Si tan solo suficientes católicos hicieran lo que Nuestra Señora pidió, Ella podría obtener de su Hijo la gracia necesaria para que el Papa y los Obispos realicen la Consagración de Rusia. Hasta que se haga esta Consagración tal como Dios la pidió a través de Su Madre, la ola creciente de maldad no puede ser detenida. Que Dios bendiga a todas las almas que rezarán, aunque sea poco pero constante e insistentemente, para que se lleve a cabo la Consagración de Rusia. Ésta se realizará, Nuestro Señor lo dijo en 1931, pero será tarde. ¡Por la devoción de las almas católicas, que suceda lo más pronto posible! (Monseñor Williamson)
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