El
Superior de la FSSPX ha dado, hace tres días, una breve conferencia o
charla en el priorato de Buenos Aires. Han sido apenas 26 minutos tocando los
tópicos de siempre, los lugares comunes ya agotados en relación con Roma, y
omitiendo todo tema inconveniente o polémico. Responde al final un par de
preguntas. Incluimos nuestros comentarios en rojo.
Empieza
diciendo que sobre la situación con Roma, seguramente en el futuro pasarán
cosas, pero hay que tomarlo todo “con calma”, no de manera pasional, y “tomar
distancia de los medios electrónicos”. En realidad con Roma “no pasa nada”.
El superior de la FSSPX parece
tomar por idiotas a los fieles de su congregación. Después de todos los hechos
que en los últimos años han mostrado las acciones de Francisco tendientes a
“normalizar” a la Fraternidad, más la activa participación de un obispo
conciliar que ahora reside en dependencias internas de la misma Fraternidad, el P. Paglariani dice que “no pasa nada”.
“Roma
sigue pidiendo aceptar todas las reformas del concilio y el posconcilio.
También que aceptemos que la Nueva Misa es válida y legítima. No podemos
aceptarlo. Sería una traición.”
¿Cómo dijo? La legitimidad de
la nueva misa fue aceptada solemnemente por Mons. Fellay, anterior superior, en
su declaración doctrinal de abril 2012 (*). En cuanto al concilio, él aceptó que
“el 95% es bueno”, y que “la libertad religiosa es muy, muy limitada”. Ya han
aceptado la injerencia diocesana sobre los matrimonios y en la Fraternidad avanza
la recepción de los cánones del nuevo código modernista en desmedro del código
de San Pío X.
(*): 7 Nosotros declaramos reconocer la validez del sacrificio de la Misa y de los Sacramentos celebrados con la intención de hacer lo que hace la Iglesia según los ritos indicados en las ediciones típicas del Misal romano y de los Rituales de los Sacramentos legítimamente promulgados por los papas Paulo VI y Juan Pablo II.
(*): 7 Nosotros declaramos reconocer la validez del sacrificio de la Misa y de los Sacramentos celebrados con la intención de hacer lo que hace la Iglesia según los ritos indicados en las ediciones típicas del Misal romano y de los Rituales de los Sacramentos legítimamente promulgados por los papas Paulo VI y Juan Pablo II.
Luego
critica un rato Amoris laetitia. “La Fraternidad no puede aceptar esto”.
Habla
de que a partir de 2009 comenzaron muchos rumores en Roma (Mons. Pozzo, etc.) “que
iban en el sentido de que no nos exigirían aceptar el concilio”. “Expresiones que hacían creer en una
solución posible en un marco pragmático, donde cuestiones doctrinarias no
parecen tener importancia para los romanos”.
Es decir, que se estaba
dispuesto -como se estuvo a punto de entrar en Roma en 2012- a aceptar un
“marco pragmático”, cosa muy distinta a un “marco doctrinal”.
Dice
que la FSSPX no corta toda relación con la jerarquía romana, que jamás lo hizo
porque la considera legítima.
No tener relaciones con esas
autoridades no significa que uno no las reconozca como legítimas. La
justificación de P. Pagliarani es débil. ¿No dijo Mons. Lefebvre al final de su
vida las siguientes palabras, ahora muy malsonantes en la FSSPX?: “para todo sacerdote que quiera permanecer
católico, es un deber estricto separarse de esta iglesia conciliar mientras
ella no regrese a la tradición del magisterio de la Iglesia y de la fe
católica”. ("Itinerario Espiritual", 1991). Y, por cierto, eso no equivalió a
proclamarse sedevacantista.
“La Fraternidad sigue promoviendo el debate
doctrinal”.
Imaginemos a San Pío X
promoviendo el debate con los modernistas… Él llamó a combatirlos, los llamó
los peores enemigos de la Iglesia, esos que se esconden dentro de ella para
hacer más daño. Por lo que veremos más abajo en las palabras del mismo P. Pagliarani,
esto resulta ser simplemente o una excusa para obedecer a una estrategia
romana, o una gran ingenuidad, o una pura ilusión. ¿Debatir con quien honra a Lutero
introduciendo su estatua en el Vaticano?
