FRANCISCO EL DEVASTADOR
Los “intérpretes” del Papa: cobardes interesados que engañan a las almas
Amoris laetitia llegó, y junto a ella, no podía ser de otra forma, se puso en marcha la maquinaria de esa nueva profesión que tanta salida tiene hoy en día: los “intérpretes” del Papa.
Nunca vino mejor aquello de “el papel lo aguanta todo”. Da auténtico sonrojo ver como personas que, sin duda, tienen conocimiento de lo que se pretende y lo que de verdad está pasando, cierran sus ojos y sus oídos, dejando su pluma a inspiración de sus intereses. Pensando que hacen un gran servicio a la iglesia, se dedican a retorcer los textos para hacerles decir lo que ellos quieren que diga. Y eso por pensar bien de ellos, que a veces cuesta mucho.
Disculpen que me exprese con esta claridad y contundencia, pero hay veces en las que hay que hacerlo. La situación es de tal gravedad que yo les pregunto a estos “intérpretes”: ¿qué diablos necesitan ustedes para reaccionar y decir la verdad CLARAMENTE, sin rodeos ni camuflajes? ¿ver escupir a Cristo? ¿también sería “interpretable”? ¿aún no les parece grave lo que ocurre para que se dignen abrir la boca?
Por favor señores, déjense de memeces e imbecilidades, que si esto hay que interpretarlo así o asá, que si lo vemos de tal forma, y bajo no se que prisma, entonces aunque parezca que contradice la tradición, en verdad la reafirma, que no pero sí, pero sí pero no… ¡Majaderías! Pero por favor hombre, que ya somos mayorcitos y creo que no deben tomarnos por idiotas. Esto no hay por donde cogerlo, tengan valor de una vez de DEFENDER A CRISTO y no de defenderse a sí mismo, a sus puestos y salarios. ¡ESTÁN ENGAÑANDO A LAS ALMAS!
A estos intérpretes bañados de papolatría les pregunto ¿quiénes son ustedes para interpretar lo que dice el Papa? ¿no se supone que justamente la función del Pontífice es enseñar? ¿qué clase de enseñanza sería la que necesitaría interpretación a modo de libre examen luterano? Su gran contradicción es por un lado divinizar el papado atribuyéndole una infalibilidad donde no la hay y una cuasi divinización de su figura, y por otra pasar por encima de él como una apisonadora ignorando sus palabras y autoasignándose el papel de intérpretes oficiales de un Sumo Pontífice, que, por lo visto, tendría una capacidad de explicación tan corta que requeriría que los propios subordinados, a modo de mini luteros del magisterio, reinterpreten sus palabras para ser entendidas correctamente. ¡Qué disparate todo! Un inferior interpretando al Papa para hacerle decir lo contrario de lo que dice textualmente: ¡qué osadía! ¡que contradicción!
Me ha sorprendido enormemente como tras la exhortación solamente hablan los laicos ¿nadie tiene nada que decir? ¿ningún obispo, ningún cardenal, ningún sacerdote? ¿nadie? ¿a qué esperan? ¿dónde están ni siquiera los institutos tradicionales, la FSSPX, la FSSP…? No lo entiendo señores, no lo entiendo. Ya Roberto de Mattei, que hoy firma un gran artículo en Adelante la Fe, dijo hace tiempo que en esta crisis nos veríamos solos los laicos, y creo que si no es así, falta muy muy poco para que lo sea. Muchos amigos con la boca pequeña, pero a la hora de la verdad prima más el miedo y salvar el puesto que inmolarse por la Verdad.
No se si se dan cuenta de lo que estamos viviendo, tratar de camuflar la situación es ahora mismo una responsabilidad gravísima ante Dios y la Iglesia, y ya hay unos cuantos empeñados en ello. Y la camuflan tanto los que activamente tratan de tergiversar los textos, como los que viéndolo callan y siguen actuando como si todo fuera normal.
El enemigo está triturando almas cada minuto que pasa, por lo que Dios más quiera, no anestesien a las almas con su silencio o tergiversación ¡¡No sean cobardes, sean valientes, mártires!! A quien Dios le ha dado luz que hable, de lo contrario Dios se lo demandará.
Miguel Ángel Yáñez