Fuente
Me ha recordado mi fiel novicio
informático que, allá por Diciembre de 2013, cuando Francisco llevaba solamente
seis meses habitando la Pensión de Santa Marta, escribí algo relacionado con un
sueño que tuve y que parecía expresar la capacidad destructiva del Argentino. Demoliciones y Derribos S.A. se me presentó entonces como un mero sueño, pero la verdad es que ahora
parece como si hubiera sido algo premonitorio de lo que iba a suceder. Si
comparamos lo destruído en aquella época, con lo que llevamos destruído tres
años después, aquello era un juego de niños.
Ya no es necesario aferrarse a los
sueños, porque la realidad es mucho más terrible de lo que uno pueda soñar. La realidad se impone, decían los clásicos. Pero es que
ahora no sólo se impone, sino que es un verdadero acoso y asedio, ante los ojos
de aquellos que quieren ver. No solamente nos aparecen ya los escombros como
algo usual y habitual, sino que ahora, a cuatro años del inicio del
Bergogliorato, nos acongoja mucho más y nos sobrepone la especial capacidad del
Destructor.
Todavía hay novicios y frailecitos
imberbes -por supuesto-, que solamente ven maravillas estructurales en cada
acto de Bergoglio. Y lo mismo pasa entre muchos abergogliados. Todavía
encontramos a los que construyen discursos o artículos interminables para
justificar Amoris Laetitia, en contra de toda lógica. Necesitan adoctrinar a
ciertos lectores para que piensen-lo-que-deben-pensar y no lo que piensan los
malteses, alemanes, austriacos, argentinos y españoles que dicen que manga ancha. Y que tampoco piensen lo que dicen los
protestones, dudosos y enredadores seguidores de Burke y otros de la cuerda
hipócrita y sospechosa. En realidad, estos descifradores de jeroglíficos
intentan enmendarle la plana al propio Francisco, que ya nos ha dicho varias
veces (indirecta o directamente) cuál es su posición.
Nunca faltará un ingenuo, un pánfilo o un motolito, -cuando no un
voluntariamente ciego-, que no quiera ver lo que hay en el ambiente eclesial y
diga con bobería solemne que el Rey va vestido. Y tan ciegos están, que incluso
afirman que va mucho más elegante y atractivo que la Melania esa, que ahora se
ha puesto de moda.
También se ciscan en la realidad de los hechos, los que se felicitan por
lo bien que va todo. No hay más que mirar las últimas encuestas de catolicismo
en Brasil para echarse las manos a la cabeza. Desde 2014 ha perdido nueve
millones de católicos. ¿Alguien da más? Seguramente la visita de
Francisco a Río de Janeiro en su primera y triunfante JMJ, junto con los bailes
y contorsiones de los Obispos y curitas meneones de turno, han logrado impedir
que las pérdidas hayan sido de más millones, digo yo. Que se preparen los de
Panamá el año que viene, porque se van a quedar reducidos a cenizas y escorias
cuando pase el huracán pontificio por allí.
El Destructor avanza sin piedad, como si fuera un buque de guerra
nuclear. Los Franciscanos de la Inmaculada, los despidos a cardenales poco
adeptos, el Seminario de Guadalajara y su glorioso fundador Mons. Livieres, la
indisolubilidad del matrimonio, el esplendor de la Liturgia, el prestigio del
Papado, la vida religiosa femenina, los seminarios y lo que les viene, la
eucaristía en el caso de los adúlteros, la vida de piedad en general, las
bendiciones convertidas en buenaonda, las canonizaciones, la dignidad papal, la
Diplomacia con los Estados, y un etcétera tan largo, que ya resulta difícil a
mis neuronas hacer un listado completo.
Por citar algunos ejemplos recientes,
esta misma semana la Orden de Malta ha sido ya destruida al paso de Francisco. No sé los detalles que habrá de fondo, pero desde
luego a partir de ahora, la Orden de Malta ya ha pasado a mejor vida. No me
cabe duda. Nuestro peculiar Destructor puede cargarse con un chasquido de dedos
lo que se le ponga por delante, aunque tenga 800 años. Adiós, Orden de Malta.
Y la confirmación-elección acelerada
del nuevo Prelado del Opus Dei, que genera ya de por sí preocupación en las
mismas palabras del flamante electo ya con anillo y pectoral: asegura que su
programa es seguir el programa del Papa
Francisco y proponer el mensaje cristiano contagiando alegría a todo tipo de
personas. No sé si dirá algo sobre la Amoris Laetitia esta semana…
O las verbenas y festejos organizados
para conmemorar al bueno de Lutero, capaz de enfrentarse al catolicismo de su
época con valentía, amor a Dios y siendo heraldo del Evangelio. Hasta sellos de Lutero se van a emitir y no sé si algún cava especial será descorchado este
año. Hasta he oido decir que la Universidad de Roma se llamará ahora
Universidad Luteranense. Probablemente camisetas, pins, jarritas de cerveza y
gorras, muchas gorras con el logo: Je suis
Lutero. Y siguiendo las consignas de este buen fraile, el Papa se llamará
desde ahora Obispo de Babilonia. Ya veremos, porque todo puede suceder.
Dicen mis novicios que los chinos aprenden a construir todo lo que ven y
por eso tienen de todo en sus tiendas, a precios muy bajos. Parece ser que se
han puesto en contacto con Bergoglio para que les explique cómo se puede
destruir tanto, en tan poco tiempo. Los ha recibido en Santa Marta y les ha
explicado cómo hay que hacer para que la destrucción sea inmediata y
fulminante. Con la rapidez que les caracteriza, lo han puesto en práctica. Esta
grabación que me ha dejado Fray Malaquías, no es ni más ni menos que lo que ha
hecho Derribos Bergoglio Inc. con la Iglesia. Faltan algunos edificios más.
Pero todo se andará. Por más que algunos no lo quieran ver.
Fray Gerundio