En el boletín n°398 de Abril de
2013; el P. Trejo, Superior de Distrito de Méjico, publicó un artículo relativo a la actual
crisis de la FSSPX. El texto consiste en una serie de preguntas y respuestas, a
la manera de un catecismo. Lo publicamos a continuación. Dicho texto aparece en
colores verde y rojo. Nuestros comentarios están en color negro.
Tristemente, queridos fieles, hemos perdido un compañero.
Recientemente uno de los nuestros ha dejado la congregación. Para empeorar la
situación, se hizo pública una carta que, al justificarse, siembra desconfianza
en la Fraternidad. Muchos de ustedes han referido preguntas e inquietudes
pidiendo información. De ahí este artículo.
Una aclaración necesaria. Las siguientes líneas solo desean
aportar información a los fieles de este priorato en las circunstancias
mencionadas -es decir, escribimos ante un problema concreto (con un hic et nunc
determinados). Por lo tanto, este artículo no pretende dar claridad o solución
a problemas mayores o futuros.
Este
artículo no pretende dar claridad a problemas mayores… Es decir, el Padre Trejo
está reconociendo explícitamente que existen problemas mayores que la salida de
un Sacerdote. Por supuesto que todos “los otros problemas” no los quiere
mencionar, ni desea aportar otra información, pues hacerlo sería poner el dedo
en la llaga... Pero le preguntamos de manera pública, esperando una igualmente
pública y franca respuesta suya:¿qué piensa acerca de la Declaración Doctrinal?,
¿y acerca del GREC?, ¿y sobre el Krahgate? ¿En qué desobedeció injustamente Monseñor
Williamson? Y esto sólo para empezar…
1.- Hay problemas en la
Fraternidad? Sí. Como en toda sociedad, en la Fraternidad ha habido, hay y
habrá problemas que el Buen Dios permite a la Iglesia Militante. Esa fue su
historia y así será su futuro.
El
Padre Trejo trata de minimizar el “problema” que hay en la Fraternidad. Lo que
sucede actualmente a la FSSPX no es un problema más, es una crisis sin
precedentes que la está llevando a su muerte, porque los Superiores de la
Fraternidad han abandonado varios de los principios establecidos por Monseñor
Lefebvre.
Si
comparamos este “problema” con otros sucedidos en el pasado, como por ejemplo
la salida del Padre Laguerie, la salida del Padre Morello con gran cantidad de
seminaristas de la Reja, la separación de los 9 en Estados Unidos, la
separación con Dom Gérard, etc. etc.; vemos que todos ellos se limitaron a un
problema local, y que todos estos Sacerdotes salieron por causa de una desviación doctrinal,
ya sea a la derecha o a la izquierda. Todos ellos abandonaron los principios de
Monseñor Lefebvre. El problema actual es inverso: esta vez son las mismas
autoridades de la FSSPX las que se han desviado de los principios de Monseñor
Lefebvre, como se hace evidente al leer o escuchar las palabras de Monseñor
Fellay, en particular su “Declaración Doctrinal” de abril.
Este
“problema” es de una magnitud global, abarca a la Fraternidad en su totalidad, desde
los obispos a los fieles y afecta a todos los prioratos del mundo. Se trata de
una crisis análoga a la del Vaticano II: hasta entonces, lo normal era que la
jerarquía resistiera firme ante la herejía y que unos pocos se separaran de la
verdad. Con el concilio, y merced a la trampa de la obediencia excesiva, la
jerarquía se desvió en masa de la verdad, mientras unos pocos resistieron
totalmente católicos, con Monseñor Lefebvre a la cabeza. Estos pocos fueron
tachados de cismáticos, subversivos, desobedientes, etc.
Hoy
vemos cómo la FSSPX en masa es arrastrada, mediante la obediencia excesiva y el
culto a la persona del Superior General, hacia un indebido cambio de actitud
respecto de Roma, hacia una “disminución de la confesión de la fe” (que
denuncian los Obispos en su carta de abril al Consejo General), hacia ablandamiento
general, hacia una pérdida del espíritu católico militante, espíritu de
resuelto combate en defensa de la Verdad y del honor de Dios.
2.-¿Puede usted citar uno de los problemas actuales? Los sacerdotes que
salen de la Fraternidad atacando abiertamente al Superior General, Monseñor
Fellay, so pretexto de fidelidad a la Fe de siempre.
Los
Sacerdotes no han salido de la Fraternidad por espíritu de rebeldía o por
capricho: fueron expulsados o se vieron obligados a dejar de obedecer a unas
autoridades que están traicionando el espíritu de la FSSPX. Fueron perseguidos por
haber defendido públicamente el legado y la línea de conducta que Monseñor
Lefebvre, al final de su vida, dejó establecidos. Estos sacerdotes no hablaron
por hablar. Con motivos graves y con razones plenamente justificadas y
respaldadas encararon a Monseñor Fellay por su traición abierta a Monseñor
Lefebvre. Pueden leer, entre otras, las siguientes declaraciones: (Sermón del Padre Koller, artículo de Arsenius;
carta del R.P. René Trincado a Monseñor
Fellay; declaración del R.P. Juan Carlos Ortiz;del Padre Jahir Britto; del Padre Joaquim Daniel; del Padre Girouard; del Padre Rafael Arízaga; carta de los 37 Sacerdotes franceses, etc.
Pero
si el Padre Trejo tiene antecedentes que nosotros ignoramos, le pedimos nos
explique los verdaderos motivos de los Sacerdotes que conforman la Resistencia
para “atacar al Superior General so pretextos de fidelidad a la fe”.
3.- ¿Cuál es la
dimensión de este problema? ¿Cuántos
sacerdotes dejaron la Fraternidad invocando estas razones? Según la cifra que ellos mismos han dado recientemente, no
llegan a 20 sacerdotes.
La
Verdad no está en el número. Y en realidad, en menos de un año, son exactamente
22 sacerdotes, 4 comunidades religiosas y un Obispo. Estos son solamente los
que han sido expulsados o han dejado la Fraternidad. Hubo muchos otros que
fueron cambiados de sus puestos y silenciados, como el Padre Koller, el Padre
Damien Fox, Eric Jacqmin entre otros y sobre todo, el gran silenciado, Monseñor
Tissier de Mallerais.
Y
más allá de las posturas de los Sacerdotes, lo cierto es que Mons. Fellay, con
sus planes de acercamiento a Roma, ha
logrado causar, además de escándalo, estupor, temor y confusión, una profunda
división en toda la congregación (Sacerdotes, religiosos y fieles) entre
acuerdistas y antiacuerdistas, fellecistas y antifellecistas, liberales y
antiliberales.
4.- ¿Qué porcentaje representa este grupo en relación a toda la
Fraternidad? Son menos del 4% sobre un total de 550 sacerdotes que
integran la congregación.
Realmente
es muy débil el argumento de la cantidad. Monseñor Lefebvre estuvo solo en
contra de 2450 obispos que acataron el Vaticano II. Aunque al principio algunos
estaban de acuerdo con él, nadie lo apoyó en la fundación de la FSSPX. Tiempo
después se le unió Monseñor de Castro Mayer. Son dos Obispos contra 2450, lo
que hace un porcentaje de 0.08%. Y transcurrido el tiempo, vemos que
verdaderamente Monseñor Lefebvre tenía razón al fundar la Fraternidad en
condiciones de ínfima e insignificante minoría en comparación con sus enemigos:
la jerarquía Católica modernista y liberal, la masonería, las falsas
religiones, las izquierdas políticas, etc.
5.- Los que han tomado esta postura, ¿son los más antiguos, los
que han conocido a Monseñor Lefebvre?
No es la regla general: los hay de todas las edades en
ordenación sacerdotal. Así también hay de todas las edades entre los que se
quedan combatiendo dentro de la Fraternidad.
Los
que verdaderamente combaten dentro de la FSSPX son los que, sin salir de ella,
se oponen a la traición de las autoridades que han pretendido y siguen
pretendiendo capitular ante Roma. Por el contrario, los fellecistas o
acuerdistas y los obediencistas a ultranza, están en proceso de rendición ante
los liberales de Roma.
Y
si de los más antiguos se trata, de los que conocieron bien a Mons. Lefebvre,
podemos mencionar el caso de nuestro querido Padre Faure, que no sólo trató a
Moseñor Lefebvre, sino que fue un Sacerdote de confianza de éste.
P.
Trejo: ¿el P. Faure es un rebelde, un subversivo, un desobediente; o, por el
contario, ha sido su larga experiencia, su caridad y su reconocida prudencia lo
que lo ha llevado a ser parte de la Resistencia?
6.- ¿No ha salido también uno de los cuatro obispos? Sí,
lamentablemente Monseñor Williamson fue expulsado de la Congregación en octubre
pasado.
