jueves, 28 de mayo de 2015

APREMIANTE LLAMADO DE MONS. WILLIAMSON



La Iglesia y el mundo están en una situación de peligro sin precedentes. Esto es porque la humanidad ha dado su espalda a Dios. La humanidad sin Dios ha perdido su camino y la maldad está tomando el control día tras día, minuto a minuto. Muchos de nosotros lo sabemos.

Desde la eternidad Dios Todopoderoso ha previsto esta situación. Como San Luis Grignion de Montfort lo predijo en el siglo 18, el fin de los tiempos vendrían en los cuales Dios querrá que Su Madre tenga un papel especial en la salvación de la humanidad. Efectivamente, entre sus muchas intervenciones en los tiempos modernos, Fátima se destaca. Tal como lo prometió en Fátima, Nuestra Señora regresó en los años 20 para dar a través de Sor Lucía y a través de la Iglesia Católica la solución simple de Dios para los abrumadores problemas modernos: El Papa debe consagrar Rusia junto con los obispos del mundo al Inmaculado Corazón de María. Y Nuestra Señora dejó en claro que de esta consagración, Dios hacía depender la solución del problema masivo de la Iglesia y del mundo. De esto se desprende que si Dios permitiera que cualquier otra solución funcionara, Él estaría haciendo mentir a Su Madre. Obviamente esto está absolutamente descartado. La consagración de Rusia debe ser hecha; el Demonio no debe tomar el control completo de la Iglesia y el mundo.

La realización de la Consagración depende del Papa y los Obispos. Desde los años 20 ellos se han negado a realizar esta Consagración porque prefirieron la política humana a la solución Divina. ¿Hay algo que los sacerdotes y laicos puedan hacer? Hay dos cosas. La primera es rezar, especialmente la oración que Nuestra Señora ha estado pidiendo casi en todas las ocasiones donde Ella ha intervenido, y esta es el Santo Rosario. Quince Misterios diarios son para muchos adultos mucho más fácil de lo que piensan, y son tres veces más efectivos que cinco Misterios diarios.
La segunda cosa que los sacerdotes y laicos pueden hacer es cumplir los pedidos de Nuestra Señora es confesarse, comulgar, rezar un Rosario de cinco Misterios y quince minutos de meditación cada primer sábado del mes. Si tan solo suficientes católicos hicieran lo que Nuestra Señora pidió, Ella podría obtener de su Hijo la gracia necesaria para que el Papa y los Obispos realicen la Consagración de Rusia.

Hasta que se haga esta Consagración tal como Dios la pidió a través de Su Madre, la ola creciente de maldad no puede ser detenida. Que Dios bendiga a todas las almas que rezarán, aunque sea poco pero constante e insistentemente, para que se lleve a cabo la Consagración de Rusia. Ésta se realizará, Nuestro Señor lo dijo en 1931, pero será tarde. ¡Por la devoción de las almas católicas, que suceda lo más pronto posible!
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Únase a los Cruzados, para rezar por la Consagración de Rusia y el triunfo del Corazón Inmaculado de María.