GREC – IV
Una señora, habiendo leído el
primer “Comentario Eleison” sobre el GREC (EC 294 del 2 de Marzo) escribió para
quejarse de que yo malinterpretaba al GREC, el grupo parisino de católicos
fundado hacia el fin de la década de 1990 para poner juntos a los Tradicionalistas
y a los católicos oficiales, de manera que pudieran pensar y hablar
pacíficamente unos con otros para el bien de la Madre Iglesia. Estoy feliz de
corregir los errores de hecho que ella señaló. No tengo problema en admitir las
faltas personales mías que ella resaltó. Sin embargo, en un punto, debo estar
en desacuerdo con ella.
En cuanto a los errores de
hecho, el Sr. Gilbert Pérol fue Embajador ante el gobierno italiano y no ante
el Vaticano. Asimismo, él no fue un “colaborador laico” sino un amigo personal
del Padre Michel Lelong, un Padre Blanco. Asimismo, el GREC no fue lanzado “en
los salones de París” sino en el piso de la viuda del Embajador, la Sra.
Huguette Pérol, quien, según me dijeron, asume completa responsabilidad por
haber fundado el GREC, puramente para ayudar a la Iglesia, y con la ayuda de
gente “competente y preocupada por ser fiel al Evangelio y a la Tradición”.
En cuanto a mis faltas, ella
escribió que yo era un “pagado de mí mismo” e “ignorante”, que carecía de
modestia y diplomacia, que demostraba un respeto insuficiente por los muertos,
y que escribía con un tono sarcástico no propio de una persona educada ni de un
Sacerdote. Señora, cuan feliz yo estaría si estas fueran las peores faltas por
las cuales deberé responder ante Dios. En verdad, rece por mi juicio
particular.
Sin embargo, en cuanto al
sarcasmo, permítame alegar que, si me burlé de la nostalgia que los católicos
tienen hoy por el catolicismo de los años 1950, no estaba pensando en el
Embajador Pérol en persona sino en multitudes de católicos actuales. ¡Estas
multitudes, no dándose cuenta porque Dios permitió ante todo al Vaticano II que
separara a la Iglesia oficial de la Tradición católica, desean volver a esa fe
sentimentalizada de la década previa que es justamente la que condujo
directamente al Vaticano II ! Señora, la cuestión crucial no tiene nada que ver
con personas subjetivas; tiene todo que ver con doctrina objetiva.
Y es por ello que debo estar en
desacuerdo con usted en cuanto a la competencia de la gente que ayudó a la Sra.
Pérol a fundar el GREC. Que un diplomático profesional como el Embajador Pérol
haya recurrido a la diplomacia para resolver problemas mayores de doctrina, es
extraviado pero comprensible. Que un Sacerdote Conciliar como el Padre Lelong
haya estimulado tal empresa diplomática es más grave pero aún comprensible,
dado como el Vaticano II socavó toda doctrina, oficializando al subjetivismo
dentro de la Iglesia. Lo que sí es mucho menos fácil de aceptar es la
“competencia y preocupación por el Evangelio y la Tradición” por parte de
Sacerdotes entrenados por Mons. Lefebvre para comprender el desastre doctrinal
del Vaticano II. Tales Sacerdotes nunca debieron animar, menos aún jugar
cualquier parte activa en, un esfuerzo esencialmente diplomático para soluciona
r un desastre esencialmente doctrinal, al margen de cuán bien intencionado tal
esfuerzo pudo haber estado.
Sin embargo, aún así, incluso
en el caso de estos Sacerdotes, se puede aplicar en alguna medida el proverbio
francés: “Entender todo significa perdonar todo”. El Arzobispo pertenecía a una
generación más anterior y más sana. Todos ellos son hijos de un mundo hecho
añicos por dos Guerras Mundiales. Todo el crédito para ellos por haber
recurrido a la persona del Arzobispo para su formación sacerdotal, y mientras
él vivía nos elevó a todos. Pero ellos nunca absorbieron completamente su
doctrina, así que una vez que él murió, en pocos años comenzaron a recaer. Pero
él estaba en lo cierto, y ellos y el GREC -- perdóneme, agraciada dama -- están
en el error. Quiera Dios que vuelvan a lo cierto.
Kyrie eleison.