jueves, 11 de abril de 2013

"CATECISMO FELLECISTA”.- Por el Superior del Distrito de Méjico.


En el boletín n°398 de Abril de 2013; el P. Trejo, Superior de Distrito de Méjico, publicó un artículo relativo a la actual crisis de la FSSPX. El texto consiste en una serie de preguntas y respuestas, a la manera de un catecismo. Lo publicamos a continuación. Dicho texto aparece en colores verde y rojo. Nuestros comentarios están en color negro.



Tristemente, queridos fieles, hemos perdido un compañero. Recientemente uno de los nuestros ha dejado la congregación. Para empeorar la situación, se hizo pública una carta que, al justificarse, siembra desconfianza en la Fraternidad. Muchos de ustedes han referido preguntas e inquietudes pidiendo información. De ahí este artículo.
Una aclaración necesaria. Las siguientes líneas solo desean aportar información a los fieles de este priorato en las circunstancias mencionadas -es decir, escribimos ante un problema concreto (con un hic et nunc determinados). Por lo tanto, este artículo no pretende dar claridad o solución a problemas mayores o futuros.

Este artículo no pretende dar claridad a problemas mayores… Es decir, el Padre Trejo está reconociendo explícitamente que existen problemas mayores que la salida de un Sacerdote. Por supuesto que todos “los otros problemas” no los quiere mencionar, ni desea aportar otra información, pues hacerlo sería poner el dedo en la llaga... Pero le preguntamos de manera pública, esperando una igualmente pública y franca respuesta suya:¿qué piensa acerca de la Declaración Doctrinal?, ¿y acerca del GREC?, ¿y sobre el Krahgate? ¿En qué desobedeció injustamente Monseñor Williamson? Y esto sólo para empezar…

 1.- Hay problemas en la Fraternidad? Sí. Como en toda sociedad, en la Fraternidad ha habido, hay y habrá problemas que el Buen Dios permite a la Iglesia Militante. Esa fue su historia y así será su futuro.

El Padre Trejo trata de minimizar el “problema” que hay en la Fraternidad. Lo que sucede actualmente a la FSSPX no es un problema más, es una crisis sin precedentes que la está llevando a su muerte, porque los Superiores de la Fraternidad han abandonado varios de los principios establecidos por Monseñor Lefebvre.

Si comparamos este “problema” con otros sucedidos en el pasado, como por ejemplo la salida del Padre Laguerie, la salida del Padre Morello con gran cantidad de seminaristas de la Reja, la separación de los 9 en Estados Unidos, la separación con Dom Gérard, etc. etc.; vemos que todos ellos se limitaron a un problema local, y que todos estos Sacerdotes  salieron por causa de una desviación doctrinal, ya sea a la derecha o a la izquierda. Todos ellos abandonaron los principios de Monseñor Lefebvre. El problema actual es inverso: esta vez son las mismas autoridades de la FSSPX las que se han desviado de los principios de Monseñor Lefebvre, como se hace evidente al leer o escuchar las palabras de Monseñor Fellay, en particular su “Declaración Doctrinal” de abril.

Este “problema” es de una magnitud global, abarca a la Fraternidad en su totalidad, desde los obispos a los fieles y afecta a todos los prioratos del mundo. Se trata de una crisis análoga a la del Vaticano II: hasta entonces, lo normal era que la jerarquía resistiera firme ante la herejía y que unos pocos se separaran de la verdad. Con el concilio, y merced a la trampa de la obediencia excesiva, la jerarquía se desvió en masa de la verdad, mientras unos pocos resistieron totalmente católicos, con Monseñor Lefebvre a la cabeza. Estos pocos fueron tachados de cismáticos, subversivos, desobedientes, etc.

Hoy vemos cómo la FSSPX en masa es arrastrada, mediante la obediencia excesiva y el culto a la persona del Superior General, hacia un indebido cambio de actitud respecto de Roma, hacia una “disminución de la confesión de la fe” (que denuncian los Obispos en su carta de abril al Consejo General), hacia ablandamiento general, hacia una pérdida del espíritu católico militante, espíritu de resuelto combate en defensa de la Verdad y del honor de Dios.

2.-¿Puede usted citar uno de los problemas actuales? Los sacerdotes que salen de la Fraternidad atacando abiertamente al Superior General, Monseñor Fellay, so pretexto de fidelidad a la Fe de siempre.

