Vaticano: No hay fecha para
reconciliación con Lefebvrianos pero el espíritu es “constructivo”
Todavía no hay fecha
para la esperada reconciliación de los Lefebvrianos con Roma pero el clima del
diálogo es muy bueno.
Lo señala el secretario
de la comisión vaticana encargada de dialogar con la Fraternidad Sacerdotal de
San Pío X. Guido Pozzo dice que el próximo paso lo tienen que dar ellos. El
balón está en su tejado.
GUIDO POZZO
Secretario, Pontificia
Comisión Ecclesia Dei
"La reconciliación
se producirá cuando monseñor Fellay se adhiera formalmente a la declaración
doctrinal que la Santa Sede le presentó. Esta es la condición necesaria para
proceder después a la regularización institucional con la creación de una
prelatura personal. He notado que ya no hay un espíritu polémico sino
constructivo y que los diferentes puntos de vista u opiniones que tenemos sobre
algunos temas no tienen por qué llevarnos necesariamente a la división, sino a
un enriquecimiento mutuo. Me he dado cuenta de que para ellos es importante
superar la fractura con la Santa Sede. Para ellos es una prioridad con respecto
a otras preocupaciones”.
Antes de instituir la
nueva prelatura personal el Vaticano se consultará con las conferencias
episcopales en las que actualmente trabaja la Fraternidad.
Guido Pozzo señala que
la clave de la reconciliación pasa por comprender mejor el Concilio Vaticano
II. Las malinterpretaciones que promovieron algunos teólogos, intelectuales y
medios de comunicación, alentaron rupturas como la de los Lefebvrianos.
Benedicto XVI en su
mensaje de Navidad a la Curia en 2005 recordó que estas lecturas erróneas
fomentaron la percepción de que este concilio supuso una ruptura con lo
anterior en lugar de una continuidad.
"Esta
contraposición, esta 'sobreposición', ha generado ese clima de conflicto y
confusión, de incerteza sobre el Concilio, que está en la base de las críticas
que alza la Fraternidad de San Pío X”.
Primero Juan Pablo II y
luego Benedicto XVI trabajaron intensamente por la reconciliación con los
lefebvrianos. Francisco ha retomado el testigo que le dejaron y su estilo no ha
dejado indiferente a la Fraternidad.
Parece que la actitud
del Papa argentino ha sido decisivo porque han dejado de sentirse examinados o
juzgados por la Iglesia y han percibido un interés real por comprenderlos.