¿Un nuevo cántico de la sirena?
La ultima conferencia y el ultimo sermón de Mons.
Fellay (en el congreso del “Angelus press” del 11, 12 y 13 de octubre, 2013)
hacen nueva y gran sensación... en ellas muestra su “garra” intransigente y
critica abundantemente el pensamiento y los actos del Papa Francisco,
presentando una visión “apocaliptica” del mundo y de la Iglesia... Vaya, ¿y
porque por tanto tiempo antes no y ahora sí...? ¿Se trata de una conversión
o... un cambio de táctica...? Vale la pena hacerse esta pregunta...
DE “SUTILEZA” EN “SUTILEZA” Y DE CONTRADICCIÓN EN
CONTRADICCIÓN...
Mons. Fellay dice en su conferencia del 12 de
octubre:
“El texto (del 15
abril 2012) que habíamos presentado a Roma era, podemos decir, un texto
"delicado" que debería haber sido bien comprendido”
“Es así que el tomar
cualquier frase o texto, excluyendo este principio, viene a ser lo mismo que
afirmar frases que nunca han estado ni en nuestro pensamiento, ni en nuestra
vida. Estas frases son en sí mismas ambiguas, es por ello, y a fin de
disipar esta ambiguedad, que nosotros quisimos introducir este principio.
Desgraciadamente, era tal vez demasiado sutil y esa es la razón por la
que nosotros hemos retirado este texto, porque él no era lo suficientemente
claro tal como estaba escrito”
En el documento del 15 de abril se
afirma claramente que tanto el nuevo misal como los nuevos rituales de los
sacramentos son legítimamente promulgados, lo cual tiene un sentido obvio, en
esto no hay ambiguedad. Lo mismo en cuanto a la aceptación del nuevo codigo de
derecho canónico. Y en cuanto a lo que pudiera haber en lo demás de ambiguo, el
que quizo servirse del instrumento de la ambiguedad deberia asumir también sus
consecuencias... Si la ambiguedad se presta a malentendidos ¿porque quejarse de
que esto suceda?, ¿porque entonces haberlo hecho? Y al final del absurdo viene
el oprobio, ¿porque admirarse entonces de los resultados?
El razonamiento del cristiano es un
razonamiento basado en la verdad... o debería serlo... El exceso de sutilezas
desdicen el lenguaje apostólico “Porque nuestra predicación no se inspira en el
error... hablamos no para agradar a los hombres, sino a Dios ... Ni hemos
buscado la gloria humana, ni la vuestra ni la de otros” (Epístola de la Misa de
San Pio X).
“Cuando uno ve lo que está sucediendo ahora [bajo el pontificado de Francisco],
damos gracias a Dios, damos gracias a Dios de que hemos sido protegidos de
cualquier tipo de acuerdo el año pasado. Y podemos decir que uno de los frutos
de la Cruzada [de Rosarios] que hemos hecho, es haber sido
preservados de tal desgracia. Gracias a Dios. No es que no queramos
ser católicos, por supuesto. Queremos ser católicos y somos católicos, tenemos
el derecho a ser reconocidos como católicos. Pero no vamos a comprometer
nuestros tesoros para ello. Por supuesto que no”
Entonces Mons. Fellay no retracta verdaderamente su
gestiones para obtener el reconocimiento y la “normalisación” dentro de la
iglesia conciliar... puesto que “tenemos el derecho a ser reconocidos
como católicos”. Es decir: ahora y enseguida, no pensamos hacer
acuerdos, pero, no excluimos el hacerlos más tarde... ¡Es la misma gata nadamás
que revolcada...!
“Los tiempos son muy graves. Debemos preocuparnos
verdaderamente por nuestra salvación, y para esto estamos privados de un
elemento muy importante, que es el apoyo que nos pueden dar las autoridades
(de la Iglesia).”
¡Que tragedia! Esto
sugiere de nuevo la idea de la “necesidad” de estar bajo la tutela de la
autoridad dentro de un marco legalista. Un acuerdo practico, sin acuerdo
doctrinal...
