Se ha publicado hoy un
delirante, ridículo y vil ataque a Monseñor Williamson por este
blog sedevacantista, que ha sido retomado por otro sitio con una carta
previa del P. Méramo (acá).
Ese pretendido “informe” no
tiene la firma de alguna persona real, lo cual constituye una gran cobardía. Y
además de esto, lo que ninguno de los dos sitios ni el P. Méramo dicen, es que
el texto replica los datos del sitio francés Virgo María, que era administrado
por el hoy fallecido Padre Schoonbroodt.
Cuando este Padre falleció (2012), el
P. Cekada pidió oraciones por su alma en el sitio Ignis Ardens. Pues bien, en este foro se encuentra la respuesta
del P. Cekada a un forista que señaló que el Padre Schoonbroodt constantemente
calumniaba a Monseñor Williamson. Esta es la respuesta y testimonio del P.
Cekada:
“Conozco
bien Virgo María.
El
Padre Schoonbroodt fue atraído cínicamente para supuestamente respaldar lo
escrito por Louis-Hubert Rémy, al cual todos consideran un loco de primera clase. Él no es el primer sacerdote anciano de
quien se han aprovechado y no será el último.
Pienso
que su nombre fue terriblemente abusado
por Rémy. Uno de nuestros sacerdotes recuerda haber estado en una cena con
el Padre y Rémy, y que el segundo, con audacia y agresividad dominó toda la
conversación con sus teorías
descabelladas.
Nosotros
nos divertíamos leyendo los delirios de Rémy en voz alta y riéndonos; eran como
una loca parodia de teorías conspirativas tradicionalistas. Habiendo conocido
bien a Monseñor Williamson, sospecho que él probablemente encontró estas
denuncias divertidas.
Nadie puede tomar en serio los
pronunciamientos rabiosos y absurdos sobre “L’evêque de la rose” en Virgo
María. Y
nadie que haya conocido personalmente al padre Schoonbroodt podría creer que él
aprobó esta vileza. Él era manso, caritativo en su discurso y edificante
en su piedad personal. Tales hombres son frecuentemente abusados por otros con
“agendas”. Vemos esto una y otra vez en las vidas de los santos.
El
Padre sufrió también persecución por su defensa de Monseñor Lefebvre y fue
despojado de su parroquia por el Ordinario local cuando defendió las
consagraciones de 1988.