Los Sacerdotes no han salido de la Fraternidad por espíritu de rebeldía o por capricho: fueron expulsados o se vieron obligados a dejar de obedecer a unas autoridades que están traicionando el espíritu de la FSSPX. Fueron perseguidos por haber defendido públicamente el legado y la línea de conducta que Monseñor Lefebvre, al final de su vida, dejó establecidos. Estos sacerdotes no hablaron por hablar. Con motivos graves y con razones plenamente justificadas y respaldadas encararon a Monseñor Fellay por su traición abierta a Monseñor Lefebvre. Pueden leer, entre otras, las siguientes declaraciones: (Sermón del Padre Koller, artículo de Arsenius; carta del R.P. René Trincado a Monseñor Fellay; declaración del R.P. Juan Carlos Ortiz;del Padre Jahir Britto; del Padre Joaquim Daniel; del Padre Girouard; del Padre Rafael Arízaga; carta de los 37 Sacerdotes franceses, etc.

Pero si el Padre Trejo tiene antecedentes que nosotros ignoramos, le pedimos nos explique los verdaderos motivos de los Sacerdotes que conforman la Resistencia para “atacar al Superior General so pretextos de fidelidad a la fe”.

3.- ¿Cuál es la dimensión de este problema? ¿Cuántos sacerdotes dejaron la Fraternidad invocando estas razones? Según la cifra que ellos mismos han dado recientemente, no llegan a 20 sacerdotes.

La Verdad no está en el número. Y en realidad, en menos de un año, son exactamente 22 sacerdotes, 4 comunidades religiosas y un Obispo. Estos son solamente los que han sido expulsados o han dejado la Fraternidad. Hubo muchos otros que fueron cambiados de sus puestos y silenciados, como el Padre Koller, el Padre Damien Fox, Eric Jacqmin entre otros y sobre todo, el gran silenciado, Monseñor Tissier de Mallerais.

Y más allá de las posturas de los Sacerdotes, lo cierto es que Mons. Fellay, con sus planes de acercamiento a Roma,  ha logrado causar, además de escándalo, estupor, temor y confusión, una profunda división en toda la congregación (Sacerdotes, religiosos y fieles) entre acuerdistas y antiacuerdistas, fellecistas y antifellecistas, liberales y antiliberales.

4.- ¿Qué porcentaje representa este grupo en relación a toda la Fraternidad? Son menos del 4% sobre un total de 550 sacerdotes que integran la congregación.

Realmente es muy débil el argumento de la cantidad. Monseñor Lefebvre estuvo solo en contra de 2450 obispos que acataron el Vaticano II. Aunque al principio algunos estaban de acuerdo con él, nadie lo apoyó en la fundación de la FSSPX. Tiempo después se le unió Monseñor de Castro Mayer. Son dos Obispos contra 2450, lo que hace un porcentaje de 0.08%. Y transcurrido el tiempo, vemos que verdaderamente Monseñor Lefebvre tenía razón al fundar la Fraternidad en condiciones de ínfima e insignificante minoría en comparación con sus enemigos: la jerarquía Católica modernista y liberal, la masonería, las falsas religiones, las izquierdas políticas, etc.

5.- Los que han tomado esta postura, ¿son los más antiguos, los que han conocido a Monseñor Lefebvre? No es la regla general: los hay de todas las edades en ordenación sacerdotal. Así también hay de todas las edades entre los que se quedan combatiendo dentro de la Fraternidad.

Los que verdaderamente combaten dentro de la FSSPX son los que, sin salir de ella, se oponen a la traición de las autoridades que han pretendido y siguen pretendiendo capitular ante Roma. Por el contrario, los fellecistas o acuerdistas y los obediencistas a ultranza, están en proceso de rendición ante los liberales de Roma.

Y si de los más antiguos se trata, de los que conocieron bien a Mons. Lefebvre, podemos mencionar el caso de nuestro querido Padre Faure, que no sólo trató a Moseñor Lefebvre, sino que fue un Sacerdote de confianza de éste.

P. Trejo: ¿el P. Faure es un rebelde, un subversivo, un desobediente; o, por el contario, ha sido su larga experiencia, su caridad y su reconocida prudencia lo que lo ha llevado a ser parte de la Resistencia?

6.- ¿No ha salido también uno de los cuatro obispos? Sí, lamentablemente Monseñor Williamson fue expulsado de la Congregación en octubre pasado.

7.- ¿Cuál fue la causa de su expulsión? Fueron motivos disciplinarios. En la Fraternidad, como en toda sociedad, hay autoridad, reglas, órdenes y disciplina a cumplir. Cuando la indisciplina atenta gravemente contra el orden de la sociedad, la autoridad puede expulsar al miembro que la produce, así como un papá puede pedir a un hijo que se retire de la casa si su actitud daña a la familia.

Ojalá que el Padre Trejo aclare a los fieles confundidos de qué modo Monseñor Williamson atentó gravemente contra el orden de la Fraternidad. ¿Por la publicación de sus Comentarios Eleison? Monseñor Williamson dijo a Monseñor Fellay en su carta abierta luego de su expulsión:
En efecto, este “comentario” ha criticado en repetidas ocasiones la política conciliadora hacia Roma por parte de las autoridades de la Fraternidad, y por ese comentario los ha atacado implícitamente.

Y

¿a qué otras órdenes fuera de la de cerrar los “Comentarios” puede afirmarse que ha sido culpable de una desobediencia “formal, obstinada y pertinaz”? ¿Hay alguna otra? La desobediencia de Monseñor Lefebvre, no fue sino para los actos de autoridad de los jefes de la Iglesia que eran capaces de destruir la Iglesia, su desobediencia era más aparente que real. Igualmente, la “desobediencia” de aquél que no ha querido cerrar los “Comentarios” es más aparente que real.

8.- ¿Acaso no escribieron una carta en este tenor Monseñor Tissier de Mallerais y Monseñor de Galarreta? En abril del año pasado nuestros obispos dirigieron una carta al Superior General expresando su negativa respecto al acuerdo que en ese momento se vislumbraba. En junio, Monseñor Fellay dijo NO a las autoridades romanes ante ese acuerdo pues significaba una claudicación. Por eso no es intelectualmente honesto utilizar esa carta para decir que existe una oposición actual entre los obispos citados y la Casa General.

Pero no olvide, Padre, que Monseñor Fellay presentó a Roma una “Declaración Doctrinal” que representa una traición objetiva a Monseñor Lefebvre, a la FSSPX, a la fe y a Cristo; por contener concesiones absolutamente inaceptables y una gran cantidad de ambigüedades. Y  todos sabemos que fueron los romanos los que dieron marcha atrás (elevando a última hora las exigencias a la FSSPX) no debido al contenido de la Declaración, sino principalmente por la publicación de la Carta de los tres Obispos el 7 de abril, que hizo ver a los romanos que Monseñor Fellay no arrastraba a toda la Fraternidad consigo.

Recuerde que en febrero, Monseñor Fellay todavía clamaba por “un último gesto hacia nosotros” al Papa Benedicto XVI… su intención de llegar a un acuerdo práctico jamás ha desaparecido, y lo deshonesto es no advertir a los fieles del peligro que corren.

De los tres obispos, uno fue expulsado, otro aislado y silenciado y solamente uno de ellos transigió con la traición.

Somos testigos de un proceso de progresiva claudicación en la FSSPX, rendición que habría sido consumada en junio pasado si el Vaticano hubiera aceptado la traidora “Declaración Doctrinal” de Monseñor Fellay, ¿o pretende usted que ese documento nunca existió? Existió, está publicado y cualquiera lo puede leer: ese documento es el intento fallido de Mons. Fellay por hacer claudicar a la FSSPX ¿Y por qué falló el intento? Pues simplemente porque los romanos querían una claudicación todavía más ventajosa para ellos que la claudicación propuesta por el Superior General.

9.- ¿No hay 37 sacerdotes en Francia que han tomado esta postura auto llamada de “la Resistencia? Solo tres han reconocido la autoría de dicha carta. No hay que creer todo lo que aparece en internet.

En un principio, el Padre de Cacqueray dijo que la carta era falsa. Pero luego las autoridades hicieron su “investigación” y descubrieron a tres de ellos. Entonces, después de declarar que la carta era un fraude, tanto por el padre de Cacqueray como por el influyente acuerdista Jacques Régis du Cray, cambiaron la versión y dijeron que fueron solo 3, que son los que ellos descubrieron. El disco duro de la computadora del priorato de Nancy fue confiscada para encontrar a los otros 34. Y, por cierto, ya no son solo 34, se agregaron después otros 4. Lo que hace un total de 41 sacerdotes de Francia opuestos a Monseñor Fellay y su camarilla acuerdista.

10.- ¿No son estos sacerdotes “víctimas de una política de represión”, según expresión por ellos usada? Efectivamente, ellos se llaman a sí mismos “víctimas”. Es muy fácil considerarse víctima acusando a otro… No sería correcto si un papá castigara a un hijo acusado por su hermano de haberlo atacado injustamente. Sería necesario que el papá escuche las dos versiones, las dos campanas. Así, en nuestro asunto, sería un desatino considerar al que sale la “víctima sin antes haber escuchado las razones de la autoridad que, en general, calla para no perturbar a los fieles.

Pero, pero… ¿es que verdaderamente se escucha lo que tienen que decir esos Sacerdotes? Los juicios que se han llevado a cabo en contra de sacerdotes de la Resistencia son totalmente anómalos pues en ellos se comenten al menos dos aberrantes violaciones a los principios elementales del debido proceso reconocidos universalmente: el “Principio de la Imparcialidad” (Monseñor Fellay es juez y parte) y el “Principio de la Doble Instancia” (no es posible apelar de la decisión de Mons. Fellay ante nadie). Cuando el papá es un traidor, los hijos son castigados injustamente.

Por lo demás, el que se finge la “víctima” es Monseñor Fellay, lo que se puede apreciar en conferencias y sermones en que éste dice que el diablo está atacándolo, que fue engañado… pero es todo lo que puede decir. Si como el P. Trejo dice, sería un desatino considerar solamente a la “víctima” sin escuchar las razones de la autoridad, ¿por qué la autoridad no da sus razones, sino que se escabulle mediante sus acostumbradas ambigüedades? ¿Verdaderamente es para no perturbar a los fieles que ya no se habla claro en la FSSPX? ¿Acaso los fieles no están ya muy perturbados? ¿No los perturba más que el Superior no conteste las acusaciones, y en cambio recurra a procedimientos estalinianos para someter y callar a las víctimas? ¿Desde cuándo y hasta cuándo esta falta de rectitud y de franqueza  en la Tradición? El Superior tiene obligación de contestar lo que se le reclama, punto por punto, porque las razones que se le dan están fundadas. Si no lo hace, es porque simplemente no puede hacerlo.

12.- ¿Se puede hablar en contra de los errores del Vaticano II y de la jerarquía que los promueven? Sí.
Respuesta bajo la pregunta 13.

13.- ¿Por qué, entonces, se prohibió a un sacerdote hablar de estos asuntos (según su carta abierta)?
Una ley o permiso general puede ser restringido en un caso particular, cuando hay daño del individuo o del bien común. En una familia, por ejemplo, el papá permite que sus hijos lean y hablen de lo que les interesa. Pero si uno de ellos se obsesiona por un tema y sus conversaciones al respecto turban a los otros, el padre puede prohibirle continuar en esa postura. Similares reglas rigen a una familia sacerdotal: el superior eclesiástico puede restringir una ley o permiso general cuando es mal usado por uno de los suyos. La salida de este sacerdote, después de tantos años de fidelidad a la congregación, confirma la gravedad de esa situación concreta y la necesidad de haber intervenido con firmeza.

¿Desde cuándo los Sacerdotes tradicionalistas necesitan de un “permiso” para criticar al Vaticano II, el mayor desastre de la historia de la Iglesia Católica y causa de la apostasía en que hoy está sumido el mundo católico? Defender la Verdad atacando al concilio, ¿no es más bien un gravísimo deber de todo católico?

¿Y por qué el hablar de los errores  contra el Vaticano II y la jerarquía que los promueven puede ser dañino para los fieles? ¿En qué sentido estaba obsesionado el Padre? ¿Es que Monseñor Lefebvre no habló en cada sermón, conferencia, entrevista, etc., de esos mismos errores? ¿Estaba obsesionado? ¿Por qué mejor no dice que verdaderamente está prohibido hablar de estos temas o que ya no es bien visto en la FSSPX? ¿Por qué no dice que hay sacerdotes que han recibido moniciones por criticar a Benedicto XVI? ¿Por qué la Fraternidad calla todos los escándalos del nuevo Papa? ¿Por qué en DICI se presentan artículos tendenciosos sobre Roma y el Papa sin dar el contraveneno? Porque, como dijo Monseñor Fellay a un fiel que después de una conferencia, hace unos meses, le preguntó sobre la causa de las ambigüedades y diplomacias con que ahora la FSSPX trata a los romanos: “Cuando dos países están en guerra y hay conversaciones de paz, es normal que se suavice el lenguaje”. ¿Paz con los destructores de la Iglesia?: paz de traidores. ¿Lenguaje suave con los modernistas?: lenguaje de cobardes.

