Vigano
por Ser Diluido?
¿Los ministros tienen por Dios el libre
albedrío para fallar?
Las ovejas aún tienen el sentido católico para vencer.
En
una serie de recientes declaraciones en público, en particular el 8 de junio,
el arzobispo italiano Carlo Viganò, que todavía hoy es miembro de la jerarquía
oficial de la Iglesia, se ha destacado de sus colegas en esa jerarquía al tomar
una visión severa del Vaticano II. Ahora llega un teólogo italiano, el Padre
Alfredo Morselli, quien busca moderar la severidad del Arzobispo Viganò, no
exactamente defendiendo el Concilio, sino argumentando por ejemplo que no es el
único responsable de la crisis que ha sufrido la Iglesia en los años
posteriores al Concilio. Veamos su “Tesis sobre el Concilio” que ha hecho
pública en nueve puntos principales y ocho subpuntos, aquí abreviados:—
1
La crisis actual es de una gravedad sin precedentes, esencialmente
neomodernista, pero mucho más grave que la crisis modernista original de
principios del siglo XX.
2 Sin embargo, el Vaticano II no es simplemente la causa de la crisis actual,
porque:
2.1 La crisis comenzó mucho antes de 1960,
2.2 su neo-modernismo nunca habría echado raíces sin la profunda corrupción del
hombre moderno, y
2.3 De manera similar, el pontificado del Papa Francisco se preparó mucho antes
del siglo XXI.
3 Debemos distinguir entre el Concilio en sí y el post-concilio, o la secuela
del Concilio:
3.1 No se puede culpar al Concilio de todos los errores que se le atribuyen,
aunque se hayan cometido en su nombre,
3.2 El Espíritu Santo estuvo en el Concilio, por lo que no se puede decir que
no hubo nada bueno en el Concilio.
4 Los textos del Concilio incluyen fórmulas ambiguas, que dan apertura a los
neo-modernistas.
5 Casi todos estos problemas han sido resueltos posteriormente por
declaraciones oficiales de la Iglesia.
6 Los problemas representan no tanto errores como el deseo de ser inclusivos en
lugar de exclusivos.
7 Un ejemplo trágico de ese deseo es la negativa del Concilio a condenar el
comunismo.
8 Llamar “pastoral” al Concilio no significa que no haya nada dogmático en sus
pronunciamientos.
9 Sólo se puede criticar al Concilio de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia
sobre la Fe. De ahí que
9.1 La fe significa creer en Dios, es decir, aceptar y no elegir las verdades
que uno creerá.
9.2 El Magisterio de la Iglesia Católica es el que decide cuáles son las
verdades que hay que creer.
9.3 Ese Magisterio no está abierto a la interpretación privada. Sólo él puede
interpretar sus propias decisiones.
Y
ahora un breve comentario sobre cada una de estas posiciones del P. Morselli.-
1 Este punto de introducción establece hasta qué punto el P. Morselli está de acuerdo con el arzobispo Viganò. ¡Bravo!
2 ¿Quién culparía de una explosión exclusivamente al detonador? Por supuesto que debe haber explosivos.
2.1 En efecto, el Vaticano II tuvo una larga ascendencia, en particular la “Reforma” protestante y la Revolución de 1789.
2.2 Absolutamente cierto. La profunda corrupción del hombre moderno se ha ido gestando a lo largo de los siglos.
2.3 También es cierto. Cinco Papas neomodernistas en principio prepararon el sexto, pero en la práctica el les ha superado a todos.
3 ¡Cuidado! – ¿el que desata la puerta del establo, no tiene la culpa de que el caballo se haya escapado?
3.1 “Nunca quise que el caballo se escapara. Sólo quería que fuera libre para galopar en el sol”.
3.2 El Espíritu Santo impidió que el Concilio fuera aún peor, pero dejó a los obispos su libre albedrío....
4 Las mortales ambigüedades fueron plantadas por los neo-modernistas, permitiéndoles pasar por los “Católicos”.
5 Estas “aclaraciones” que el P. Morselli cree, normalmente no aclaran, sino que mantienen el problema.
6 Desgraciadamente, es el deseo de ser inclusivo lo que hace que las puertas, alguna vez cerradas firmemente, se abrieran de nuevo al error.
7 Mons. Lefebvre dijo que la negativa a condenar el comunismo estigmatizaría a este Concilio para siempre.
8 Terrible ambigüedad: el Concilio “pastoral” no era dogmático, ¡sino que debía seguirse como el dogma supremo!
9
“El veneno está en la cola” – ¡al final, el P. Morselli recurre al argumento de
la Autoridad! –
9.1
Por supuesto que debemos creer lo que realmente viene de Dios, y no elegir
nosotros mismos qué creer.
9.2
Y por supuesto, si Él exige creer, como lo hace, nos debe un Magisterio
infalible para decidir.
9.3
Pero ese Magisterio consiste en oficiales de la Iglesia falibles con libre
albedrío, que Dios no les quitará, y si, excepcionalmente, fallan en su deber,
Él espera que las ovejas los juzguen por sus frutos.
En
resumen, la severidad del Arzobispo Viganò, juzgando el Vaticano II por sus
frutos, sobrepasa la Autoridad del Padre Morselli.
Kyrie
eleison.