Una de las tácticas que tienen los acuerdistas de la Neo-Fraternidad es sostener sin lugar a dudas que la restauración de la Iglesia debe venir por el Papa. Así por ejemplo el padre Bouchacourt cuando en el editorial de la Iesus Christus Nº 140 afirma: “Monseñor Fellay lo decía en el sermón pronunciado en San Nicolás de Chardonnet el 11 de noviembre pasado: “No abandonamos la idea de que un día volvamos a ganar a la Iglesia a su Tradición”. Este retorno no sucederá más que gracias al Papa. ¿Será el actual? ¿Será su sucesor? Sólo Dios lo sabe”.
Pero Monseñor Lefebvre dice lo siguiente en "El Golpe Maestro de Satanás":“¿Cómo podrá hacerse esto? Humanamente hablando, parece sí que sólo el Papa, digamos un Papa, podrá restablecer el orden destruido en todos los campos.
Pero es preferible dejar estas cosas a la Providencia divina”.
Ahora bien, las palabras "humanamente hablando" relativizan justa y razonablemente, en la mente de Monseñor Lefebvre, lo que los acuerdistas absolutizan en orden a lograr el acuerdo que ponga a la FSSPX a "colaborar" con un Papa modernista, dado que "este retorno no sucederá más que gracias al Papa. ¿Será el actual? ¿Será su sucesor? Sólo Dios lo sabe" (P. Bouchacourt) y “el Sucesor de Pedro y sólo el Sucesor de Pedro puede salvar la Iglesia” (Mons. Fellay, Carta a los amigos y benefactores marzo 2013), de manera tal que si eso es así y no de ninguna otra forma entonces la Neo-Fraternidad debería estar al lado del Papa para realizar esa restauración.
Creemos que se insistirá en esta postura absoluta, inclusive en las próximas Jornadas de Humanidades del Seminario centradas en el tema “Roma”.