THE REMNANT
The Remnant acaba de publicar un artículo en el que la autora, Katie Reiser, feligresa de la FSSPX, se muestra escandalizada por la actitud de complicidad con Francisco y la Jerarquía modernista, que la FSSPX ha adoptado ante las denuncias sobre escándalos homosexuales, especialmente las provenientes del Arzobispo Viganò.
Hemos destacado ciertos pasajes con negrita.
El
15 de septiembre, un artículo apareció discretamente en el sitio web de la Fraternidad
de San Pío X en el que se reconocía, por primera vez, lo que algunos llaman el
Escándalo del Siglo: nuevas y devastadoras revelaciones de la magnitud de la
crisis sexual clerical que ha sacudido a la Iglesia durante décadas.
Aunque
este artículo comenta en profundidad el informe del Gran Jurado de Pensilvania,
curiosamente no menciona el testimonio de 11 páginas del Arzobispo Carlo Maria
Viganò, que en muchos sentidos robó el estruendo del informe de Pensilvania, y
no puedo imaginarme por qué lo omitieron.
Sobre
la reacción del Vaticano a las revelaciones en Pensilvania, el reporte de la Fraternidad
cita la defensa de Francisco realizada por Greg Burke, afirmando que "las víctimas
deben saber que el Papa está de su lado".
Que
yo sepa, el autor de este reporte de la Fraternidad es uno de los pocos que
todavía se toma en serio las declaraciones y las garantías del agente de
control de daños del Vaticano, Greg Burke.
El
reporte de la Fraternidad es útil porque recopila las reacciones de otros a la
mayor crisis desde la promulgación de la Nueva Misa. Por ejemplo, menciona que
"en Estados Unidos, más de 140 teólogos, educadores y directores laicos,
exigieron la renuncia de los obispos estadounidenses" en una carta abierta
de provocación. Pero también destaca las palabras del Papa Francisco (el
"Soberano Pontífice") en su Carta al Pueblo de Dios:
En su carta, el sucesor de Pedro plantea la idea de que una de las razones de estas "heridas eclesiásticas" es "la forma peculiar de entender la autoridad de la Iglesia". El "clericalismo", señaló, "ayuda a perpetuar muchos de los males que hoy estamos condenando", por ejemplo "la sed de poder y posesiones" y la "corrupción espiritual”. (Si la FSSPX está de acuerdo o no con esta estrategia papal de distracción no es obvio para el que lee).
El
reporte pasa a la reacción general a la carta del Papa, citando las cuestiones
planteadas por el periodista Aldo María Valli, LifeSiteNews, Unavox.it, y
Carlos Esteban, periodista español. Pero el reporte no añade aquí ni una sola
crítica propia, lo que me parece frustrante, ya que la Fraternidad debería
estar en condiciones de adoptar una postura firme al respecto. La confusión y
la ambigüedad son herramientas del Vaticano. No hagamos eso.
En
la última sección, titulada: La hipocresía del mundo y la realidad estadística,
el reporte de la Fraternidad afirma: "El hecho de que estos hombres
investidos con la dignidad sacerdotal hayan podido cometer este tipo de actos, es realmente una vergüenza". Y luego continúa sugiriendo que gran parte de esto
es obra de los medios anticatólicos:
Los medios de comunicación atacan furiosamente a la Iglesia mientras pretenden, al mismo tiempo, ignorar que estos casos, por escandalosos que puedan ser, son sólo una pequeña minoría en comparación con los abusos cometidos por adultos a menores en escuelas, actividades deportivas o familias adoptivas, sin mencionar el turbio ambiente del mundo del espectáculo, la moda y los medios de comunicación.
A
continuación, el reporte enumera las estadísticas que parecen mostrar un mayor
número de casos de abuso en las familias y entre compañeros, que los que
proceden de sacerdotes y religiosos. Sin duda, este puede ser el caso. Pero, ¿a
dónde quiere llegar la Fraternidad con este reporte?
En
mi opinión, un solo sacerdote católico que abuse de un niño o participe en
actos homosexuales es infinitamente peor que si lo hicieran cien paganos que
son incapaces de hacer algo mejor que eso. Y el hecho de que tantas diócesis
hayan perdido demandas y hayan tenido que pagar millones de dólares es una
prueba de que este problema no puede ser descartado como la invención de los
medios de comunicación que atacan al Catolicismo.
