¿Cómo
Discernir? – I
Cuando es buena la intención de los
hombres, ¿cómo distinguir el bien del mal?
Observando dónde los frutos verdaderamente buenos están.
Observando dónde los frutos verdaderamente buenos están.
Un
joven inteligente plantea una buena pregunta acerca de la crisis en la Iglesia,
y otra buena pregunta acerca de la crisis en la Fraternidad San Pio X. He aquí
cómo Joseph enmarca su primera pregunta:—
Por
un lado la crisis Conciliar fue una en una serie de crisis que afligen a la
Iglesia, como el Protestantismo, Liberalismo y las Revoluciones, con dos
Guerras Mundiales, y por lo tanto unos errores se abrieron paso en el Concilio,
los cuales fueron condenados por la Iglesia antes del Vaticano II. Y después
del Concilio sus novedades fueron aplaudidas por los enemigos clásicos de la
Iglesia, como los Masones y los Socialistas, mientras que el espíritu misionero
de la Iglesia fue claramente extinguido. Por el otro lado, las ideas del
Concilio son obra de hombres de Iglesia altamente inteligentes y supuestamente
católicos, y no se puede decir todo el tiempo que el Papa no es Papa, o que la
mayoría de los Obispos modernistas son consagrados inválidamente. Por
lo tanto ¿se puede decir que la crisis Conciliar involucra áreas de sombra que
aún dificultan ver claro? Y si no podemos llegar a conclusiones definitivas,
¿podemos estar seguros que estamos manteniendo la verdadera Fe?
La
mejor respuesta viene de Nuestro Señor mismo, hablando en el Sermón de la
Montaña (Mat. VII), “Por sus frutos los conoceréis”. Obviamente Nuestro Señor
sabía que habría constantes ataques a Su Iglesia con repetidos intentos del
Demonio de sembrar confusión en las mentes de Sus seguidores. Es verdad que la
confusión que siguió al Vaticano II no es diferente en cuanto a su tipo de
otras crisis previas en la historia de la Iglesia, pero si por la defección de
los hombres de Iglesia en el Vaticano II la confusión actual es sin precedentes
en cuanto a su grado – nunca antes la masa de pastores
Católicos han estado tan perdidos, y por lo tanto tampoco el rebaño Católico.
Sin
embargo, para encontrar la salida a la confusión, el mismo principio infalible
todavía se aplica: las acciones hablan más fuerte que las palabras, y los
frutos de las acciones del hombre son la guía más segura para saber quién es, y
lo que realmente se propone. Especialmente en el caso del modernismo un hombre
puede estarse engañando a sí mismo en cuanto a lo que quiere o se propone,
porque nadie está más profundamente separado de la realidad como un modernista.
“El fin del mundo estará caracterizado por el hombre que hace el mal pensando
que hace el bien”, dijo el P. Frederick Faber a mediados del siglo 19. En el
siglo 21 estamos en el mal final de este largo proceso de siglos de la
humanidad engañándose a sí misma para apartarse de Dios. Entonces ¿dejaría a
Dios a su rebaño sin defensa contra estos inusitados lobos en piel de oveja
como son los modernistas? No, porque juzgar por los frutos es algo que
todos pueden hacer, con un mínimo de sentido común y voluntad recta.
Por
lo tanto, Joseph, usted observa que las autoridades de la Iglesia actual son
hombres altamente inteligentes y supuestamente Católicos, y usted bastante
razonablemente asume que ellos son las autoridades válidas de la Iglesia,
porque incluso si usted sabe que sus frutos son tan poco Católicos como para
hacer que muchos Católicos disputen tal validez, no obstante ¿ quién
más está allí que esté autorizado para hablar y actuar por la Iglesia
Universal? Pero al mismo tiempo usted observa que sus ideas están alineadas con
graves errores anticatólicos del pasado, y que ellos son ahora aplaudidos por
los clásicos enemigos de la Iglesia, como los masones. Argumentos de un lado y
del otro. Dudas y sombras. ¿Cómo se resuelve la confusión?
Respuesta,
por su propia detenida observación de que el espíritu misionero ha desaparecido
de la Iglesia desde el Vaticano II. Aquí están los frutos. El Concilio pre dicó
el ecumenismo ( Unitatis Redintegratio ), la libertad
religiosa ( Dignitatis Humanae ) y la aceptabilidad relativa
de las falsas religiones como el Hinduismo, Islam y Judaísmo ( Nostra
Aetate ) –¿cómo podría no colapsar el espíritu misionero Católico
después del Concilio? Y no se han vaciado y cerrado también incontables
monasterios, seminarios, conventos, diócesis y parroquias desde el Vaticano II?
¿Se abrieron nuevos en cualquier lugar? Sí, en todo el mundo bajo el liderazgo
del Obispo Católico quien desde el principio repudió abiertamente el Concilio y
todas sus obras, Mons. Lefebvre. Aquí estaban los mismos buenos frutos de los
mismos principios Católicos, aplicados fielmente en desafío al Concilio
Vaticano II. Joseph, usted no necesita buscar más.
Kyrie
eleison.