre albedrío para enseñar el error si así lo decidían. Pero si alguna
vez el error humano puso en duda lo que pertenecía a la doctrina infalible y lo
que no, Dios dio a su Iglesia también el Magisterio Extraordinario,
precisamente para fijar de una vez por todas lo que pertenece y lo que no
pertenece al Magisterio Ordinario. ¡Así que el MO es al ME como perro a la
cola, y no como cola al perro!
El
problema de innumerables católicos desde la definición solemne, en 1870, de la
infalibilidad de la Iglesia es que ya que el acceso del ME a la infalibilidad
de la Iglesia está automáticamente garantizado de una manera que el acceso del
MO no lo está, entonces el ME parece superior, y los católicos tienden a
exagerar el ME y a transferir al Papa personalmente esa infalibilidad que en
realidad pertenece automáticamente sólo a la Iglesia. Esto significa que si el
Papa comete errores graves como los de los Papas Conciliares, entonces la única
explicación posible es que no son Papas. O, si son Papas, entonces uno debe
seguir sus errores. La lógica es buena, pero la premisa es falsa. Los Papas no
son tan infalibles. Pueden cometer graves errores, como el Vaticano II y sus
Papas Conciliares han demostrado, ¡como nunca antes en toda la historia de la
Iglesia! Pero la Iglesia sigue siendo infalible, y por lo tanto sé que la
Tradición Católica durará hasta el fin del mundo a pesar de lo peor que
cualquier pobre Papa pueda intentar hacer de aquí a entonces.
¿Pero
cómo sé que al Papa como Papa le pertenece sólo el acceso privilegiado (c uatro
condiciones) a la corriente eléctrica (infalibilidad), y no la corriente misma
que pertenece a la pared (la Iglesia)? ¡Porque la misma definición de
infalibilidad de 1870 lo dice! Basta con leer:—cuando el Papa cumple las
cuatro condiciones (antes mencionadas), entonces él “posee, por la
asistencia divina que le fue prometida en el bienaventurado Pedro, aquella
infalibilidad de la que el divino Redentor quiso que gozara su Iglesia en
la definición de la doctrina de fe y costumbres”.
Así
que los Papas Católicos son libres de cometer errores terribles sin que la
Iglesia sea menos infalible.
Kyrie
eleison.