“La
finalidad de Francisco es en continuidad con lo que le precedió. Francisco puede tener una presentación
original, nueva, extravagante. Pero es una continuidad…(…) Quiere imponer
la democracia en la Iglesia, la sinodalidad”.
Frente al mayor destructor de
la Iglesia de los tiempos modernos, ante quien no se cansa de combatir activamente
todo lo que es católico, de cumplir la agenda masónica del Nuevo Orden Mundial,
de promover la herejía, la blasfemia y el desmadre; el P. Pagliarani evita,
como siempre en la Neo-Fraternidad, toda crítica viril y fuerte, necesaria y justa, como la que en su momento osó hacer Mons. Lefebvre con los jerarcas
romanos, para poner las cosas en su lugar. Lo más fuerte que dice es que es
“extravagante” (¡!), lo que en cierto sentido podría decirse de varios de sus
antecesores, y aún podría ser, en momentos, un aspecto de simpatía que no
desdiga de su posición doctrinal. Está claro que o hay miedo o hay una orden de
“no ser duro con el papa Francisco”. ¡Pero eso no es otra cosa que falta de
celo contra los que destruyen la Iglesia!
“Hay
reacciones interesantes contra este pontificado y esta situación, pero no
llegan a la raíz del problema. Acá está el papel de la Fraternidad: lograr
explicar, mostrar, que el problema tiene su raíz en el concilio. Papa Francisco
no apareció de la nada” (…) “El debate con Roma es una manera para mostrar que
seguimos reconociendo la autoridad oficial” (…) Discutir sobre la libertad
religiosa, el ecumenismo (…) la salvación de los judíos, que en el nuevo
catecismo dice que ellos se salvan por esperar al Mesías por primera vez… (…)
“¿Roma tiene interés en la discusión
doctrinal? Hasta ahora, ninguno”.
“En Roma somos muy bien recibidos. Pero
quieren hablar de otra cosa. Lo que es doctrinal no parece interesar”.
“La FSSPX sigue esperando una respuesta a su
proposición doctrinal. Tomará tiempo”.
Hemos destacado con negritas
estas tres afirmaciones del Superior General porque echan por tierra su
supuesta “estrategia” de “debatir doctrinalmente” para restaurar la Tradición
en la Iglesia. Estamos totalmente metidos en el terreno del absurdo. La
Fraternidad dice que quiere discutir. Ya lo hicieron. ¿Recuerda el lector que
durante dos años se hicieron “conversaciones doctrinales” con Roma que no
llevaron a ningún resultado… por parte de Roma? La FSSPX dice que quiere
discutir acerca de la doctrina y también dice que a Roma no le interesa discutir acerca de la doctrina. ¿Entonces? ¿Para qué
intentar discutir con quien no sólo dice que no le interesa la doctrina católica, sino
que actúa para destruir todo lo que es católico? ¿Qué justificación hay para
este absurdo? Si de manifestar un reconocimiento de la autoridad oficial se
trata, hay muchos otros medios menos ridículos, menos escandalosos y menos
peligrosos que buscar sentarse a discutir acerca de la Verdad con prelados liberales y modernistas
que no están dispuestos a discutir acerca de la Verdad. A ninguno de los presentes en la charla se
le ocurrió preguntar acerca de esto, o si se le ocurrió a alguno, no se atrevió
a preguntar. Realmente es increíble que este sinsentido sea pasado por alto. A
tanto parece haber llegado el adormecimiento de los fieles de la Fraternidad,
que a nadie parece importarle que el enemigo modernista que ocupa Roma tenga
atrapada a la Fraternidad en su astuta red de “diálogo y simpatía” y de amigables “contactos
discretos pero no secretos” mientras el Superior dice que “no pasa nada”… Es el
demoledor efecto “laxotanil” con que se bombardea desde hace años a los pobres
fieles… Mientras Roma continúa su tarea de ablande de la resistencia
fraternitaria y Francisco sigue con su aplanadora.
Se
hicieron preguntas:
-“¿Habrá
consagración de obispos?”
“Las
condiciones de hace 30 años siguen y empeoran. Sin embargo, es un
acontecimiento excepcional, justificado por una necesidad real. Mons. Lefebvre
esperó lo más posible. La Fraternidad lo hará cuando no quede otra. Puede
continuar con dos obispos activos. Pero la Fraternidad tratará de obtener un
permiso de Roma que es lo que corresponde”.
Veremos qué nombres propondrá
la FSSPX a Roma en ese momento…
-“¿Puede
la Fraternidad atraer a grupos que se fueron de la Fraternidad?”
“No es
posible, pero no a causa de la Fraternidad. Ellos tomaron decisiones que los
traban en sus posturas. Una vez tomadas esas decisiones, hay que justificarse.
Ellos tienen que buscar elementos para justificarse… “No se habla como antes… Monseñor Huonder…” Si no hay Monseñor
Huonder hay otra cosa… (…) Es como cuando dos personas, perdonen la
comparación, dos personas están para divorciarse. Cuando se divorcian, la
perspectiva cambia, una siente la libertad, lee de vuelta todo su pasado y su presente
en función de lo que le pasa ahora. Hay un rechazo de la Fraternidad que no es
puramente racional, un rechazo que se hace visceral, para justificarse. Y
también porque sufrieron no sé qué…se mezclan otras cosas, todos somos humanos,
muchas veces son personas que pueden ser heridas, se sienten decepcionadas, hay
muchos elementos. Mi respuesta es muy general. Es difícil. La puerta está
abierta…”
Acá aparece toda la animosidad
que cuidadosamente evitó para con los modernistas destructores de la Iglesia. Se
cae en “lo pasional”, que fue lo primero que les pidió a sus escuchas que
dejaran de lado. No hay problemas en la Fraternidad, se trata simplemente de
imaginaciones exaltadas de personas cuyo rechazo no es del todo racional, que
han sido heridas y decepcionadas… Toca al pasar -antes que se lo toque nadie-
el tema de Mons. Huonder, como se tratase de algo menor, irrelevante, o normal… Antes el P. Pagliarani criticó
levemente a los judíos pero no dice nada de que en el seno de la Fraternidad han introducido
un obispo que es un excelente amigo de los judíos (ver este artículo) y que está allí para cumplir la misión de acercar la
Fraternidad a Francisco. Como dijimos hace años en este blog, “hay, pues, un cúmulo de hechos precisos,
concordantes, graves e indesmentibles que prueban hasta el hartazgo la deriva
liberal, la voluntad acuerdista y la traición de la cúpula de la
FSSPX”, pero ésta “nos quiere persuadir de que no hay certezas de la deriva
liberal y consecuente traición de la FSSPX, sino meros juicios de intenciones,
dudas, sospechas y juicios temerarios”.
“Cuando
un sacerdote saborea la libertad, volver a una estructura, con un prior, con un
superior, con la vida común, con algunas restricciones, no es fácil, son los
hombres…”
El Superior de la
Neo-Fraternidad generaliza, haciendo creer que todos los sacerdotes que están
fuera y critican a la Fraternidad son “independientes”. Pero si bien hay casos
así, también hay quienes están agrupados en una congregación, la SAJM (cuyos
estatutos pueden consultarse en acá y la lista de sus miembros en este enlace). También se han visto obligados a romper con la Fraternidad,
entre otros, los monjes benedictinos de Brasil y los Dominicos de
Avrillé, que no son precisamente “independientes”… de manera tal que el P.
Pagliarani deja de lado toda cuestión doctrinal para caricaturizar a los
disidentes o detractores como unos desequilibrados que sólo aspiran a ser
independientes.
Resumen for dummies: Ellos, la Fraternidad, son los “buenos” de la
película. Francisco es el “extravagante”. Los malos somos nosotros, los que nos
“divorciamos”.