Igualmente, Mons. Fellay no teme la contradicción
con tal de conservar su preciosa influencia, puesto que en esta conferencia es
capaz de decir:
“Jamás ha sido nuestra intención pretender o que el
Concilio deba ser considerado bueno, o que la nueva misa pueda ser “legítima”
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Cuando antes había dicho:
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“Después de las discusiones, nos hemos dado cuenta que los errores
que creíamos provenientes del concilio de hecho son resultado de la
interpretación que generalmente se ha hecho de él”
(entrevista a “Catholic News Services”, Mayo de 2012)
“Nosotros declaramos reconocer la validez del sacrificio de la Misa
y de los Sacramentos celebrados con la intención de hacer lo que hace la
Iglesia según los ritos indicados en las ediciones típicas del Misal romano y
de los Rituales de los Sacramentos legítimamente promulgados por los
papas Paulo VI y Juan Pablo II”
(Declaración doctrinal de Mons. Fellay del 15 de
abril del 2012)
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“¡Como poder imaginar que ciertas
personas continúan a pretender que nosotros estamos decididos (todavía) a
querer obtener un acuerdo con Roma! ¡pobres de ellos! Yo los desafío a
probármelo. Ellos pretenden que yo pienso de otra manera de lo que hago.
Ellos no están en mi mente”
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Cuando antes había dicho:
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“Por el BIEN COMÚN de la Fraternidad preferiríamos
de lejos la solución intermediaria actual de status quo, pero obviamente
ROMA NO LA TOLERA MÁS.”
(Carta a los obispos donde se habla de la posibilidad de un acuerdo
con Roma. 14 de abril de 2012)
Las “seis condiciones” para hacer un acuerdo con Roma propuestas
por el Capítulo General del 2012, son un documento oficial y fueron
aprovadas por Mons. Felay! Y nunca han sido verdadera y directamente
retractadas...
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“El concilio (Vaticano II) no está en continuidad con la Tradición”
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Cuando antes había dicho:
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“Da la impresión de que rechazamos todo el
Vaticano II. Sin embargo, aceptamos el 95%.”
(entrevista a “La Liberté”, Mayo de 2001)
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EL PAPA FRANCISCO
Es
verdad que en su sermón del 13 de octubre pone en evidencia varios aspectos muy
negativos del Papa Francisco e igualmente su rechazo de la Misa Católica, así
como su muy marcada tendencia al ecumenismo. Pero también es verdad que Mons.
Fellay hace muy poco tiempo se excedía en elogios respecto a este mismo Papa...
Veamos unos ejemplos:
·
“Él quiere poner orden. Como es un
hombre de acción, decidido, incluso despótico en su ejercicio del poder, no es
imposible que llegue a poner el orden en una sociedad vaticana profundamente
corrompida”.
·
“En sus sermones, vemos que tiene la fe (…) todavía
no vemos aplicación concreta, pero sus sermones no están mal”.
·
“El papa Francisco tiene una fe profunda”; “Es
prudente”; “Quiere poner orden”; “Yo no soy profeta en eso, seamos prudentes,
no precipitemos los acontecimientos, veremos.” Monseñor
Fellay, Conferencia en Lille el 7 de mayo de 2013
Mons.
Fellay estima que Benedicto XVI ha contribuido a “restaurar” la Misa Tridentina
y esto como un acto de “prudencia” pero que no es el caso en lo que se refiere
al Papa Francisco, “¡aunque éste Papa tal vez va a permitir que esta sea
celebrada en paz!”... ¡oh grandiosa consolación...!
¿Pero cual
restauración? solo se trato de una maniobra de captación para los bobos
e ingenuos de entre los tradicionalistas. Que, aunque suponiendo que no hubiera
sido querida contra ellos, ésta no tuvo esa amplitud de aplicación en toda la
Iglesia como para que se la ose llamar una “restauración”. Realmente, que este
solo hecho no ameritaba que se cantase el “Te Deum” en todas las capillas de la
Fraternidad..., como si se tratase del advenimiento de una nueva era de paz
como la de Constantino, “paz” que se aplicaría por todo el orbe...! Vaya, no
solo la intención de Roma era viciosa sino que también la aplicación fue
raquítica...! En efecto, la buena pregunta es: ¿son en realidad numerosos los
lugares donde hoy se aplica este permiso? ¿y esto con que condiciones? sí, esto
es solo posible si se acepta la condición de reconocer la Misa Nueva como
“ordinaria” (lo que equivale a decir que es plenamente “legitima” y “catolica”)
y la Misa Tradicional como “extraordinaria” (lo que equivale a decir que es
secundaria y tolerada). ¿De que sirve obtener la posibilidad de decir la
Misa Tradicional en ciertos lugares (muy limitados) si para ello los que
obtengan este permiso tienen que transigir en los principios..?! Estos son
nadamás pocos de los magníficos logros de esa nueva política fantasiosa y vana
(fabrica de humo) con respecto a la Roma modernista, política que es desgraciadamente
la obra de nuestros superiores de la Fraternidad!