7.- ¿Cuál fue la causa de su expulsión? Fueron motivos
disciplinarios. En la Fraternidad, como en toda sociedad, hay autoridad,
reglas, órdenes y disciplina a cumplir. Cuando la indisciplina atenta gravemente
contra el orden de la sociedad, la autoridad puede expulsar al miembro que la
produce, así como un papá puede pedir a un hijo que se retire de la casa si su
actitud daña a la familia.
Ojalá que el Padre Trejo aclare
a los fieles confundidos de qué modo Monseñor Williamson atentó gravemente contra el orden de la Fraternidad. ¿Por la
publicación de sus Comentarios Eleison? Monseñor Williamson dijo a Monseñor
Fellay en su carta abierta luego de su expulsión:
En efecto, este “comentario” ha criticado en repetidas
ocasiones la política conciliadora hacia Roma por parte de las autoridades de
la Fraternidad, y por ese comentario los ha atacado implícitamente.
Y
¿a qué otras órdenes fuera de la de cerrar los
“Comentarios” puede afirmarse que ha sido culpable de una desobediencia
“formal, obstinada y pertinaz”? ¿Hay alguna otra? La desobediencia de Monseñor
Lefebvre, no fue sino para los actos de autoridad de los jefes de la Iglesia
que eran capaces de destruir la Iglesia, su desobediencia era más aparente que
real. Igualmente, la “desobediencia” de aquél que no ha querido cerrar los
“Comentarios” es más aparente que real.
8.- ¿Acaso no escribieron una carta en este tenor
Monseñor Tissier de Mallerais y Monseñor de Galarreta? En abril del año
pasado nuestros obispos dirigieron una carta al Superior General expresando su
negativa respecto al acuerdo que en ese momento se vislumbraba. En junio,
Monseñor Fellay dijo NO a las autoridades romanes ante ese acuerdo pues
significaba una claudicación. Por eso no es intelectualmente honesto utilizar
esa carta para decir que existe una oposición actual entre los obispos citados
y la Casa General.
Pero
no olvide, Padre, que Monseñor Fellay presentó a Roma una “Declaración
Doctrinal” que representa una traición objetiva a Monseñor Lefebvre, a la
FSSPX, a la fe y a Cristo; por contener concesiones absolutamente inaceptables
y una gran cantidad de ambigüedades. Y todos
sabemos que fueron los romanos los
que dieron marcha atrás (elevando a última hora las exigencias a la FSSPX) no debido
al contenido de la Declaración, sino principalmente por la publicación de la
Carta de los tres Obispos el 7 de abril, que hizo ver a los romanos que
Monseñor Fellay no arrastraba a toda la Fraternidad consigo.
Recuerde
que en febrero, Monseñor Fellay todavía clamaba por “un último gesto hacia
nosotros” al Papa Benedicto XVI… su intención de llegar a un acuerdo práctico
jamás ha desaparecido, y lo deshonesto es no advertir a los fieles del peligro
que corren.
De
los tres obispos, uno fue expulsado, otro aislado y silenciado y solamente uno
de ellos transigió con la traición.
Somos
testigos de un proceso de progresiva claudicación en la FSSPX, rendición que
habría sido consumada en junio pasado si el Vaticano hubiera aceptado la
traidora “Declaración Doctrinal” de Monseñor Fellay, ¿o pretende usted que ese
documento nunca existió? Existió, está publicado y cualquiera lo puede leer:
ese documento es el intento fallido de Mons. Fellay por hacer claudicar a la
FSSPX ¿Y por qué falló el intento? Pues simplemente porque los romanos querían
una claudicación todavía más ventajosa para ellos que la claudicación propuesta
por el Superior General.
9.- ¿No hay 37 sacerdotes en Francia que han tomado esta postura
auto llamada de “la Resistencia? Solo tres han reconocido la autoría de dicha carta. No hay
que creer todo lo que aparece en internet.
En
un principio, el Padre de Cacqueray dijo que la carta era falsa. Pero luego las
autoridades hicieron su “investigación” y descubrieron a tres de ellos. Entonces,
después de declarar que la carta era un fraude, tanto por el padre de Cacqueray
como por el influyente acuerdista Jacques Régis du Cray, cambiaron la versión y
dijeron que fueron solo 3, que son los que ellos descubrieron. El disco duro de
la computadora del priorato de Nancy fue confiscada para encontrar a los otros
34. Y, por cierto, ya no son solo 34, se agregaron después otros 4. Lo que hace
un total de 41 sacerdotes de Francia opuestos a Monseñor Fellay y su camarilla
acuerdista.
10.- ¿No son estos sacerdotes “víctimas de una política de
represión”, según expresión por ellos usada?
Efectivamente, ellos se llaman a sí mismos “víctimas”.
Es muy fácil considerarse víctima acusando a otro… No sería correcto si un papá
castigara a un hijo acusado por su hermano de haberlo atacado injustamente.
Sería necesario que el papá escuche las dos versiones, las dos campanas. Así,
en nuestro asunto, sería un desatino considerar al que sale la “víctima sin
antes haber escuchado las razones de la autoridad que, en general, calla para
no perturbar a los fieles.
Pero,
pero… ¿es que verdaderamente se escucha lo que tienen que decir esos Sacerdotes?
Los juicios que se han llevado a cabo en contra de sacerdotes de la Resistencia
son totalmente anómalos pues en ellos se comenten al menos dos aberrantes
violaciones a los principios elementales del debido proceso reconocidos
universalmente: el “Principio de la Imparcialidad” (Monseñor Fellay es juez y
parte) y el “Principio de la Doble Instancia” (no es posible apelar de la
decisión de Mons. Fellay ante nadie). Cuando el papá es un traidor, los hijos
son castigados injustamente.
Por
lo demás, el que se finge la “víctima” es Monseñor Fellay, lo que se puede apreciar
en conferencias y sermones en que éste dice que el diablo está atacándolo, que
fue engañado… pero es todo lo que puede decir. Si como el P. Trejo dice, sería
un desatino considerar solamente a la “víctima” sin escuchar las razones de la
autoridad, ¿por qué la autoridad no da sus razones, sino que se escabulle
mediante sus acostumbradas ambigüedades? ¿Verdaderamente es para no perturbar a
los fieles que ya no se habla claro en la FSSPX? ¿Acaso los fieles no están ya muy
perturbados? ¿No los perturba más que el Superior no conteste las acusaciones, y
en cambio recurra a procedimientos estalinianos para someter y callar a las
víctimas? ¿Desde cuándo y hasta cuándo esta falta de rectitud y de
franqueza en la Tradición? El Superior
tiene obligación de contestar lo que se le reclama, punto por punto, porque las
razones que se le dan están fundadas. Si no lo hace, es porque simplemente no
puede hacerlo.
12.- ¿Se puede hablar en contra de los errores del Vaticano II y
de la jerarquía que los promueven?
Sí.
Respuesta bajo la pregunta 13.
Respuesta bajo la pregunta 13.
13.- ¿Por qué, entonces, se prohibió a un sacerdote hablar de
estos asuntos (según su carta abierta)?
Una ley o permiso general puede ser restringido en un caso
particular, cuando hay daño del individuo o del bien común. En una familia, por
ejemplo, el papá permite que sus hijos lean y hablen de lo que les interesa.
Pero si uno de ellos se obsesiona por un tema y sus conversaciones al respecto
turban a los otros, el padre puede prohibirle continuar en esa postura.
Similares reglas rigen a una familia sacerdotal: el superior eclesiástico puede
restringir una ley o permiso general cuando es mal usado por uno de los suyos.
La salida de este sacerdote, después de tantos años de fidelidad a la
congregación, confirma la gravedad de esa situación concreta y la necesidad de
haber intervenido con firmeza.
¿Desde
cuándo los Sacerdotes tradicionalistas necesitan de un “permiso” para criticar
al Vaticano II, el mayor desastre de la historia de la Iglesia Católica y causa
de la apostasía en que hoy está sumido el mundo católico? Defender la Verdad
atacando al concilio, ¿no es más bien un gravísimo deber de todo católico?
¿Y
por qué el hablar de los errores contra
el Vaticano II y la jerarquía que los promueven puede ser dañino para los
fieles? ¿En qué sentido estaba obsesionado el Padre? ¿Es que Monseñor Lefebvre
no habló en cada sermón, conferencia, entrevista, etc., de esos mismos errores?
