El Capítulo General 2018 está en el horizonte, y los
acuerdistas en la FSSPX están haciendo sus movimientos estratégicos ahora, en lugar de esperar hasta la misma reunión en julio, para influenciar el
resultado a su favor.
Se rumorea que Mons. Fellay no quiere ser reelegido
o rechazaría una nominación si se le pidiera. ¿Quién sabe? De cualquier manera,
los altos mandos de la Sociedad están intensificando sus esfuerzos para equipar
los que asistirán a la reunión con los puntos de discusión que se necesitan para repeler
a los que conservan la sabiduría de Mons. Lefebvre sobre las relaciones FSSPX-Roma.
Esta astuta campaña de relaciones públicas es lo que
estaba detrás del artículo del Dr. Brian MaCall respecto a la unidad de la
FSSPX, publicado en Cathilic Family News
en enero. Fue también lo que llevó al P. Paul Robinson a escribir su ensayo
respecto a la integridad de Mons. Lefebvre que apareció en SSPX.org. Fue
también lo que motivó al P. Dominique Bourmaud a escribir un artículo para la
edición de diciembre de Rhe Angelus
donde defiende la causa de conciliación.
En su artículo, el P. Bourmaud afirma que hay un “peligro
real” si la FSSPX “ignora” al “Papa y a los obispos”. El peligro es que la
FSSPX estaría “convirtiendo nuestras pequeñas comunidades en guetos religiosos”
si se niega a “mostrar el debido respeto” a los “superiores eclesiásticos”.
El P. Bourmaud afirma que negarse a mostrar el
debido respeto al Papa significaría que la FSSPX ha caído -efectivamente- en el
sedevacantismo. La FSSPX adoptaría una “actitud cismática” si no llega a un
acuerdo con Roma, insinúa. Un acuerdo con Roma es esencial para evitar que la
FSSPX caiga en una mentalidad “cismática”, “peligrosa”, de “gueto”, como sucede con la
Resistencia.
El P. Bourmaud, lo sepa o no, toma prestadas, casi
palabra por palabra, las argumentaciones de Dom Gerard, de los sacerdotes de la diócesis
de Campos, y del P. Aulagnier; argumentos ampliamente refutados por la SSPX
hace décadas.
En 2003, el P. Aulagnier fue expulsado de la FSSPX
porque habló públicamente en favor de un acuerdo con la iglesia conciliar. Fue
entrevistado por The Wanderer acerca
de sus razones. Su argumento fue exactamente el mismo que el P. Bourmaud:
“Creo que existe el
peligro de que este conflicto dure por siglos. La Iglesia es una sociedad
visible y jerárquica. Si uno vive demasiado tiempo en una autarquía, uno
termina perdiendo el significado de lo que es una jerarquía. Así que estamos
en peligro”.
Si permanecemos
satisfechos con nuestra situación, entonces hay peligro de un “cisma
psicológico”, añadió.
El P. Violette, el
Superior de Distrito en Canadá en ese tiempo, refutó al P. Aulagnier con
lógica, juicio prudencial y recurriendo a Mons. Lefebvre:
El P. Aulagnier ha “creado
una situación extremadamente difícil en el seno de la Fraternidad, tratando de
convencer a sus miembros a realizar un acuerdo con Roma, tratando
también de causar la división e incluso la rebelión contra la autoridad
legítima”, escribió el P. Violette.
“Nuestra Resistencia no
es una rebelión. Es la actitud necesaria de los católicos que quieren
conservar la fe al enfrentarse a prelados que la atacan, la niegan o la
amenazan”.
“El hecho de que nosotros
conservamos la fe y continuamos hablando con las autoridades romanas, muestra
que no hay ningún peligro de cisma, pues nosotros reconocemos su autoridad”.
“La solución a esta
crisis vendrá de Roma, cuando las autoridades romanas regresen a la integridad
de la fe. Pero hasta que esto suceda, nosotros hacemos bien en continuar
nuestra resistencia. El tiempo que esto dure no es nuestro problema, sino
de Dios. Porque no podemos, por el interés de una falsa unidad, unirnos a
aquéllos que promueven el error, ni a aquéllos que reducen a la Iglesia a una
institución humana…”
“Como dijo Monseñor
Lefebvre: al romper con sus predecesores, son las mismas autoridades
romanas modernas quienes son cismáticas”. Cuando Roma regrese a la fe,
el único tema de discusión será quién se convertirá en Obispo y a quién
reemplazará”.
Esto es precisamente lo
que la Resistencia cree, a pesar de ser ridiculizados como “sedevacantistas”
por las autoridades actuales de la FSSPX.
En 2014 el P. Simoulin
invocó el mismo argumento del P. Aulagnier en un artículo titulado “La gran
cuestión que se nos plantea”.
“Entonces, hay que
abrir los ojos a otro peligro, que no es hipotético sino actual: el de no
aspirar a retomar nuestro lugar legítimo entre las sociedades reconocidas por
Roma, perder el deseo de la
Iglesia y de Roma. No desear ya el lazo
normal con Roma y la Iglesia, es la sombra del espíritu cismático”.
De nuevo, sólo es
necesario leer las entrevistas de Mons. Lefebvre un año y dos años después de
las Consagraciones para saber cómo responder a esto.
Cuando se le preguntó al
Arzobispo por el peligro de cisma, respondió diciendo: “Yo no digo que somos la
Iglesia católica. No lo he dicho nunca. Nadie puede reprocharme de haber
querido nunca considerarme un papa. Pero representamos verdaderamente a la
Iglesia católica tal como era en todo tiempo puesto que continuamos lo que
ella siempre ha hecho. Somos nosotros quienes poseen las notas de la Iglesia
visible: la unidad, catolicidad, apostolicidad, santidad. Es esto lo que
constituye la Iglesia visible”.