Y Mons. prosigue su
discurso sobre el Papa Francisco : “¡Lo que tenemos delante de nosotros es
un verdadero modernista!” ¿Y esto no era evidente también con Benedicto XVI?
En todo caso no ha
sido el mismo Mons. Fellay quien fomentó anteriormente la gran ilusión
de que todo saldría bien como quien fabrica una gran nube de humo la que
debería terminar por disiparse... Y, finalmente, la “pequeña ola” no termino
absorbiendo la “gran ola”, hecho que él presento como muy verosímil... Y yo
pienso que lo que ha terminado por pasar, fue mas bien que la “ola grande” esta
por comerse la “ola pequeña” de la Tradición... Dulces desengaños...
Después habla
abundantemente de Fatima. Citando el Cardenal Luigi Ciapi, teólogo de varios
Papas, quien decía: “En el tercer secreto nosotros leemos entre otras cosas
que la gran apostasía en la Iglesia comenzaría desde arriba de Ella” y
añadía que “Ya que los ministros de Dios están tocados por esta confusión y
desorden, los fieles están abandonados a sus propios medios para lograr su
salvación. El ayuda que debería ser proporcionada normalmente por los
eclesiásticos no está más presente. Esto es la más grande tragedia que se
pudiera imaginar para la Iglesia”... ¿Pero si la Fraternidad abandona el
combate de la Tradición?, ¿entonces no seria ella la que estuviera realizando
las palabras antes dichas? Terrible responsabilidad...
Así como el cuerpo de Cristo durante su pasión “A
planta pedis usque ad verticem non est in eo sanitas” Is.I,6, es decir que
estaba cubierto de heridas y no había en él lugar sano. Así hoy en la pasión
que vive la Iglesia no hay una parte del cuerpo de Ella que no esté cubierta de
“heridas” es decir de desordenes, pecados e incluso las peores aberraciones...
¿este destino esta también reservado para la Fraternidad? Esperemos que no.
Todo es una cuestión de oportunidad... Hay quienes
tienen infinitas posibilidades... Ahora resulta, ¡oh maravilla!, que Mons.
Fellay es más “duro” que todos los más duros juntos. Y no nos deja de
sorprender con la sobreabundancia de sus recursos retóricos y de su doble
discurso dialéctico...
Las contradicciones de Mons Fellay que aquí se
constatan siguen poniendo en evidencia el espíritu liberal que le ha hecho
tanto daño tanto a él mismo como a la Fraternidad y aún a la Iglesia misma (en
razón de la influencia saludable que la Fraternidad podía tener antes, por su
ejemplo, en la Iglesia).
Quien hubiera podido creer que el espíritu liberal
fuera tan dañino, tan catastrófico y tan obstinado. Los que tienen un espíritu
liberal se crean su propio mundo fantasioso y después se quedan admirados de
que las cosas les salen mal. Lo peor es que no quieren reconocer que se han
equivocado.
Hay que hacer mucho hincapié sobre el hecho de que
muchos de los antiguos tradicionalistas que hicieron “acuerdos” con Roma, que
también tuvieron, en momento dado, palabras bastante intransigentes, como las
que hoy hace Mgr. Fellay, pero que, por el solo hecho de haberse ligado con la
iglesia conciliar perdieron no solo su libertad de practicar plenamente
la Tradición, sino también la ayuda de Dios y en consecuencia la lucidez
mental. Es por ahí que pasaron a perder la verdadera intransigencia y
terminaron haciendo compromisos graves... Las valentonadas de nada sirven
cuando se hacen siguiendo unos caminos que Dios no quiere.
Hay que asumir las consecuencias de las
contradicciones y de una actitud irresponsable... Pero Dios no nos niega la
posibilidad de repararlas... En esta vida Dios no nos cierra todas las
puertas...
La congruencia total con toda verdad divina es el
criterio que nos puede defender contra toda otra nueva astucia y corrupción que
se infiltre entre nosotros. No solo en la doctrina sino también en todos esos
aspectos y detalles prácticos que son incoherentes con esta verdad de Dios y de
la Iglesia. Cuando se trata de desvirtuar, de desviar y de debilitar nuestra
adhesión a la verdad de la Iglesia de siempre, no solo en el pensamiento sino
también en los hechos.
R.P. HUGO RUIZ VALLEJO