El Seminario de La Reja de la Nueva FSSPX acaba de sacar un nuevo boletín. Podemos decir a esta altura –hay que reconocerlo y decirlo- que es coherente con lo que “predica” el “branding” contratado por Menzingen. ¿Cómo se difunde la “fecita” de la Nueva FSSPX? Con una hojita. ¡Hojitas de Fe!
Acaso alguien dirá que tenemos mala espina cuando hablamos de “fecita”. Pero esto es simplemente una constatación, no de que la mayoría de los sacerdotes y fieles no tiene fe, sino de que la posición oficial se manifestó en aquella “Declaración doctrinal” de abril del 2012 entregada a Roma, y en ella, lejos de proclamar con todas las letras la Fe católica sin ambigüedades ni concesiones, por el contrario, se dejó en claro –para quien lo quiera y pueda ver- que la doctrina es una cosa discutible y se estaba dispuesto –por dejar que se le respetase su situación con respecto a Roma- a proclamar una “fecita”, que, ahora, entre otras cosas, se difunde en una “hojita”.
Pero lo de las “hojitas” no es ningún invento, ninguna originalidad del aparato publicitario de la Nueva FSSPX. No. Es algo que ya existe desde hace muchos años. Veamos los antecedentes de las “hojitas” en la iglesia conciliar:
En Chile:
“La Hojita del Domingo”, es un subsidio litúrgico al servicio de las Comunidades Cristianas. Ofrece la posibilidad de preparar la Liturgia, Meditar y Orar con la Palabra de Dios que la Iglesia proclama cada Domingo durante el Año Litúrgico”.http://sanpablochile.cl/liturgia/el-domingo/
En Argentina:
“La Hojita del Domingo” se conoce vulgarmente a “El Domingo. El periódico que nos une como Iglesia”.
También tenemos “La hojita de los niños”, para, justamente, los niños.
Cualquiera que vea estas “hojitas” se dará cuenta que no enseñan la fe católica, sino una serie de puerilidades y sandeces, cuando no herejías e ideas subversivas.
Lógicamente, estimamos que la Nueva FSSPX no pretenderá enseñar estas cosas, entonces ¿a cuento de qué imitar estos formatos (¿o “formatitos”, deberíamos decir?), donde parece que la prédica se dirige a un público infantil y/o poco viril? ¿O acaso se busca asimilar el exterior con esas “hojitas” para ganar a los fieles (o “público”) que no es tradicionalista?
Bien visto, no es difícil recordar la prédica de algunos sacerdotes que piensan en los fieles como en niños a los cuales no conviene darles más que leche, hasta que sean adultos. ¡Esto en una congregación fundada por Monseñor Lefebvre!
Por más que se busque enseñar la verdadera doctrina, el formato que se le ha dado no hace otra cosa que volver pueril (que no es lo mismo que decir “humilde”) una prédica que se supone destinada a los soldados de Cristo en un combate a muerte por la Fe en Cristo Rey. Si malo es caer en la temeridad e imprudencia de los que se figuran ser “super-tradis” de las cruzadas medievales, cuyos modos de comunicar espantan más que atraen a los fieles, muy malo –por no decir tonto- es ir a dar en la imagen simpaticona, agradable y fresca que pretende hacer de la fe algo fofo y fácilmente digesto.
En fin, tal vez se explique esta movida en que los seminaristas son cada vez más “chiquitos” y entonces el “seminarito” saca “hojitas”. Pero en el fondo nos parece una burda maniobra que, unida a la nueva estrategia de “marketing” de Menzingen para posicionar a la Fraternidad entre los fieles de la iglesia conciliar, busca maximizar sus réditos para atraer más gente a sus filas, sin darle a cambio la reciedumbre de la fe dolorosa y crucificada de Nuestro Señor, en un lenguaje claro y sencillo, recio y amable, sin buscar parecerse a nada más que la Iglesia de siempre.