Enemigos
Constantes
¿Los enemigos de Dios están
ganando? No por mucho tiempo.
La confianza total en Él debe hacernos fuertes.
La confianza total en Él debe hacernos fuertes.
Muchos
lectores de estos “Comentarios” – de ninguna manera todos ellos – deben estar
conmocionados e incrédulos cuando estos “Comentarios” siguen refiriéndose a los
judíos como una fuente importante de los problemas en la Iglesia y el mundo de
hoy. Esto se debe a que desde la Revolución Francesa (1789), cuando los
francmasones emanciparon a los judíos y les dieron libertad para ocupar todas
las posiciones de influencia en la sociedad, los judíos por su control
progresivo de la política, las universidades y los medios de comunicación en
particular se han apoderado cada vez más de las mentes de la gente, y han
utilizado este control que les han otorgado los gentiles incautos para
persuadir a todos de que los judíos son las víctimas en lugar de la causa de las
constantes tensiones entre ellos y el resto del mundo.
Sin
embargo, en la Edad Media, cuando la Fe iluminaba las mentes de los hombres con
el Camino, la Verdad y la Vida, los Papas Católicos y los Concilios de la
Iglesia publicaron un torrente de documentos para hacer que los cristianos
desconfiaran del engaño judío, incluso prohibiendo a los cristianos, por el
bien de su salvación eterna, asociarse con los judíos. ¿Eso fue meramente
“antisemitismo”? En nuestros días un profesor italiano acaba de argumentar – y
no está solo – que los judíos son la fuerza controladora dentro del Papado y de
la Iglesia Conciliar. A continuación se presenta un breve resumen del argumento
del profesor, cuyo texto completo se encuentra aquí – http://www.unavox.it/ArtDiversi/DIV2277_Lamendola_Scacco_in_tre_mosse.html
El
neomodernismo que actualmente asola la Iglesia Católica es el modernismo
condenado por San Pío X, pero con un nuevo elemento añadido: el judaísmo
talmúdico. Los judíos siempre se han esforzado por neutralizar la divinidad de
Nuestro Señor Jesucristo, porque si Él no es Dios, sigue que el catolicismo no
es nada, y entonces el principal obstáculo para su dominio mundial de ellos
está fuera de su camino. Por ejemplo, ¿por qué en 2009 hubo tanta furia mundial
en torno a algunos comentarios en la televisión sueca que arrojaron dudas sobre
la existencia de cámaras de gas homicidas en Alemania durante la Segunda Guerra
Mundial? El problema no puede haber sido simplemente el obispo que hizo las
observaciones. De hecho, el alboroto se concibió para perjudicar a la
Fraternidad Tradicional de San Pío X a la que pertenecía entonces el obispo,
pero sobre todo para forzar al Papa Benedicto XVI a alejarse de la Tradición
Católica que está en línea con la Fe de la Edad Media. Así el Cardenal Ruini,
Vicario emérito del Papa para la diócesis de Roma, declaró entonces: “Nadie que
niegue el ‘Holocausto’ puede ser obispo católico”.
El
profesor continúa diciendo que un gran paso hacia adelante a esta colocación
del “Holocausto” en el centro de la religión católica se dio en 1965 cuando el
Vaticano II declaró en su documento Nostra Aetate que la
alianza de Dios con los israelitas en el Antiguo Testamento es todavía válida,
lo que significa que la redención por Jesucristo ya no es necesaria para la
salvación, en otras palabras, Su Iglesia Católica ya no está en posesión única
de la Verdad completa y ya no es el único medio de salvación eterna. De ahí que
la importancia religiosa de Nuestro Señor Jesucristo, abandonada por el
Vaticano II, fue inmediatamente recogida por los judíos y vinculada a su
“Holocausto”. Por eso dijo Abraham Foxman del B’nai B’rith en Nueva York: “El
Holocausto no es simplemente un ejemplo de genocidio, sino que es un ataque
casi exitoso contra el pueblo elegido de Dios, en otras palabras, contra Dios
mismo”.
Así
pue s, para los judíos, el “Holocausto” es un acontecimiento teológico, central
para la nueva religión que debe imponerse al mundo entero, y ante la cual todas
las demás religiones deben inclinarse, empezando por el catolicismo. He aquí
por qué los obispos católicos que cuestionan el “Holocausto” deben ser
silenciados y proscritos, y la Iglesia Católica debe hacer lo que sus maestros
talmúdicos le digan que haga. Y el profesor italiano concluye que los “Hermanos
mayores” han logrado convertirse en los tutelares indiscutibles de la Iglesia
de Cristo.
Note
que esta tesis del profesor ejemplifica perfectamente la afirmación de
Tertuliano de que sólo la debilidad de los católicos es la fuerza de los
judíos. La propaganda a favor del “Holocausto” no despegó hasta después del
Vaticano II. Antes del Concilio, la gente todavía tenía un poco demasiado
sentido común para creer que cerca del doble de judíos que existían en Europa
antes de la guerra fueron exterminados.
Pero
“no temáis pequeño rebaño” (Lc. XII, 32). Todo católico sabe que es Dios y no
Sus enemigos quienes tendrán la última palabra. Este fin catastrófico de la
Quinta Era de la Iglesia, a través de la cual vivimos ahora, está preparando y
pagando por adelantado el mayor triunfo de la Iglesia en toda su historia, la
breve Sexta Edad, o Triunfo del Inmaculado Corazón de María. Algún tiempo
después puede venir el triunfo más grande en toda la historia del mundo de los
enemigos de Dios, el reinado de tres años y medio del Anticristo (Jn. V, 43), o
la Séptima Edad de la Iglesia. Pero luego sigue la última palabra para terminar
con todas las últimas palabras, el Juicio General, que pertenece a Dios solo, y
que restablecerá perfectamente Su justicia universal.
Kyrie
eleison.