14.- En la Fraternidad, ¿todos deben opinar lo mismo sobre temas prudenciales? No. Es un hecho que hay una gran diversidad de opiniones en temas prudenciales. Hay diferencias de criterios tanto entre sacerdotes como entre fieles. Esto lo vemos tanto en temas complejos (las tratativas con Roma), como en los más sencillos (la construcción de una capilla o la manera de enseñar a acolitar). Pero es necesario que haya una autoridad que tome la decisión después de haber escuchado a los otros y de haberlo pensado sesudamente.

Padre, en la Fraternidad no debería haber diversidad de opiniones sobre la posibilidad de un acuerdo práctico con Roma. Monseñor Lefebvre dejó establecido muy claramente que no debe haber tal acuerdo práctico sin la conversión previa de Roma, si ellos antes no reconocían las grandes encíclicas anti liberales de los Papas. Es más: el Capítulo del 2006 reiteraba claramente ese principio, pero fue lanzado a la basura por Monseñor Fellay en el 2012 (leer Cor Unum 101) No se puede pensar de otro modo, y bueno sería que los que piensan distinto se vayan a San Pedro o al IBP, con los liberales, con sus “nuevos amigos de Roma” (sic Mons. Fellay, Cor Unum 101) y que nos dejen proseguir el combate por la Verdad.

Este de ningún modo es un tema prudencial o un asunto en el que pueda haber opiniones varias. El someter o no someter la Tradición al modernismo no es una cuestión prudencial, es un asunto grave de justicia y de fe, y de vida o muerte. No someterse al poder de la Roma modernista es vital para la supervivencia de la Fraternidad, ese claro y resuelto “no a los modernistas mientras sigan siendo modernistas” es la “Operación Supervivencia” que lanzó Monseñor Lefebvre antes de morir, contraria a la “Operación Suizidio” (Con “Z” deliberadamente, por la ironía que hay en ese juego de palabras) de la que somos testigos.

15.- ¿Se puede manifestar a la autoridad su opinión? Sí. Pero lamentablemente en este punto, se han visto excesos: cualquiera, con o sin conocimiento acabado de causa, se considera con derecho a criticar a un Superior General sin importar el modo. El que ataca desatinadamente a la autoridad, ataca a la misma sociedad. Es lo que enseña la sana filosofía. Es por eso que, en algunos casos, los superiores deben intervenir corrigiendo.

Desgraciadamente, Padre, a falta de las mismas autoridades para defender los principios de la Fraternidad y la lucha contra la Roma modernista y su concilio y misa bastardos, los fieles, aunque sean unos cualquieras, han debido tomar la defensa de la Fraternidad y de la Verdad. Ante la inacción de los Pastores, las ovejas recurrimos a la autodefensa. Se han abierto múltiples sitios en internet con este propósito: propagar los Comentarios Eleison y las conferencias, sermones y escritos de Monseñor Williamson y de los valientes sacerdotes que se han atrevido a hablar en contra de esa autoridad a la cual usted parece estar apegado ciegamente. “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”.

Si atacar a la autoridad es atacar a la sociedad, ¿entonces la FSSPX atacó a la Iglesia cada vez que criticó a los Papas modernistas?

Mucho más se podría decir, pero para terminar, y porque los fieles tenemos derecho a saber qué es lo que piensan nuestros Sacerdotes, lo emplazamos públicamente, Padre, a que responda a la siguiente pregunta al menos, si usted no quiere responder a las demás formuladas en este texto: ¿usted habría puesto o no su firma al lado de la de Monseñor Fellay en la “Declaración Doctrinal” entregada por éste a Roma en abril de 2012? De no responder, nos veremos obligados a interpretar su silencio como una respuesta afirmativa.