Un año después dijo: “estamos
en medio de un gran combate, un gran combate. Estamos combatiendo una batalla
garantizada por toda la línea de papas. Por lo tanto, no deberíamos tener
ninguna duda o temor, duda como:"¿por qué deberíamos ir por nuestra
cuenta? Después de todo, ¿por qué no se une a Roma y al Papa?" Sí, si Roma
y el Papa estuvieran de acuerdo con la Tradición, si llevaran adelante la obra
de todos los Papas del siglo XIX y de la primera mitad del XX, por supuesto.
Pero ellos mismos admiten que han emprendido un nuevo camino".
"Es la lucha de la Ciudad
de Satanás contra la Ciudad de Dios. Claramente. Así que no tenemos que
preocuparnos. Debemos confiar en la gracia de Dios".
Él dijo entonces que “no
debemos dudar” porque la manera en que la crisis terminará es un “misterio de
Dios”. “Tampoco debemos vacilar por no estar con aquellos que están en proceso
de traicionarnos”.
Noten ustedes que en
Mons. Lefebvre no hay “temor” o “preocupación” de que el “gueto” o la
mentalidad “cismática” se establezcan en la FSSPX. Él está completamente en paz
y contento por no estar en relación con los que están destruyendo la Iglesia.
El monje benedictino Dom
Gerard también tuvo como argumento que estar en relación “irregular” con Roma tendría
un efecto negativo en las almas, afirmando, a finales de los años 80, que si la
“tradición de la Iglesia” fuese “empujada fuera de su perímetro oficial y
visible”, entonces habría perjuicio para las almas.
El P. Schmidberger, entonces
Superior de la FSSPX, refutó a Dom Gérard:
“Parece más bien
contrario al plan de la Divina Providencia que la Tradición Católica de la
Iglesia sea reintegrada al pluralismo de la iglesia conciliar, mientras
ésta última deshonre a la Iglesia Católica y escandalice su unidad y
visibilidad”, escribió.
“Es un honor para
Le Barroux haber sido rechazada por los otros Benedictinos por su
fidelidad integral a la Misa de todos los tiempos, y haberse convertido en un
maravilloso signo de contradicción… cuando las leyes de la Iglesia son abusadas
en todas partes… es mejor no sucumbir a este esquema.”
En su libro sobre las bombas de tiempo del Vaticano II, el P. Schmidberger
expresó una satisfacción similar por estar fuera de los límites de la iglesia
conciliar :
"Queridos amigos, en estas
circunstancias tengo que advertirles contra las ilusiones y falsas
soluciones a este problema. El problema no se resolverá nombrando aquí y
allá a un obispo conservador que aún lleva el alzacuello o que todavía es
un poco Mariano o tiene devoción personal al Papa. Tampoco la solución a
este problema será establecer una Sociedad, como la de San Pedro... y dar a
esta Sociedad aquí y allá el derecho de celebrar la Misa tradicional.
Tampoco la solución estará en una misa indultada aquí y allá..."
Y sin embargo,
extrañamente, el P. Schmidberger escribió una carta en 2016 que indica que él
adoptó la posición escrupulosa del P. Aulagnier. He aquí el párrafo
sobresaliente de la carta:
“No debemos perder de
vista el peligro de que los fieles y algunos cofrades se acostumbren a la
situación anormal y la vean como normal. […] Si los fieles o los cofrades
se sienten cómodos en esta situación de libertad respecto a la dependencia de
la jerarquía, entonces esto implica una pérdida gradual del sensus
ecclesiae".
¿Qué se puede decir en
respuesta a tal situación?
El argumento de que la FSSPX se pondría del lado del "cisma" o adoptaría una mentalidad de
"gueto" porque no acepta un trato con Roma es 1) completa y
absolutamente falaz 2) fue refutado y nunca creído por Mons. Lefebvre 3) es una
línea de argumentación utilizada por los sacerdotes "tradicionales"
que querían hacer un acuerdo con Roma y 4) es una línea de argumentación refutada a
fondo una y otra vez por los superiores de la FSSPX desde finales de los años 80.
Que la FSSPX, el 2018, haya publicado un artículo en The Angelus que utiliza palabra por
palabra los mismos argumentos del P. Aulagnier, indica que la FSSPX ha sido dirigida
por fuerzas liberales totalmente desinteresadas en mantener las políticas del
pasado de la FSSPX.
Al publicar el artículo
del P. Bourmaud, la FSSPX ha demostrado 1) que de hecho han cambiado su posición
respecto a Roma 2) que se han apartado de graves palabras de Mons.
Lefebvre, del P. Violette y del Padre Schmidberger, y 3) que están tomando los mismos
argumentos equivocados de Dom Gerard, de Campos y de otros sacerdotes de la FSSPX que
se unieron a la Iglesia Conciliar en años pasados.
La FSSPX no tiene
argumentos racionales acerca de cómo podrá llegar a un acuerdo con Roma sin
traicionar su antigua posición respecto a la iglesia conciliar. Se han
convertido en esos mismos grupos y sacerdotes que una vez rechazaron como
traidores.
Que aquellos fieles que
tienen ojos para ver las contradicciones de la FSSPX, permanezcan fuertes en la
fe. Los sacerdotes del SSPX ya no ven lo que están haciendo y son ciegos
guiando a ciegos al pozo. Como está escrito,"hasta los elegidos
serán engañados".