¿Hechiceros en Control?
¿Qué valor tienen las maquinas buenas o malas?
Lo que cuenta es si las cosas ayudan o dañan el alma.
En una reciente entrevista, el Director General de Mercedes Benz, una empresa alemana de vanguardia para la producción de automóviles de alta calidad, pintó un cuadro del futuro cercano de la humanidad en el cual el software computacional afectará la mayoría de las industrias tradicionales, y en el cual sus principales competidores de él ya no serán otras compañías automotrices ¡sino Google, Apple y Amazon! Él dice que la ley, la enfermería, la conducción de automóviles, seguros, bienes raíces serán afectados sustancialmente por las computadores. Para el 2027, el 10% del total de todo lo producido será impreso en 3D. Para el 2037, del 70 al 80% de los trabajos desaparecerán. Los teléfonos inteligentes baratos harán que la educación de clase mundial esté disponible en todo el mundo, etc., etc. Pero tales predicciones tan dramáticas necesitan ser puestas en su lugar, que es secundario. Las máquinas son solo máquinas, y las computadoras son solo máquinas.
Fue desde que la Revolución Industrial se detonó sobre la humanidad en los siglos 18 y 19 que el hombre empezó a preguntarse lo que las máquinas inhumanas significaban para el futuro de los seres humanos. Desde entonces muchos sabios observadores han planteado serias dudas sobre el impacto final de las invenciones materiales cada vez más maravillosas, pero la humanidad en su conjunto solo se ha precipitado hacia adelante, confiando que la embestida de las máquinas, aceleradas por electrónicos y computadores, sólo podría ser más y más benéfica. Sin embargo, ¿es un hombre sabio o feliz quien está siempre enterrado en su teléfono inteligente?
El problema básico es que las máquinas son puramente materiales, mientras que los seres humanos son primeramente espirituales. Así que la más útil de las máquinas sólo puede servir a lo que es primordial o más importante en la vida de los seres humanos. De hecho el hombre está compuesto de un cuerpo material así como de un alma espiritual, así las máquinas materiales pueden ciertamente servir su cuerpo, pero ese cuerpo es solamente el portador de su alma espiritual mientras dure su breve vida en la tierra, y entonces cuando muere, o bien el alma sin la gracia sobrenatural arrastra al cuerpo hacia los tormentos eternos del Infierno, o el alma con la gracia de Cristo eleva al cuerpo, normalmente a través de los tormentos temporales del Purgatorio, a la felicidad permanente del Cielo. En cualquier caso, lo que el cuerpo haya o no hecho al alma durante la vida, luego de la muerte es el estado del alma el que determina el destino del cuerpo, y no al contrario.
Sin embargo, en nuestros terribles tiempos incluso los Católicos pueden perder su comprensión de estas realidades elementales de cuerpo y alma, vida y muerte, así que acudamos a la música para ilustrar las limitaciones de la materia y de las máquinas. En un estudio de grabación moderno, puede haber docenas de máquinas de alto rendimiento y miles de botones brillantes, perillas y selectores que conforman máquinas cada vez más perfectas para grabar ¿qué? ¿una reproducción del sonido con más fidelidad? ¿qué sonido? El sonido de un ser humano cantando o tocando un instrumento. Y ¿por qué grabarlo? Porque la grabación va a vender y a hacer dinero. ¿Y por qué hará dinero? Porque la música es un lenguaje único para expresar emociones en el alma humana, sea Furtwaengler conduciendo una orquesta clásica, o los Beatles rasgueando guitarras, los músicos humanos están por sus dones musicales expresando a través de medios materiales de orquesta o guitarra en el lenguaje material-espiritual de la música, esas emociones espirituales que todo el público quiere que expresen los músicos por ella. Y si los músicos no tienen alma, los más brillantes ingenieros de grabación no se ganarán la vida. En cada arte humano, las mecán icas están necesariamente subordinadas a los artistas.
Por lo tanto, cuanto más espirituales son las vidas y actividades del hombre, menos seriamente tomarán las turbulencias meramente materiales en los asuntos humanos, tal como lo evoca el Director General de Mercedes Benz, Por otro lado, cuanto más se separa el hombre de Dios, más pesan esas turbulencias en sus vidas.
Lectores, tomen un Rosario espiritual en sus manos materiales, y dejen bien atrás los inminentes desastres de nuestra “civilización” materialista.
Kyrie eleison.