S.E. monseñor Viganò, ex nuncio apostólico en los EE.UU., publica hoy un documento que constituye una enérgica acusación al papa Francisco, y al mismo tiempo, un acto de ferviente amor a la Iglesia.
Cita:
"Hace ya más de seis años que nos envenenan con un falso magisterio, una especie de síntesis extrema de todas las equívocas afirmaciones del Concilio y de los errores postconciliares que se han propagado inconteniblemente sin que la mayoría repare en ello. Sí, porque el Concilio Vaticano II abrió algo peor que la Caja de Pandora: la Ventana de Overton, de un modo tan gradual que nadie se ha dado cuenta de la alteración que se ha llevado a cabo, de la auténtica naturaleza de las reformas, de sus dramáticas consecuencias, y ni siquiera se ha llegado a sospechar quién manejaba realmente los hilos de esta gigantesca operación subversiva, que el cardenal modernista Suenens calificó de «el 1789 de la Iglesia Católica».
Y así, a lo largo de las últimas décadas, el Cuerpo Místico se ha ido desangrando lentamente de su linfa vital en una incontenible hemorragia: el Sagrado Depósito de la Fe se ha ido dilapidando de a poco, los dogmas han sido desnaturalizados, el culto se ha ido secularizando y profanando, la moral ha sido saboteada, el sacerdocio vilipendiado y el Sacrificio Eucarístico protestantizado y transformado en un banquete amistoso.
Actualmente la Iglesia está exangüe , invadida por la metástasis, devastada. El pueblo de Dios avanza a ciegas, analfabeto y despojado de su Fe, sumido en las tinieblas del caos y la división. En las últimas décadas, los enemigos de Dios han utilizado una táctica de tierra quemada arrasando dos mil años de Tradición. En una aceleración inaudita, gracias a la carga subversiva de este pontificado apoyado por el potentísimo aparato jesuita, le están asestando a la Iglesia un mortífero golpe de gracia.
Al papa Bergoglio –como a todos los modernistas– es imposible pedirle claridad, ya que el sello distintivo de la herejía modernista es precisamente el disimulo. Maestros del error y expertos en el arte del engaño ,«se ocupan en conseguir que se acepte universalmente lo ambiguo, presentando su lado inocuo, que les servirá de salvoconducto para introducir el lado tóxico que al principio ocultaban» (P. Matteo Liberatore S.J.). De ese modo, la mentira, terca y obsesivamente repetida, termina por hacerse cierta y ser aceptada por la mayoría.
Es también típicamente modernista la táctica de afirmar aquello que se quiere destruir, valiéndose de términos vagos e imprecisos, promoviendo el error sin formularlo con claridad en ningún momento. Que es ni más ni menos lo que hace el papa Bergoglio con su amorfismo que disuelve los misterios de la Fe, con su característica aproximación doctrinal con la que mestiza y derriba los más sagrados dogmas, como ha hecho con los relativos a la siempre Virgen Madre de Dios.
El resultado de este abuso de autoridad es que nos encontramos ante una Iglesia Católica que ha dejado de ser católica, un recipiente vaciado de su auténtico contenido para reemplazarlo con productos de pacotilla."