TRES RELIGIONES EN LA IGLESIA CATÓLICA
Apreciado
profesor: reciba mi cordial saludo. Leo con mucho interés y asiduidad sus
artículos iluminadores frente a la crisis que vivimos en la Iglesia.
La
cuestión de las dos religiones planteadas por usted me ha inquietado. Nací y
viví en el catolicismo anterior al Vaticano II y, por tanto, como católico de a
pie, puedo dar testimonio de los cambios ocurridos en mi fe. Para mí fue un
cambio drástico y molesto desde el momento cuando se introdujo el Novus Ordo
Missae. Vi aterrado salir al sacerdote para dar la espalda al sagrario, al
"templo" mismo que es el Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo. En aquél entonces no entendí
mucho de lo que estaba pasando en el mundo y en la Iglesia, pero hoy, después
de más de medio siglo, he entendido que el giro de 180° del sacerdote equivalía
al giro doctrinal del teocentrismo al antropocentrismo. No pude, pues,
acostumbrarme a esta nueva Misa en lenguaje profano que cada día introducía
mayores novedades e iba suprimiendo hasta alrededor de 30 oraciones, entre
ellas la de San Miguel Arcángel, ante la complacencia de las jerarquías
católicas post-conciliares. Así pues, asisto a la Misa de Trento, fiel a la
religión que recibí de mis mayores. Pero, no es mi interés centrarme en la
liturgia, sino en sus palabras: "Ahora hay dos religiones dentro de la
Iglesia Católica. Una de ellas tiene rostro amazónico". Respetuosamente,
siguiendo el hilo de sus palabras, diría que hay dos religiones falsas,
creyendo que el catolicismo tradicional es la verdadera, aunque la Iglesia postconciliar la ha
reducido a su mínima expresión.
El
Vaticano II, Gaudium et Spes, fue sin duda el triunfo del
"anti-syllabus", como bien lo celebró Mons Ratzinger, después del
concilio, en su libro “Principios de Teología Católica”, publicado en 1982, es
decir, fue el triunfo de la anti-iglesia sobre la Iglesia y su Tradición.
Pero,
no quiero caer en la condenación de personas, mucho menos de un Papa, sino en
identificar los errores doctrinales y sus secuelas para denunciarlos.
Entre
muchos, me preocupa especialmente el ecumenismo conciliar fundado en la
falsa premisa de que todas las religiones adoran al mismo Dios verdadero (p.ej.
Nostra Aetate, 3), nueva doctrina que condujo finalmente a la nueva religión
amazónica. El Papa Francisco no es el primero que se reúne y abraza con
los chamanes, con los judíos, con los masones, con hechiceros hindúes.
Hay que revisar este asunto viendo documentalmente las reuniones ecuménicas de
los Papas de los últimos años.
Pero
hay algo terrible: esta doctrina desactivó las alarmas católicas que
denunciaban al enemigo. San Pío V, por ejemplo, "convocó las espadas de
los reyes para rodear la Cruz", según el poema Lepanto de Chesterton, y,
también, reunió a los fieles católicos para vencer al turco con los rezos del
santo rosario. Después vemos horrorizados a un Papa besando el Corán. ¿Qué
pasó? ¿Dónde están los pastores que señalen al lobo, que hagan resonar su
trompeta para advertir a la cristiandad de la existencia del enemigo y de sus
planes siniestros y que hagan tomar consciencia a cada fiel de su ineludible
deber de ser soldados de Cristo, de ser miembros del Cuerpo Místico de Cristo?
Hoy
cada fiel, sin pastor, así como un padre que no piensa en sus hijos sino en él,
se contenta con ir a misa, recibir los sacramentos, olvidándose de su familia
-la Iglesia- se despreocupa de la doctrina, de la Verdad. Es decir, no quiere
comprometerse, ni esgrimir la espada de la verdad. La Iglesia conciliar
inculcó un pacifismo cobarde olvidando que Cristo no vino a traer paz sobre la
tierra, sino espada, la misma espada de la verdad que el modernismo no quiere
esgrimir.
Si
no me fallan las matemáticas elementales, cuento tres religiones en la Iglesia,
dos de ellas falsas. Espero, que usted, apreciado profesor, también las vea.
Con
toda mi consideración,
R. Zornosa
(Negrita añadida por NP)
R. Zornosa
(Negrita añadida por NP)
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ARTÍCULO DEL PROFESOR DE ROBERTO DE MATTEI: