Los
paralelos entre el proceso de “regularización” de la FSSPX y la “regularización”
de Campos y otros grupos Ecclesia Dei es asombrosa. La FSSPX de ayer condenó
casi palabra por palabra todo lo que la FSSPX de 2017 está haciendo. Es como si
una amnesia colectiva aquejara a sus líderes.
A
continuación unas pocas citas tomadas del boletín de una capilla de la FSSPX en
Francia de noviembre de 2011. El boletín se componía de preguntas y respuestas
que tratan la relación entre la Fraternidad y las comunidades Ecclesia Dei. Fue
publicado por el blog Rorate Caeli por el blogger anónimo “New Catholic”.
¿Por
qué la FSSPX no forma parte de estas comunidades Ecclesia Dei?
Las
consagraciones de 1988 ayudaron a salvar la Tradición Católica no solo
asegurando la transmisión del sacramente de las Órdenes Sagradas -y por lo
tanto de la Misa y sacramentos Tradicionales- sino también protegiendo una
pequeña parte del rebaño de la Iglesia de los errores del Vaticano II. Por
desgracia, estos errores conciliares todavía siguen devastando la Iglesia e imperan incluso en Roma. Para protegernos eficazmente, es por lo tanto necesario
tomar distancia de las autoridades romanas.
¿Puede
darnos una analogía?
En
tiempos de epidemia, la prudencia más básica pide separar a los enfermos de los
sanos. Algún contacto es indispensable para cuidar a los enfermos, pero se limita
a lo menos posible y rodeados de mucha precaución. Es lo mismo en la situación
actual: No se puede visitar de manera habitual a las autoridades conciliares sin
exponerse a contraer sus errores. El ejemplo de las comunidades Ecclesia Dei es
la evidencia manifiesta de esto.
Sí,
usted leyó correctamente. En 2011, la Fraternidad dijo: “Para protegernos
eficazmente, es por lo tanto necesario tomar distancia de las autoridades
romanas”. Esto debe suceder porque “la prudencia pide separar a los enfermos de
los sanos” para evitar que las personas sanas se expongan a contraer los
errores de los enfermos.
¡Cómo
han cambiado los tiempos! Menos de dos años después, en 2013, el P. Themann y
Co. ¡dijeron que es una cuestión de prudencia que la FSSPX tenga relaciones con
las autoridades romanas! ¿Aplica el principio de no contradicción en la Fraternidad?
Uno se lo pregunta.
Más
del boletín:
¿Los miembros de las comunidades Ecclesia Dei verdaderamente han admitido los
errores conciliares o están conformes con callar acerca de
ellos?
Sin
intención de juzgar las disposiciones internas o posibles excepciones, parece, infelizmente, que la mayoría de sus miembros han terminado adhiriéndose
a los errores conciliares. Empezaron guardando un silencio que consideraban
prudente. Ellos han tenido que mostrar crecientes signos de buena voluntad
respecto a las autoridades romanas. Ellos han sido sometidos, sin siquiera
darse cuenta, a la presión del liberalismo -que es más eficaz cuando parece
menos fuerte. Ellos terminaron prohibiéndose pensar diferente a lo que dijeron
e hicieron. En resumen, ellos han sido completamente tragados por la maquinaria
en la cual imprudentemente pusieron su dedo.
Esto
muestra la crisis de la Fraternidad perfectamente. Durante los últimos años, la
Fraternidad ha moderado cada vez más sus críticas hacia el Papa Francisco. Incluso
Louie Verrechio se ha dado cuenta. Nadie puede negar que el juego del gato y el ratón
de gestos de buena voluntad ha tenido lugar entre Francisco y Mons. Fellay.
Más aún, el creciente silencio de la Fraternidad ha sido confirmado por el
mismo Mons. Fellay quien, en su entrevista con el P. Lorans el 26 de enero,
dijo que es una “cuestión de prudencia” no “hacer el mayor ruido” sobre ciertos
“problemas” en la Iglesia. Sus
palabras:
Hay
una cierta proporción –no muy grande- de obispos que están revisando un buen
número de cosas hoy. Incluso si ellos todavía están en un sistema que los
retiene y hace difícil cualquier reacción pues inmediatamente crea situaciones
explosivas que son difíciles de controlar. Hay muchos problemas en el hecho de
saber cómo reaccionar, como mejorar la situación. Es obvio que en el tiempo
dado deberá venir de la cabeza. Y mientras que la cabeza no haga nada,
cualquier reacción será una fuente de conflicto. Lo hemos sabido por 50 años,
pero en un tiempo dado, Dios hará que la autoridad suprema tome el liderazgo en
este movimiento. Hasta entonces debemos mantenernos. Por supuesto, es una
cuestión de prudencia, para que nuestra posición de mayores frutos. Y eso no
significa necesariamente hacer el mayor ruido. Debemos entender eso también, es
muy importante.
Prudencia,
prudencia, prudencia. ¡Dios mío! ¿Cuál? ¿Es prudente estar lejos de los
romanos para no contraer sus errores, o es prudentes mantener relaciones con
ellos? No pueden ser ambos, pero la Fraternidad ha tomado ambas posiciones.
¿Qué se supone que deben pensar los fieles acerca de esto? ¿A quién debemos
seguir? ¿Piensan ellos que los fieles son incapaces de leer y entender esta
lógica básica?
Más
del boletín:
¿Es
esta aceptación de los errores conciliares algo común en todas las comunidades
Ecclesia Dei?
Ciertamente
hay matices pero, de manera general, todas estas comunidades actualmente se
adhieren a los errores conciliares. Al momento del ralliement de julio de 1988,
Le Barroux públicamente puso como condición “que no se nos exija a cambio nada en materia litúrgica o doctrinal, y que ningún silencio sea impuesto a nuestra
prédica antimodernista”. Sin embargo, el siguiente mes de octubre, un monje se
dio cuenta de “una cierta relativización de la crítica a la libertad
religiosa y a la reunión de Asís dentro de la abadía. Le Barroux incluso
trataría de justificar públicamente los errores del Vaticano II. La Fraternidad
San Pedro, que intentó en un principio llevar dentro de la Iglesia exactamente
lo que la hizo FSSPX, sufrió a misma caída.
Suena
familiar, ¿no es así? Le Barroux realizó un acuerdo donde “nada litúrgico o
doctrinal se solicite de nosotros a cambio, y que ningún silencio sea impuesto
a nuestra prédica antimodernista”. ¡Tontos! Los modernistas no viven por la
verdad. Ellos son revolucionarios que intentan imponer sus errores poco a poco.
Como dijo San Gregorio una vez, “el rey de nada hace toda clase de promesas”.
Ellos no tolerarán oposición. Mons. Lefebvre lo sabía. La Fraternidad lo sabía
hace unos años. Por eso decía "no al acuerdo práctico". Por
desgracia, la Fraternidad de hoy no solamente se contradice a sí misma, sino que además va caminando dormida en las mismas arenas movedizas de los que fueron primero que
ella. Esta vez, es la Resistencia que les advierte acerca de las autoridades
romanas. ¿Escuchará la Fraternidad? Hasta ahora, parece que tienen cera en los
oídos.