LE SEL DE LA TERRE N° 93, verano de 2015
EDITORIAL
El retorno de la Roma conciliar (continuación)
ROMA Y EL VATICANO
Analizando
las dificultades que encontraron las dominicas de Fanjeaux durante su
peregrinación a Roma en el mes de febrero de este año, el P. Simoulin se vio
obligado a reconocer: “Está Roma… y luego
está el Vaticano y sus funcionarios, ¡los guardianes de la ley y del Templo!
Esto no es siempre la misma cosa, desgraciadamente”. “Debemos distinguir, desgraciadamente, entre Roma y el Vaticano, entre
lo que viene de Roma y lo que viene del Vaticano”.
Es
a Roma que las religiosas llevaron a sus alumnas, pero ellas se toparon con el
Vaticano. Ellas pidieron autorización de tener la Misa en una iglesia, pero les
fue negada por intervención del secretario de la comisión pontifical Ecclesia
Dei (Mons. Pozzo).
Ellas
habían escrito al papa, al obispo de Roma: “¿Cómo
decirle a nuestras alumnas que las iglesias de Roma están cerradas para ellas y
que no sabemos en dónde tendrán la misa? […] Usted es el único, Santísimo Padre, que puede resolver esta dificultad
de la celebración de las misas y así permitir a nuestras alumnas y a los
miembros de nuestra congregación el buen desarrollo de esta peregrinación. Para
nosotros será entonces una ocasión providencial de crecer en el amor de la
Iglesia y el deseo de servirla. Seguras de vuestra comprensión, Santísimo
Padre, le pedimos humildemente su bendición”.
Pero,
señala el P. Simoulin: “el papa, que
parece no interesarse más que por la “periferia”, no da ni respuesta, ni
comprensión, ni bendición”. En breve, el papa parece haberse comportado en
este asunto más como el jefe del Vaticano que como el obispo de Roma.
¿No
encontramos en este análisis, la distinción de las dos Iglesias: Roma (la
Iglesia Católica) y el Vaticano (la iglesia conciliar)? Y, hasta prueba en
contrario, el Vaticano, con el papa a la cabeza, es también la jerarquía de la
Iglesia Católica. ¿No reencontramos la idea que hay una jerarquía para dos iglesias?
ENTRAR EN LA IGLESIA
En
un artículo aparecido en el Courrier de
Rome de abril de 2015 (n° 386), el P. Jean Michel Gleize se interroga sobre
el significado de la frase enunciada por Mons. Pozzo el 20 de marzo de este
año: “El papa espera que la Fraternidad
San Pio X decida entrar en la Iglesia[i]”.
Él se plantea principalmente esta pregunta:
“En el espíritu de las autoridades romanas
actuales, ¿qué significa “entrar en la Iglesia?” Y ¿qué es la Iglesia? Subrayemos de paso: Mons. Pozzo no dice que la
Fraternidad debe decidirse a “entrar de nuevo”, a “re-entrar”, o a “regresar” a
la Iglesia; él dice precisamente: “entrar”, lo que supone, en buena lógica, que
la Fraternidad jamás fue parte de la Iglesia. Tal conclusión es evidentemente
contraria a los hechos históricos comprobados, pues la Fraternidad obtuvo de Su
Excelencia Mons. Charriere un reconocimiento canónico en buena y debida forma,
precisamente el 1º de noviembre de 1970, fecha de su nacimiento en el seno de
la santa Iglesia. Sin embargo, allí hay una pista que debe ponernos en la vía
de lo que estamos obligados a llamar una “nueva” eclesiología. Eclesiología
nueva, tal vez, pero ciertamente todo menos católica. La nueva definición de la
Iglesia, aparece sobre todo en los textos donde, en el Vaticano II y desde
entonces, los papas justifican la práctica del ecumenismo. Pues esta práctica
presupone una concepción nueva de la Iglesia”.
El
P. Gleize desarrolla entonces una extensa argumentación para explicar que la
“nueva” eclesiología del Vaticano II es inadmisible y que la proposición de
Mons. Pozzo “se inscribe en una
eclesiología extraña al dogma católico”.
Pero,
de hecho, él no responde a la pregunta que él mismo planteó: “En el espíritu de las autoridades romanas
actuales, ¿qué significa “entrar en la Iglesia”?
Sin
embargo, hay una respuesta simple: puesto que -al decir del mismo P. Gleize-
hay desde el Vaticano II una nueva eclesiología, una nueva
definición de Iglesia, es porque hay una nueva iglesia que llamamos
justamente: iglesia conciliar. Lo que Mons, Pozzo pide a la FSSPX, es
simplemente entrar en la iglesia conciliar.
De
nuevo, el concepto de iglesia conciliar responde a la realidad y resuelve los
problemas planteados.
[i] La Croix.com (20 de marzo de 2015). El texto completo se encuentra
en Le Sel de la terre 92, pág. 152-153.
(CONTINÚA EN UNA PRÓXIMA ENTRADA)
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