domingo, 17 de diciembre de 2017

COMENTARIO ELEISON Número DXLIV (544) - 16 de diciembre de 2017

Importancia de la Cultura – I
Cuando Dios está “muerto”, muere entonces la cultura.
En el “renacimiento” de Él, radica la única esperanza de ella.
“Cuando escucho la palabra ‘cultura’, busco mi arma”, es una cita famosa (frecuentemente atribuida a Reichsmarchall Göring, pero viene realmente de una obra en Berlín en 1933), la cual puede interpretarse como que la cultura no es la fuente última de los valores que a menudo se le atribuyen. Frecuentemente la palabra sirve como una hoja de parra para cubrir la profunda apostasía de Occidente con una hipocresía vergonzosa pero de larga data, a la que algunos dueños de armas pueden instintivamente tener la tentación de poner fin violentamente. Un Americano de nuestro tiempo que se da cuenta de que la cultura depende de la religión o de la ausencia de ella es Ron Austin, que ha escrito en el número de diciembre de la revista First things un artículo sobre la cultura pop, argumentando que ni es pop ni es cultura.
Austin es un escritor y productor veterano de Hollywood, que pasó casi medio siglo produciendo cultura pop, principalmente para televisión. Él es un miembro de la Academia Americana de Artes y Ciencias Cinematográficas y también un asociado en la Escuela Dominica de Filosofía y Teología en Berkeley, California, lo que le da por lo menos una idea de la verdadera dimensión de la “cultura”. Por ejemplo, al principio de su artículo él escribe, “La clave para entender la modernidad y su fracaso final radica en los muchos esfuerzos fallidos para encontrar reemplazos para la fe religiosa . . . . Fueron los medios de comunicación masivos los que promovieron una “cultura pop” que fue el sustituto más influyente y poderoso para una significativa visión del mundo  . . .” La cultura pop, dice Austin, es un ídolo . . . como tal es embustera . . . no es ni pop ni cultura.
Austin define “pop” como perteneciente más bien al pueblo que a cualquier élite. Admite que la cultura pop tiene un atractivo popular considerable en la actualidad, pero dice que es de naturaleza sintética e industrial, que deriva de una forma de vida no natural u orgánica, por lo que no es realmente popular. La “cultura” es difícil de definir, pero para él significa una forma de vida con valores compartidos que tiene los medios para expresarla. La cultura en este sentido sólo puede crecer orgánicamente como un árbol, con la velocidad natural que no puede ser forzada y requiere una memoria compartida con un sentido del pasado, una continuidad de significado, objetivos y estándares. Pero la “cultura pop” borra el pasado. Por lo tanto no es una verdadera cultura. Austin evoca las décadas de su propia vida desde este punto de vista.
En los años 1950 y 1960, recuerda una creciente alienación del pasado en la que los medios de comunicación jugaron un papel crucial. En los años 1970 una contra-cultura de fragmentación y narcicismo creció, con más entretenimiento que nunca, y con esto un creciente desapego de la realidad. El medio mismo se estaba convirtiendo en el mensaje, y la moralidad se basaba en la emoción subjetiva, que los medios empaquetaban como un producto con fines de lucro. El entretenimiento reemplazó el pensamiento o el análisis. Si no fatal, la enfermedad era muy contagiosa. En los años 1980, la tentativa de restaurar los valores pasados fracasó en EUA, Europa y Rusia. En los años 1990, algunas falsas esperanzas tomaron fin, pero la masa de consumidores estaba más fragmentada que nunca. Sin embargo, en los años 2010 la Fe Católica le da a Austin alguna esperanza. La verdadera cultura depende de que los seres humanos sean humanos, dice, y los humanos tienen como verdaderos modelos a Nuestro Señor y Nuestra Señora. La verdadera cultura será replantada y la Luz regresará.
Austin está sobre la pista del verdadero problema, incluso si su tratamiento del problema y de su solución no va muy lejos. Pues el ambiente total o cultura de hoy es peligrosisima para las almas y su eterna salvación. Se ha vuelto completamente normal creer o no creer en Dios, o si uno cree en Él, no Lo toma en serio. El pasado tiene poco que decirnos (excepto los Seis Millones). La inmoralidad carece de importancia. No hay tal como el respeto al orden o a la naturaleza. La tecnología salva. La libertad es todo. Y esta enfermedad es altamente contagiosa, porque es tan “liberadora”. ¡Que el Cielo nos ayude!
Kyrie eleison.
P.S. Como un recurso menor a la cultura de élite de antaño, en el verdadero sentido de la palabra, una sesión de Mozart paralela a la “Explosión de Beethoven” de hace dos años, se celebrará aquí en Broadstairs, del viernes 23 de febrero al domingo 25 de febrero del próximo año. Los detalles se darán a conocer después.