Fuente (Traducción de NP. Subrayado agregado por NP)
DOMINICOS DE AVRILLÉ
Editorial de Le Sel de la Terre 102
Otoño de 2017
¿FRANCISCO ES
HEREJE?
La corrección filial
Una carta de veinticinco páginas, fechada el 16 de
julio pasado y firmada por cuarenta clérigos y universitarios, fue entregada al
papa Francisco el 11 de agosto. Fue hecha pública el 24 de septiembre (1).
Su título es: Correctio
filialis de haeresibus propagatis (corrección filial con respecto a la propagación de herejías). Ella
afirma que el papa, por su exhortación apostólica Amoris lætitia, así
como por otras palabras, acciones y omisiones respecto a ésta, ha sostenido
siete proposiciones heréticas con respecto al matrimonio, a la vida moral y a
la recepción de los sacramentos, y que él estuvo en el origen de la difusión de
estas opiniones heréticas en el seno de la Iglesia Católica.
Citemos
algunos extractos de esta “corrección”:
“Por medio de
palabras, hechos y omisiones, y por medio de pasajes del documento "Amoris
laetitia", Su Santidad ha apoyado, directa o indirectamente, y
propagado dentro la Iglesia, (con un grado de conciencia que no buscamos juzgar),
tanto por oficio público como por acto privado las siguientes proposiciones
falsas y heréticas:
1. "Una
persona justificada no tiene la fuerza, con la gracia de Dios, para seguir las
exigencias objetivas de la ley divina, como si cualquiera de los mandamientos
de Dios fuera imposible para los justificados; o como significando que la
gracia de Dios, cuando produce la justificación del individuo, no produce
invariablemente y de su propia naturaleza, la conversión de todo pecado grave,
o no es suficiente para la conversión de todo pecado grave."
Todas estas
proposiciones contradicen verdades que son divinamente reveladas, y que los
católicos deben creer con el asentimiento de la fe divina”.
No es
la primera vez que el papa es acusado de enseñar herejías: el 29 de junio de
2016, cuarenta y cinco teólogos le dirigieron al Decano del Sacro Colegio, el
Cardenal Angelo Sodano, un estudio crítico de la exhortación Amoris laetitia, donde diecinueve
proposiciones del documento romano fueron censuradas (2). Allí se encuentran
las siete proposiciones que son reproducidas en la “corrección filial”.
Pero
este último documento parece ir más lejos, no solamente porque se le hizo una
extensa publicidad, sino también porque dos obispos le aportaron su firma (3).
Esto
nos lleva a plantear algunas preguntas: ¿Se puede acusar al papa de herejía?
¿está probada la herejía del papa? ¿qué sucedería en tal caso?
Nisi
fide devius
Por principio, cabe preguntarse si está permitido
acusar al papa de propagar herejías. En efecto, ¿quién puede juzgar al papa?
La respuesta a esta pregunta es conocida desde la
alta edad media. El canonista Graciano,
en su célebre Decreto (libro de
referencia para el derecho canónico hasta el Código editado por Benedicto XV en
1917) escribió:
Si un papa es encontrado negligente en
cuanto a su salvación y la de sus hermanos, relajado y pernicioso en sus
acciones y silencioso cuando él debería hablar, lo que es particularmente
pernicioso para él y para los otros, sin embargo, aún si lleva tras de sí, en grupos
enteros, a innumerables multitudes de personas que, como él, serán entregadas
al príncipe de las tinieblas para ser severamente castigadas por la eternidad;
que ningún mortal sea tan temerario para inculparlo respecto a sus faltas, pues
es a él a quien pertenece el derecho de juzgar a todo el mundo sin que nadie
pueda juzgarlo, a menos que sea hallado desviado de la fe. Que todos los
fieles oren más bien por su salvación, con tanta más insistencia sabiendo que
su propia salvación depende predominantemente, después de Dios, de la salud
espiritual de él (4).
Esta excepción: “a
menos que sea hallado desviado de la fe” significa claramente que si el
papa se desvía de la fe, se puede hacer un juicio en su contra. Esta es la
opinión común de los teólogos posteriores a Graciano (5).
¿La herejía
del papa está probada?
Hemos citado la primera proposición herética que los
autores de la “corrección filial” reprochan al papa.
En primer lugar podemos observar que el papa no
escribió esta frase. La “corrección filial” se apoya en dos párrafos de Amoris laetitia que dan a entender que
este es el pensamiento del papa. Son los párrafos 295 y 301 (6).
Enseguida observamos que la “proposición herética”
señalada por los autores de la “corrección filial” no ha sido condenada tal
cual por el magisterio. Para demostrar que esta proposición es herética, la
“corrección filial” debe apoyarse sobre los textos del magisterio,
especialmente un pasaje del concilio de Trento (7).