El
reporte continúa: "Aunque es una
situación grave, se trata de una realidad marginal, mucho más marginal, en todo
caso, que lo que le gustaría a los medios de comunicación, siempre listos para
aprovechar cualquier oportunidad que deshonre a la Iglesia"... ¿Y...? El
hecho de que esté ocurriendo, es la horrible historia aquí.
Y
para cerrar el artículo: “La Iglesia
intercede por sus hijos heridos, y no por este mundo hipócrita y corrupto por
el que Cristo se negó a rezar
(ver Jn. 17:9)”.
Como
feligresa miembro de la Fraternidad, estoy agradecida de que la FSSPX haya
abordado la crisis del abuso sexual clerical en la Iglesia. Como mujer que vive
en el mundo, aprecio la guía sacerdotal en este asunto para que pueda estar
preparada para responder a las muchas preguntas que se me plantean en el
trabajo sobre este escándalo y cómo separarlo de la inmaculada Esposa de
Cristo.
Dicho
esto, espero sinceramente escuchar algo más de la Fraternidad en el futuro, ya
que en mi punto de vista, se olvidaron de mencionar el factor de cambio en todo
esto, es decir, el Arzobispo Viganò, y otros acontecimientos posteriores al
incidente del Gran Jurado de Pennsylvania, de un mes de antigüedad. ¿Qué
piensa la Fraternidad de la bomba de la que hablan todos los demás: El
testimonio del arzobispo Viganò y la implicación de los miembros de la
jerarquía, incluido el Papa Francisco, en un escándalo masivo de encubrimiento?
Sobre
todo porque a muchos les parece que Mons. Viganò, al elegir defender la moral
por sí solo, es una figura heroica, no muy diferente a lo que fue Mons. Marcel
Lefebvre. Se puede decir que la
"Iglesia subterránea" en la que Mons. Viganò luce su antorcha
representa la máxima reivindicación de Mons. Lefebvre.
El
paralelo al menos es interesante: Viganò es el único defensor de la teología
moral católica, como hace treinta años Mons. Lefebvre era el único defensor de
la Doctrina y de la Liturgia. Creo que
la Fraternidad -más que nadie- querría señalar este paralelismo precisamente
porque el testimonio de Mons. Viganò cumple con la profecía hecha por Mons.
Lefebvre sobre las terribles consecuencias morales si los dirigentes de la
Iglesia no defendían la doctrina y la liturgia tradicionales después del
Concilio Vaticano II.
El
gran arzobispo Lefebvre sabía que cuando la Iglesia comenzara a despojarse de
la naturaleza sacrificial de la Misa, el sacerdocio dejaría rápidamente de
tener un propósito y degeneraría en la cosa malvada que tenemos hoy, una
caricatura retorcida y perversa de su antiguo ser.
Este
abandono de la tradición doctrinal y litúrgica es el estado de necesidad al
que aludía Lefebvre, ¿no es así? Y por
lo tanto, mantuvo a su Fraternidad alejada de una Iglesia oficial llena de
corrupción espiritual y moral.
¿Por
qué, entonces, el reporte de la Fraternidad termina con lo que parece ser un
intento de minimizar la crisis de abuso clerical en el Novus Ordo? ¿Está la Fraternidad
investigando los cientos de cargos contra los sacerdotes de Novus Ordo para
evaluar la credibilidad, o hay algún otro método para determinar que la
inmoralidad desenfrenada en el sacerdocio no se debe, de hecho, a la relajación
doctrinal y litúrgica?
¿Por
qué la Fraternidad siente repentinamente la necesidad de defender el Novus
Ordo? ¿Y está la Fraternidad en una buena posición para saber lo que realmente
está pasando en el Novus Ordo?
