En el ultimo número de La
Simandre (septiembre-octubre 2017), el boletín de la Fraternidad
de la Transfiguración, el redactor en jefe no va por caminos confusos:
agradece al Card. Burke su franqueza.
¿Pero por qué?
Simplemente por haber abierto los ojos de los “beatos” que
todavía creen que el cardenal filoeclesiadei tiene alguna
estima por los “integristas” de la FSSPX y las comunidades amigas.
En efecto, es la “mascota”
(perdón por esta familiaridad) de los ralliés de todos los géneros quien declaró
que no se debía asistir a las misas de los sacerdotes de la FSSPX, “pues
ellos son cismáticos desde que Mons. Lefebvre consagró cuatro obispos sin
mandato pontifical.”
El despertar es brutal para los
partidarios de un acuerdo "no doctrinal" con Roma e inevitable es la
conclusión: "no nos venga con cuentos, pretendiendo que los
prelados conservadores cuentan con nosotros para luchar contra el
modernismo".
Bien pensado y bien dicho.
Honor a ellos!
Christian LASSALE
“SÍ a la franqueza del Card. Burke
En este periodo de confusión
doctrinal, de expresiones blandas, diplomáticas, y de silencio obsequioso que
algunos podrían interpretar como cómplice; las declaraciones del Card. Burke
resuenan como un trueno.
Para él, los sacerdotes de la
FSSPX (y supongo que también todos los que están bajo su estela y de los cuales
pocos hablan) están “en estado de cisma”. “Por lo tanto no es legítimo asistir
a la misa o recibir los sacramentos en una iglesia bajo la jurisdicción de la
FSSPX.
Esto causó sorpresa, estupor en
el campo de los “bien pensantes”. Este cardenal “conservador” que firmó las
“dubia” relativas a Amoris laetitia, ¿habrá cambiado sus convicciones? De
ninguna manera. Gran especialista de derecho Canónico (del nuevo código, por
supuesto, el de 1983) aplica con precisión y vigor las conclusiones del
concilio Vaticano II.
Entonces, para él, los
sacerdotes de la FSSPX (y sus satélites sin duda) desobedecen. Esto es
inadmisible.
Cuando los “bien pensantes”
hayan comprendido que el problema es ante todo doctrinal, ellos evitarán
afirmar que el estado de necesidad disminuye cada vez más, perseverarán en el
combate de la fe y huirán de las manipulaciones canónicas.
No olvidemos que la unanimidad
de los cardenales consultados por la Congregación para la Doctrina de la Fe, su
antiguo prefecto el Card. Muller y su prefecto actual, el Card. Ladaria; exigen
el reconocimiento del concilio Vaticano II por los sacerdotes “pretendidamente cismáticos”.
Pero esto no podemos hacerlo: "Non Possumus".
Así que no nos vengan con
cuentos, pretendiendo que los “prelados” conservadores cuentan con nosotros
para combatir el modernismo.
Sí, gracias Eminencia, usted
nos ha sacado de nuestro beato adormecimiento.
La Simandre – Septiembre
y octubre 2017."