DECLARACION
DOCTRINAL I
La Declaración Doctrinal del 15
de Abril del año pasado, redactada por el Superior General (SG) de la
Fraternidad San Pío X como fundamento para la reintegración de la Fraternidad a
la Iglesia oficial, ha emergido a la vista pública casi un año mas tarde. Fue
diseñada por el SG para complacer a ambos, a la Roma Conciliar así como a los
Tradicionalistas (“Puede ser leída con anteojos oscuros o rosados”, dijo él en
público). Complació en verdad a los Romanos que declararon que una tal
Declaración Doctrinal representaba un “avance” en la dirección de ellos. No
complació a los Tradicionalistas que vieron en ella (o en lo que conocían de
ella) una ambigüedad tal que ella representaba una traición a la lucha de Mons.
Lefebvre por la Fe católica, al punto que ellos consideraron que hubiera
bastado que los Romanos la aceptaran, para destruir la Fraternidad del
Arzobispo.
De hecho, cuando el SG se reunió con los
Romanos el 11 de Junio en Roma para recibir la decisión de ellos, él realmente
esperaba que los Romanos la aceptarían. Numerosos observadores especularon que
la razón por la cual los Romanos no aceptaron la Declaración Doctrinal fue
únicamente porque se interpuso la publicación de la Carta del 7 de Abril de los
Tres Obispos al SG. Esta carta advirtió a los Romanos que el SG no podría
acarrear a toda la Fraternidad con él al seno de la Roma Conciliar de ellos,
contrariamente a lo que él les hubiera podido hacer creer, y tal como ellos
querían que él lo hiciera. Ellos no querían, y no quieren, una nueva división
que permita a la Tradición un nuevo desarrollo.
Sea como fuere, el corto espacio aquí
disponible permite desarrollar solamente un argumento principal: que, de haber
sido aceptada por Roma, la propuesta de la Declaración Doctrinal hubiera
destruido a la FSPX. El Arzobispo Lefebvre declaró y probó que el Vaticano II
era un rompimiento o ruptura con la enseñanza previa de la Iglesia. En esa
premisa se originó y reposa el movimiento Católico Tradicional. Entonces, para
enfrentar la resistencia en marcha de ese movimiento contra su amado Vaticano
II, Benedicto XVI proclamó al estrenar su pontificado en el 2005, la
“hermenéutica de la continuidad”. Con ella, el Concilio contradiciendo
(objetivamente) a la Tradición tenía que ser interpretado (subjetivamente) de
tal manera como para no contradecirla. Así no habría ningún rompimiento o
ruptura entre el Concilio y la Tradición Católica.
Ahora bien, vean el séptimo
párrafo (III, 5) de la Declaración Doctrinal. Declara que las afirmaciones del
Vaticano II que sean difíciles de reconciliar con toda la enseñanza previa de
la Iglesia, (1) “deben ser comprendidas a la luz de la Tradición entera e
ininterrumpida, de acuerdo con las verdades enseñadas por el Magisterio
precedente de la Iglesia, (2) no aceptando ninguna interpretación de esas
afirmaciones que pueda permitir que la doctrina Católica se exponga como si
estuviera en oposición o en ruptura con la Tradición y con ese Magisterio”.
La primer parte aquí (1) es
perfectamente verdadera siempre y cuando signifique que cualquier novedad
Conciliar “difícil de reconciliar” será rechazada de plano si objetivamente
contradice la enseñanza previa de la Iglesia. Pero (1) está directamente
contradicho por (2) cuando (2) dice que ninguna novedad Conciliar puede ser
“interpretada” como estando en ruptura con la Tradición. ¡Es como si uno dijera
que todos los equipos de fútbol deben usar camisetas azules, pero que todas las
camisetas de cualquier otro color deben ser interpretadas como siendo
únicamente azules! ¡Qué insensatez! Pero tal es la pura “hermenéutica de la
continuidad”.
Ahora bien, los
soldados que defienden la última fortaleza de la Fe que esté mundialmente
organizada, ¿Se dan cuenta de lo que su Comandante está pensando? ¿Se dan
cuenta que su solemne declaración de la doctrina de la FSPX lo muestra pensando
como lo haría un líder enemigo? ¿Acaso están contentos de verse llevados a
pensar como los enemigos de la Fe? Todas las ideas deben ser católicas así que
las ideas no-católicas serán “interpretadas” como siendo católicas. ¡Despierten
compañeros! El pensamiento enemigo está en el Cuartel General.
Kyrie eleison.