Palabras de Monseñor Faure
Queridos amigos y bienhechores,
Los Papas Juan XXIII y Pablo VI, "inspirados por
el Espíritu Santo", nos habían prometido una primavera conciliar: era
necesario abrir las ventanas de la antigua Iglesia, acusada de encerrarse en el
pasado, para abrirse al futuro radiante que la Iglesia moderna no dejaría de
realizar, adaptada, finalmente, al hombre moderno "rey de la Tierra y
ahora príncipe de los cielos" (Pablo VI luego de la llegada a la Luna),
adaptada a la libertad de conciencia, uno de los "derechos del hombre de
1789" y fruto del "árbol del conocimiento del bien y del mal que os
abrirá los ojos y seréis como dioses" (Génesis 3, 5), también adaptada al
diálogo con los enemigos de la Iglesia para convertir a los lobos en
corderos... Diálogo que terminó tan mal como el de la fábula.
Pablo VI tuvo que reconocer que "después del concilio, el humo de Satanás invadió la Iglesia", pero se negó a admitir
la verdadera causa: el concilio mismo, caballo de Troya de las ideas de la
francmasonería, "el golpe maestro de Satanás". Después de sesenta
años de Religión Conciliar, “el pueblo ha abandonado masivamente la práctica
religiosa. La juventud le ha dado la espalda. Las vocaciones sacerdotales
tienden a desaparecer. Las iglesias son abandonadas por centenares. Este
colapso del tejido eclesial francés se explica por una causa principal: la
pastoral postconciliar, su desprecio por la Tradición de la Iglesia y la Fe de
los "viejos tiempos".
Hoy en día, el 25% de las ordenaciones en Francia se realizan bajo “la forma extraordinaria” y proceden de comunidades religiosas que han permanecido más o menos "fieles" a ciertos elementos o apariencias tradicionales, que son las únicas que atraen vocaciones.
"De este conjunto de hechos innegables se desprende que hoy en día existe una Iglesia que vive y una Iglesia que muere". (Extracto de "Testimonio de un cura rural").
Hoy en día, el 25% de las ordenaciones en Francia se realizan bajo “la forma extraordinaria” y proceden de comunidades religiosas que han permanecido más o menos "fieles" a ciertos elementos o apariencias tradicionales, que son las únicas que atraen vocaciones.
"De este conjunto de hechos innegables se desprende que hoy en día existe una Iglesia que vive y una Iglesia que muere". (Extracto de "Testimonio de un cura rural").
Los que en el Concilio, y después, nos explicaron
que la Tradición ya no interesaba a nadie y que podía -o debía- ser abandonada
sin perjudicar a la Iglesia, ¡se equivocaron! Y engañaron a los fieles y a los
sacerdotes.
Ante esta constatación de ruina completa, ¿cómo no
recordar que Nuestro Señor y los Apóstoles nos advirtieron acerca de que en los últimos
días vendrá una apostasía general, que sólo un pequeño remanente resistirá a
este torrente de iniquidad?: "cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará
fe sobre la tierra? El Si estos días no se acortaran, nadie se salvaría” (Lucas 18:8).
El resultado de esta catástrofe sin precedentes estalla
frente a estos prelados conciliares con los escándalos y el encubrimiento de
pecados contra natura (I Rom. 5, 20-32) en los que está implicada la Jerarquía hasta su más alto nivel.
"Sólo el que persevere hasta el final se
salvará." (Mat 24,13). Hasta el triunfo del Inmaculado Corazón de María,
que Ella nos prometió en Fátima.
En tanto, debemos permanecer fieles a esta
posición e intentar hacer algo en la modesta medida de los dos talentos del
Evangelio que el Señor nos ha confiado. ¡Como la pequeña guardia que no se
rinde! Este es el nombre providencial de la propiedad [La Petite Garde. Nota de NP] donde actualmente se encuentra el Seminario San Luis Grignon de Montfort, que está creciendo lenta
pero seguramente. Es así que, dentro de dos años, si Dios quiere, las primeras
ordenaciones tendrán lugar gracias a vuestra inagotable generosidad.
Que el Buen Dios y Nuestra Señora les devuelvan cien
veces más, queridos bienhechores.
Fuente: Sitio Oficial de la SAJM