El nuevo altar de la Basílica de Santa Maria Assunta en Gallarate (provincia de Varese, Italia) está hecho con 120 esculturas de cabezas cortadas. El autor de la espeluznante obra es Claudio Parmiggiani (1943), un artista que representa en su producción escultural cabezas cortadas de todo tipo: partidas, ensangrentadas, apiladas sobre el pavimento.
“En este altar están todos representados. Cristianos y paganos, santos y pecadores. Esta es la mesa del Señor que acoge a todos”, declaró el Arzobispo de Milán, Monseñor Mario Delpini que el último domingo consagró el Altar. En el montón está la cabeza mutilada de la Madonna de la Piedad de Miguel Ángel al lado de la del emperador gay Adriano y de otras cabezas copiadas de la obra de Bernini, Borromini y Canova con referencias a la escultura clásica hasta las obras contemporáneas. La desacralización contemporánea, fomentada por la Jerarquía Eclesiástica, ya no conoce límites.