¿Estaba obsesionado? ¿Por qué mejor no dice que verdaderamente está prohibido
hablar de estos temas o que ya no es bien visto en la FSSPX? ¿Por qué no dice
que hay sacerdotes que han recibido moniciones por criticar a Benedicto XVI? ¿Por
qué la Fraternidad calla todos los escándalos del nuevo Papa? ¿Por qué en DICI
se presentan artículos tendenciosos sobre Roma y el Papa sin dar el
contraveneno? Porque, como dijo Monseñor Fellay a un fiel que después de una
conferencia, hace unos meses, le preguntó sobre la causa de las ambigüedades y
diplomacias con que ahora la FSSPX trata a los romanos: “Cuando dos países
están en guerra y hay conversaciones de paz, es normal que se suavice el
lenguaje”. ¿Paz con los destructores de la Iglesia?: paz de traidores. ¿Lenguaje
suave con los modernistas?: lenguaje de cobardes.
14.- En la Fraternidad, ¿todos deben opinar lo mismo sobre temas
prudenciales? No. Es un hecho que hay una gran diversidad de opiniones en
temas prudenciales. Hay diferencias de criterios tanto entre sacerdotes como
entre fieles. Esto lo vemos tanto en temas complejos (las tratativas con Roma),
como en los más sencillos (la construcción de una capilla o la manera de
enseñar a acolitar). Pero es necesario que haya una autoridad que tome la
decisión después de haber escuchado a los otros y de haberlo pensado
sesudamente.
Padre,
en la Fraternidad no debería haber diversidad de opiniones sobre la posibilidad
de un acuerdo práctico con Roma. Monseñor Lefebvre dejó establecido muy
claramente que no debe haber tal acuerdo práctico sin la conversión previa de
Roma, si ellos antes no reconocían las grandes encíclicas anti liberales de los
Papas. Es más: el Capítulo del 2006 reiteraba claramente ese principio, pero
fue lanzado a la basura por Monseñor Fellay en el 2012 (leer
Cor Unum 101) No se
puede pensar de otro modo, y bueno sería que los que piensan distinto se vayan
a San Pedro o al IBP, con los liberales, con sus “nuevos amigos de Roma” (sic
Mons. Fellay, Cor Unum 101) y que nos dejen proseguir el combate por la Verdad.
Este
de ningún modo es un tema prudencial o un asunto en el que pueda haber
opiniones varias. El someter o no someter la Tradición al modernismo no es una cuestión
prudencial, es un asunto grave de justicia y de fe, y de vida o muerte. No
someterse al poder de la Roma modernista es vital para la supervivencia de la
Fraternidad, ese claro y resuelto “no a los modernistas mientras sigan siendo
modernistas” es la “Operación Supervivencia” que lanzó Monseñor Lefebvre antes
de morir, contraria a la “Operación Suizidio” (Con “Z” deliberadamente, por la
ironía que hay en ese juego de palabras) de la que somos testigos.
15.- ¿Se puede manifestar a la autoridad su opinión? Sí. Pero
lamentablemente en este punto, se han visto excesos: cualquiera, con o sin
conocimiento acabado de causa, se considera con derecho a criticar a un
Superior General sin importar el modo. El que ataca desatinadamente a la
autoridad, ataca a la misma sociedad. Es lo que enseña la sana filosofía. Es
por eso que, en algunos casos, los superiores deben intervenir corrigiendo.
Desgraciadamente,
Padre, a falta de las mismas autoridades para defender los principios de la
Fraternidad y la lucha contra la Roma modernista y su concilio y misa
bastardos, los fieles, aunque sean unos cualquieras, han debido tomar la
defensa de la Fraternidad y de la Verdad. Ante la inacción de los Pastores, las
ovejas recurrimos a la autodefensa. Se han abierto múltiples sitios en internet
con este propósito: propagar los Comentarios Eleison y las conferencias,
sermones y escritos de Monseñor Williamson y de los valientes sacerdotes que se
han atrevido a hablar en contra de esa autoridad a la cual usted parece estar
apegado ciegamente. “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”.
Si
atacar a la autoridad es atacar a la sociedad, ¿entonces la FSSPX atacó a la
Iglesia cada vez que criticó a los Papas modernistas?
Mucho
más se podría decir, pero para terminar, y porque los fieles tenemos derecho a
saber qué es lo que piensan nuestros Sacerdotes, lo emplazamos públicamente,
Padre, a que responda a la siguiente pregunta al menos, si usted no quiere
responder a las demás formuladas en este texto: ¿usted habría puesto o no su
firma al lado de la de Monseñor Fellay en la “Declaración Doctrinal” entregada
por éste a Roma en abril de 2012? De no responder, nos veremos obligados a
interpretar su silencio como una respuesta afirmativa.