La
Fraternidad ha sido removida de los seminarios y diócesis durante décadas,
gracias a Dios; pero quizás esto nos hace menos aptos para conocer el alcance
total de la podredumbre que, digamos, los sacerdotes y obispos que tienen
experiencia sobre el terreno a nivel diocesano, sacerdotes del Novus Ordo
conservadores y amigos de la Tradición que no están, por cierto, poniendo en duda el hecho de que la homosexualidad y el abuso de los niños están desenfrenados en
la nueva Iglesia. Más bien, la respuesta de 20 a 30
obispos honestos ha sido la de asentir, replegarse y ponerse del lado del Arzobispo
Viganò, incluso si algunos sacerdotes pueden haber sido acusados falsamente. La
realidad es o al menos parece ser que el abuso sexual ha alcanzado proporciones
de crisis en el Novus Ordo. Y sin
embargo, curiosamente, la Fraternidad parece estar sugiriendo lo contrario,
incluso frente al testimonio sacerdotal diocesano: [acá omitimos un video en inglés. Nota de NP]
¿Por qué hacer esto, cuando sacerdotes y obispos diocesanos bien intencionados, aparentemente reconocen el testimonio de Viganò como una manera de empezar a erradicar finalmente la corrupción que ellos saben que existe? Hay hombres como el Arzobispo Cordileone de San Francisco, por ejemplo -un hombre amigo de la en el pasado-; pero que sin embargo, califica estas horribles revelaciones como una "purificación" de la Iglesia; el Arzobispo Chaput admitió que, sobre la base de este informe de Pensilvania, un sínodo sobre la "juventud" sería terriblemente irónico en estos momentos; el Obispo Paprocki y otros están organizando actos públicos de penitencia.
¿Por qué hacer esto, cuando sacerdotes y obispos diocesanos bien intencionados, aparentemente reconocen el testimonio de Viganò como una manera de empezar a erradicar finalmente la corrupción que ellos saben que existe? Hay hombres como el Arzobispo Cordileone de San Francisco, por ejemplo -un hombre amigo de la en el pasado-; pero que sin embargo, califica estas horribles revelaciones como una "purificación" de la Iglesia; el Arzobispo Chaput admitió que, sobre la base de este informe de Pensilvania, un sínodo sobre la "juventud" sería terriblemente irónico en estos momentos; el Obispo Paprocki y otros están organizando actos públicos de penitencia.
¿La
FSSPX no quiere apoyar a estos hombres?
Si no quiere, ¿por qué no quiere? ¿Qué me estoy perdiendo aquí? Una vez más, como
alguien que ha asistido a las capillas de la FSSPX durante muchos años, estoy
tratando de entender por qué la Fraternidad está tomando este curso de acción,
especialmente porque esta horrible situación es la mejor reivindicación de todo
lo que hizo Monseñor Lefebvre, así como también las bases para las provisiones del
"estado de necesidad" en virtud de las cuales he recibido la
absolución de parte de los sacerdotes de la Fraternidad durante
los últimos quince años.
¿No
es ésta una oportunidad para que nuestra querida Fraternidad asuma un liderazgo, con audacia
y compasión; apoyando a los buenos prelados en su búsqueda de la verdad, alentando su sentido católico y compadeciéndose de la angustia y la de las
víctimas y sus familias? [En efecto, la FSSPX está perdiendo una gran oportunidad para atraer hacia sí a muchas almas escandalizadas ante la devastación bergogliana, por estar empeñada en lograr una "regularización" que le permita -según el presuntuoso sueño de algunos- salvar a la Iglesia. El combate por la fe ya no es la prioridad de la Fraternidad, como lo prueban, entre muchas otras cosas, los hechos que han escandalizado a la autora de este artículo. También las elecciones de sus nuevas autoridades, son una prueba del cambio de prioridades en la FSSPX, pues con esas elecciones, ella intentó pacificar o estabilizar su difícil escenario interno más que cumplir con el deber sagrado de poner a sus mejores hombres a la cabeza de un "ejército de orden de batalla" contra las hordas sodomitas y modernistas que usurpan la Jerarquía de la Iglesia de Cristo]
Este
enfoque parece más propicio para la curación. que el discutir sobre los números
precisos del Gran Jurado de Pennsylvania y decirnos que el "soberano
pontífice" y Greg Burke lo tienen todo bajo control, algo que,
francamente, es difícil de creer.
La
Iglesia necesita nuestra Fraternidad ahora más que nunca. Esto no pretende ser
una crítica, sino más bien un estímulo. Si perdemos la Fraternidad como
defensora de la fortificación, me temo que a muchos de nosotros no nos irá bien.