Hay por lo tanto un cierto margen que puede permitir
al papa responder que no se le ha comprendido y que sus afirmaciones no caen
bajo las condenaciones precedentes del magisterio. Esto es por otra parte lo
que hizo, pretendiendo incluso que su enseñanza es perfectamente tomista:
Frente a algunos que
“sostienen que la moral que está a la base de Amoris Laetitia no es una
moral católica o, al menos, que no es una moral segura”, el papa afirmó que "la
moral de Amoris laetitia es tomista, la del gran Tomás" (8).
Nosotros
diremos sobre este punto que la “correctio
filialis” muestra que el papa Francisco favorece la herejía, en la medida en que las proposiciones
“heréticas” enunciadas son consecuencias lógicas de las palabras y
escritos del papa. Pero la herejía del papa, la herejía formal y consciente,
todavía no ha sido probada.
¿Y si se prueba que el papa es hereje?
Evidentemente,
los autores de la correctio filialis
podrían insistir y llegar a demostrar que el papa es verdaderamente hereje. Si
ellos llegaran a convencer a un número suficiente de obispos, incluso
cardenales, para que este juicio pueda ser considerado como un juicio de la
Iglesia católica, entonces nos encontraríamos en la hipótesis contemplada por
Juan de Santo Tomás y la mayoría de los teólogos: un tal papa perdería el
pontificado, porque la Escritura nos aconseja evitar el hereje después de una o
dos advertencias y es imposible evitar al papa reinante. Nos remitimos al
estudio de Juan de Santo Tomás “De la deposición del papa” (9).
Sin
embargo, tal hipótesis sigue siendo altamente improbable hoy en día.
En
efecto, por una parte estamos en la época de la “decadencia del coraje” y es
previsible que pocos clérigos estén dispuestos a “arriesgar su sotana” para
reprocharle al papa sus herejías a riesgo de perder su situación.
Por
otra parte, podemos observar que la mayor parte de los autores de la corrección
filial forman parte de los medios “ralliés” que han aceptado los más graves
errores (los errores doctrinales del último concilio) queriendo luchar contra
las consecuencias morales de esos errores. Por eso, para criticar al papa
Francisco, ellos se apoyan sobre el magisterio conciliar (Vaticano II, nuevo
código, Paulo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI).
La nueva religión
Sin duda, la “corrección filial” se esfuerza para
mostrar que los errores del papa tienen su origen en el modernismo y el
protestantismo. Sin embargo, está lejos de denunciar las verdaderas raíces de
estos errores y la amplitud del mal.
Dejaremos a Mons. Lefebvre la palabra al final. Al
final de su última conferencia espiritual el 11 de febrero de 1991, describió
en pocas palabras la nueva religión que está tomando forma ante nuestros ojos
(10). Éstas ultima verba (últimas
palabras) dirigidas a los seminaristas de Écône tienen un valor de testamento.
Después de haber explicado que numerosos obispos y
sacerdotes, antes del concilio, tenían ya una fe muy disminuida porque no
creían verdaderamente en la gracia y que ellos empleaban medios puramente
humanos y soluciones naturales, Mons. Lefebvre continuó diciendo:
“Ahora, no es una fe disminuida la que
tienen, sino que ellos tienen verdaderamente otra religión, ellos tienen
otros principios. […] Ahora ellos están dirigidos por otros principios, por
otra religión verdaderamente”.
Y el fundador de Écône insistió sobre la gravedad de
la situación. Pues cuando la fe disminuye se puede esperar que se pueda
revivir, pero “cuando se reemplaza la religión por otra religión, entonces es
mucho más grave”.
¿Cuáles son estos nuevos principios absolutamente
contrarios a los de la Iglesia?
“Para ellos a partir de ahora, para muchos de
estos teólogos modernos, es Nuestro Señor Jesucristo quien despierta en las
almas de todos los hombres (de cualquier religión) los pensamientos religiosos
que puedan tener”.
El pensamiento de Dios, el impulso hacia Dios, puede
ser realizado por fetiches, por ceremonias paganas, incluso por ceremonias criminales,
que exigen el crimen; poco importa, el solo hecho de que los hombres tengan en
lo profundo de sus almas el pensamiento de Dios, ese pensamiento de Dios, es
Jesucristo quien lo suscita, cualquiera que sea su realización.
Así que habría un “substratum religioso” en cada alma, suscitado, pretenden, por
Nuestro Señor Jesucristo. Mons. Lefebvre creía que esto es "una inversión
de la doctrina católica" y que tal doctrina es "blasfema", ya
que Nuestro Señor estaría en el origen de todos los horrores de las falsas religiones
y de las sectas.
En conclusión, las “herejías del papa” son
indudablemente muy graves, pero igual de grave es “la nueva religión” que es
impuesta a los católicos desde hace cincuenta años y que es la fuente de todos
estos errores.
Ojalá que los autores de la “corrección filial” lo
comprendan, que denuncien esta “nueva religión” y que no busquen un compromiso
con ella (11).
Notas
1 Un
sitio fue creado especialmente: www.correctiofilialis.org,
donde se puede encontrar este texto en diversos idiomas.
2 Un
análisis de este documento fue realizado por el P. Jean Michel Gleize, Courrier de Rome n° 595 de enero de
2017/La Porte Latine del 29 de enero de 2017.
3 Mons. Bernard Fellay, superior de la Fraternidad
San Pio X y Mons. René Henry
Gracida, antiguo obispo de Corpus Christi, de 94 años.
4 Decreto
de Graciano, Pars
I, D 40, c.
6 :
“Si papa suæ et fraternæ
salutis negligens reprehenditur inutilis et remissus in
operibus suis, et
insuper a bono taciturnus,
quod magis officit sibi
et omnibus, nihilominus
innumerabiles populos cateruatim
secum ducit, primo
mancipio gehennæ cum ipso plagis multis in eternum uapulaturus [ou: uapulaturos]. Huius culpas
istic redarguere presumit mortalium nullus, quia cunctos ipse
iudicaturus a nemine est iudicandus, nisi deprehendatur a fide deuius ; pro
cuius perpetuo statu uniuersitas
fidelium tanto instantius
orat, quanto suam salutem post
Deum ex illius incolumitate animaduertunt propensius pendere”.
5 Sobre esta cuestión del papa herético, se pueden
remitir al estudio del P. GLEIZE ya mencionado, y al de JUAN DE SANTO TOMÁS
O.P. “De la deposición del papa”, publicado en Le Sel de la terre 90, otoño de
2014, pág. 112.
6 AL 295: “En esta línea, san Juan Pablo II proponía
la llamada «ley de gradualidad» con la conciencia de que el ser humano «conoce,
ama y realiza el bien moral según diversas etapas de crecimiento». No es una
«gradualidad de la ley», sino una gradualidad en el ejercicio prudencial de los
actos libres en sujetos que no están en condiciones sea de comprender, de
valorar o de practicar plenamente las exigencias objetivas de la ley”. AL
301 : “Por eso, ya no es posible decir
que todos los que se encuentran en alguna situación así llamada «irregular»
viven en una situación de pecado mortal, privados de la gracia santificante.
Los límites no tienen que ver solamente con un eventual desconocimiento de la
norma. Un sujeto, aun conociendo bien la norma, puede tener una gran dificultad
para comprender «los valores inherentes a la norma» o puede estar en
condiciones concretas que no le permiten obrar de manera diferente y tomar
otras decisiones sin una nueva culpa”.
7 Concilio de Trento, sesión 6, can. 18, DS 1568. Observemos
que los autores de la “corrección filial” se apoyan también en “san” Juan Pablo
II (Reconciliatio et pænitentia y Veritatis
splendor).
8 Encuentro
informal con los jesuitas en Colombia, 10 de septiembre de 2017, zenit.org
9 Le Sel de la terre 90, otoño 2014, p. 112. He aquí un breve extracto: “Debemos separarnos de los herejes según Tito
(3, 10): “Al hereje, después de una primera y una segunda amonestación,
rehúyele (devita). Ahora bien, no se debe evitar a aquél que
permanece en el (soberano) pontificado, al contrario, la Iglesia debe más bien
estarle unida como a su cabeza suprema y comunicar con él; luego, si el papa es
hereje, o la Iglesia debe comunicar con él, o debe ser depuesto del pontificado”.
10 Esta conferencia fue publicada parcialmente en
internet. Ver por ejemplo: http://tradinews.blogspot.fr/2012/07/antimodernismeinfo-nous-revivons-le.html.
11 Como
ejemplo de compromiso con la nueva religión, se puede citar al Cœtus
internationalis Summorum Pontificum que organizó un congreso por el 10°
aniversario de Summorum Pontificum: “El motu proprio Summorum Pontificum de
Benedicto XVI, una nueva juventud para la Iglesia”. Un informe bastante
favorable de este congreso fue publicado en el sitio de la FSSPX (Fuente:
FSSPX/Italia - FSSPX.Actualités – 19/09/17). Este informe contrasta con el
juicio de Mons. Tissier de Mallerais sobre este motu proprio en 2013: “La
malicia de la jerarquía conciliar culmina con el uso que ella hace de la
mentira y el equívoco. Así, el motu proprio del Papa Benedicto XVI que declara
que la misa tradicional nunca ha sido suprimida y que su
celebración es libre, armoniza esta libertad con condiciones contrarias a ella
y llega a calificar la misa auténtica y su falsificación modernista de
"formas extraordinaria y ordinaria del mismo rito romano." (Le Sel de la terre 85, verano de 2013, pág.
15).