Comunica el Padre Pinaud que ha
apelado la inicua sentencia que le ha prohibido todo ministerio, ni siquiera
tiene derecho a decir su Misa en privado.
Monseñor Fellay agradece a la Virgen por no
haber firmado el acuerdo, pero le otorga un castigo extraordinariamente injusto
a un sacerdote que se levantó en contra de dicho acuerdo…
Podemos hacer aquí un paralelo con
las purgas de Stalin: todos aquellos que dudaban de su política debían ser
eliminados. ¿Monseñor Fellay no está haciendo lo mismo cuando se deshace de
manera arbitraria y escandalosa de sus oponentes?