"En
este momento estamos trabajando en la mejora de algunos aspectos de la figura
canónica, que será la prelatura personal". El arzobispo Guido
Pozzo, secretario de la Comisión " Ecclesia Dei ", a
cargo del diálogo con la Sociedad de San Pío X, también confirma a Vatican
Insider que la etapa de plena comunión con los lefebvristas se acerca. La
meta del acuerdo está a la vista, aunque será necesario cierto tiempo.
El superior
de la Sociedad de San Pío X, el obispo Bernard Fellay participó, el 29 de enero
de 2017, como invitado en la transmisión "Tierras de Misión" de TV
Libertés. Durante la entrevista, Fellay confirmó
que el acuerdo está en marcha y que para llegar a la solución canónica no se
tendrá que esperar hasta que la situación en la Iglesia se haya vuelto
"totalmente satisfactoria" a los ojos de la Fraternidad San Pío X,
y que, además, en todos estos años nunca ha dejado de mencionar el
nombre del Papa, y orar por él en la celebración de las misas. Fellay
ha enmarcado la actitud de Francisco hacia la Fraternidad como parte de la
atención a las "periferias" y explicó la importancia de poner fin a
la separación con Roma.
El
acercamiento, después del mini-cisma causado por las cuatro ordenaciones
episcopales ilegítimas celebradas por el arzobispo Marcel Lefebvre en 1988,
comenzó en 2000, cuando los lefebvristas vinieron en peregrinación a Roma para
el Jubileo. Juan Pablo II dio su consentimiento para el inicio de nuevas
conversaciones. Los contactos se intensificaron con Benedicto XVI, incluso
con el examen de las cuestiones doctrinales abiertas. El Papa Ratzinger había
liberado, en primer lugar, el uso del misal preconciliar y luego levantó las
excomuniones de los cuatro obispos de la Fraternidad. Con Francisco,
además de la continuación de los contactos, se dio también el paso de autorizar
a los sacerdotes lefebvristas para confesar no sólo válida sino también
lícitamente a los fieles durante el Jubileo de la misericordia. Esta
concesión luego se extendió sin límite de tiempo en la carta "Misericordia
et mísera".
En cuanto a
los problemas doctrinales, lo esencial parece superado en vista al
acuerdo. A los miembros de la Fraternidad de San Pío X les sería exigido
lo que se necesita para ser católicos, a saber, la "Profesión de fe",
la creencia en la validez de los sacramentos celebrados según el Novus
Ordo (la liturgia resultante de la reforma postconciliar), la
obediencia al Papa. Hubo un diálogo y un debate sobre la relación entre
el Magisterio y la Tradición, mientras todavía siguen siendo objeto de
profundización -e incluso de desacuerdos que podrían continuar- temas relacionados
con el ecumenismo, la libertad religiosa y la relación Iglesia-mundo.
En la
entrevista televisiva de Fellay, además de recordar la concesión de Francisco
relativa a los sacramentos de la reconciliación y la unción de los enfermos,
también citó las ordenaciones sacerdotales de la Fraternidad, indicando que se
llevan a cabo con el permiso de la Santa Sede y sin la necesidad del
consentimiento del obispo local. El estado de cosas, precisa Pozzo, es más
complejo y se remonta a una decisión tomada por Benedicto XVI y la Congregación
para la Doctrina de la Fe hace unos años. “La Santa Sede - explica el
secretario de Ecclesia Dei - permite y tolera las ordenaciones
sacerdotales de la FSSPX previa comunicación de los nombres de los recién
ordenados al obispo del lugar, considerándolas válidas pero
ilícitas. Francisco ha concedido solamente la legitimidad de la
administración de los sacramentos de la penitencia y la unción de los
enfermos. Precisamente para que todos los demás actos
sacramentales, además de válidos sean legítimos, es necesario llegar a una
solución canónica que configure la Fraternidad".
La ruta
elegida para la solución canónica, por supuesto, es el de la prelatura
personal, figura inédita introducida en el nuevo Código de Derecho Canónico
de 1983, y que hasta ahora sólo se aplicaba al Opus Dei.
Durante
estos últimos años se han incrementado las voces de los que se oponen al
acuerdo. Uno de los cuatro obispos a los que el Papa Ratzinger había
quitado la excomunión, Richard Williamson, ha dejado la fraternidad fundando un
grupo más extremista, y ha efectuado nuevas ordenaciones episcopales. La
posición de Fellay parece bastante más en línea con la de su fundador, el
Arzobispo Lefebvre, quien en 1988 había casi llegado a un acuerdo con el
entonces cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la
Doctrina de la Fe, que fue cancelado a último momento.