"La Santísima Virgen María
ha querido manifestar su presencia en la Santa Iglesia junto a aquellos que
combaten para mantener la fe católica. Lo manifestó por Santo Domingo. Gracias
al Rosario, gracias a la recitación de esta oración excepcional, los albigenses
fueron vencidos. Un poco más tarde, la Iglesia evoca la intercesión de la
Santísima Virgen María que, gracias al Rosario, tuvo lugar la victoria de
Lepanto contra los musulmanes. Y podríamos decir también que la Santísima
Virgen María intervino en las apariciones de Lourdes, las apariciones de La
Salette, de Fátima. Ella ha intervenido en toda esta época moderna para luchar
contra los errores; para luchar particularmente contra el modernismo, contra el
comunismo. Ella lo dijo
explícitamente".
"Tengamos confianza.
Unámonos a Nuestro Señor Jesucristo junto a todos aquellos que nos han mostrado
el camino de la fe. Camino de la fe que necesita un combate, y en la medida en
que conservemos la fe, seremos perseguidos.
Este mundo,
particularmente hoy, mundo racionalista, mundo modernista, no puede soportar la
fe. Entonces, en la medida en que la manifestemos, seremos perseguidos, es
normal.
Todos los que han
profesado la fe han sido perseguidos. La misma Virgen María es llamada Reina de
los mártires. Ella también, a causa de su fe, sufrió el martirio, junto a
Nuestro Señor, al pie de la Cruz.
Entonces debemos esperar
que seremos perseguidos, pero no flaqueemos en nuestra fe. No seamos débiles,
seamos firmes, como todos aquellos que nos dieron el ejemplo y que nos han
precedido, sea en al Antiguo como en el Nuevo Testamento".
Mons. Lefebvre, 11 de octubre de 1981.
ÚNASE A LOS CRUZADOS DEL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA.