Prometeo
– I
¿Nuevo
Humanismo? Errores tan antiguos como las montañas,
Pero, en la Iglesia, causando desgracias inusitadas.
Pero, en la Iglesia, causando desgracias inusitadas.
El
Vaticano II fue un desastre para la Iglesia Católica. Para el futuro de la
misma Iglesia es esencial que los católicos que desean salvar sus almas vean
por qué fue tal desastre. El P. Álvaro Calderón, profesor de Filosofía y
Teología tomista en el Seminario de la Fraternidad San Pío X en La Reja
(Argentina), escribió hace diez años un libro que prueba que el Vaticano II
desde dentro de la Iglesia reemplazó la religión de Dios por la religión del
hombre. La primera de las cuatro partes del libro, para explicar lo que fue el
Vaticano II, comienza con una definición en tres partes: fue la oficialización
de un humanismo disfrazado de catolicismo.
En
primer lugar fue un humanismo, es decir, una glorificación del
hombre en detrimento de Dios. La Edad Media fue seguida por una serie de
humanismos, como el Renacimiento, la Reforma, la Revolución Francesa, pero
todas las veces el humanismo pereció, dice Calderón, porque rompió con la
Iglesia Católica. Resultado final? Dos guerras mundiales. Pero esta vez serían
los propios eclesiásticos quienes crearían el nuevo humanismo para encajar con
la Iglesia Católica. De ahí la oficialización sin precedentes
por parte del Vaticano II de lo que siempre había sido un grave error
denunciado por la Iglesia, pero esta vez los eclesiásticos supieron cómo hacerlo
parecer católico. Así se acercarían al mundo moderno centrado en el hombre
con su nuevo humanismo, pero al mismo tiempo estaban decididos a permanecer
dentro de la Iglesia, supuestamente para salvar tanto al hombre moderno de su
ateísmo como a la Iglesia moderna de su estéril aislamiento. En el mejor de los
casos, los eclesiásticos del Vaticano II tenían buenas intenciones; en el peor,
sabían que su nueva reconciliación de fuerzas opuestas no funcionaría, excepto
para destruir la Iglesia, pero eso es lo que los peores de entre ellos querían.
Entonces,
¿por qué no funcionaría la nueva reconciliación? Porque Pablo VI quería
un nuevo humanismo, no orientado inhumanamente hacia Dios,
como en la Edad Media, ni reaccionando excesivamente contra él como en los
tiempos modernos, sino un nuevo equilibrio entre los dos excesos que mostraría
que la mayor gloria de Dios coincide con la gloria del hombre.
Por ejemplo, el hombre es la creación más grande de su Creador, así que
glorificar al hombre es también glorificar a Dios. Y el hombre es a la imagen
de Dios siendo libre, así que cuanto más libre es, más glorifica a Dios. Por lo
tanto, promover la dignidad humana y la libertad es glorificar no sólo al
hombre sino también a Dios. Sin embargo, si uno empieza con la gloria del
hombre, ¿quién no puede ver el riesgo de deslizarse en la gloria del hombre?
Además, Dios es el único y exclusivo Ser Perfecto que no puede por lo tanto
necesitar o desear nada fuera de Su propia gloria intrínseca. Sólo
secundariamente, para su gloria extrínseca, puede querer o desear la bondad de
cualquier criatura fuera de la Suya propia. Por lo tanto, la verdad es que tanto
Dios como el hombre están orientados principalmente hacia Dios, y Dios sólo
puede ser orientado secundariamente hacia el hombre.
Pero
aquí hay algunas citas del documento del Vaticano II, Gaudium et Spes:
“El hombre es el centro y la cima de todas las cosas en la tierra... señor y
gobernador de toda la creación” (#12) – ¿no es eso más bien Dios? “El amor a
Dios y al prójimo es el primer mandamiento” (#24) – ¿aparece el prójimo en el
primer mandamiento? “El hombre es la única criatura amada por Dios para sí
mismo” (#24). ¿Para el hombre en sí mismo? La desviación es grave, pero sutil,
y en los propios textos del Concilio es más bien implícita que explícita, pero
aparece más claramente en la enseñanza de la Iglesia después del Concilio, por
ejemplo en el Nuevo Catecismo (p. ej. 293, 294, 299). En efecto, dice el P.
Calderón, el Concilio pone al hombre en el trono de la Creación y a Dios a su
servicio.
Del
mismo modo, el Vaticano II pone al revés la autoridad. El humanismo está
siempre en contra de la autoridad, pero el Nuevo Humanismo debe parecer
católico, por lo que debe buscar un camino diferente para que la autoridad de
Cristo reine en la Iglesia y el mundo modernos. Pero Cristo dijo que vino
a servir (Mt. XXV, 25–28). Así que la Nueva Jerarquía se haría
democrática de arriba a abajo para servir al hombre moderno de una manera que
él entiende. Pero, ¿en qué parte de la Neo-Jerarquía estará la autoridad de
Dios para elevar a los hombres al Cielo? Se disolverá, y con la autoridad
disuelta en la Iglesia, la autoridad se disolverá en todas partes, como vemos
entorno nuestro en 2019.
La
Parte II del P. Calderón será el Nuevo Hombre del Vaticano II, la Parte III la
Nueva Iglesia, la Parte IV la Nueva Religión.
Kyrie
eleison.