Monseñor Lefebvre y el R.P. Jean Michel Faure. |
"En este drama, el arma privilegiada
del diablo para engañar a los hombres ha sido, como siempre, la ambigüedad. Las
fórmulas ambiguas, las palabras con doble sentido. Se comprende por qué el Dios
de la Verdad dijo en la Biblia “Yo odio la lengua doble”, la palabra con doble
sentido. Una vuelta completa de la situación, ¿no es a lo que asistimos
actualmente en la conducción de la FSSPX?"
"Monseñor Fellay nos dice que no hay
iglesia conciliar, que no hay más que una sola Iglesia visible, una sola Roma,
y que por lo tanto hay que reconciliarse y hacer un acuerdo con ella, teniendo
confianza en sus promesas y garantías que nos ofrecerán para permanecer tal
como somos. Promesas del lobo al cordero"
Yo nací
en Argel, Argelia, en 1941, en plena guerra mundial, en esta segunda guerra
mundial participó mi padre y mis cinco tíos, desde el principio hasta el final.
Uno de ellos, en Francia, después de la batalla del Norte, en 1940, pudo
evadirse dos veces y regresó a Argelia. En 1942, después del desembarco
americano en Argelia, pudo continuar el combate, Túnez, Italia, Francia,
Alemania. Algunos años más tarde dos oficiales estaban en Indochina y otro en
Argelia. Mis primeros recuerdos datan de esa época. Yo fui educado a 40
kilómetros de la ciudad de San Agustín en el Este de Argelia, en una escuela
católica cuyo director era el Padre Barbara, futuro director de una revista de
la resistencia católica “Fuertes en la Fe”. Mi profesor de griego, el Padre
Marchel, permanecerá también fiel a la resistencia al concilio en los Pirineos
poco después de la independencia de Argelia. Continué mis estudios en París en
Santa Cruz, y después en Argel, en 1960, el año de las barricadas.
Pequeño
recordatorio histórico: en 1958, para acceder al poder luego de una
insurrección argelina seguida de un golpe de estado militar organizado por los
amigos del general De Gaulle, este último se comprometió formalmente, después
del 13 de mayo de 1958 ante los militares y ante cientos de miles de franceses
musulmanes y europeos, a obtener para Argelia la solución más conforme a los
intereses de Francia y de la población implicada. Pero el General De Gaulle,
apenas cuatro años después, por una vuelta completa de la situación, supo
imponer la peor de las soluciones al problema Argelino, con consecuencias
catastróficas para Argelia y para Francia, que se estaba haciendo cada vez más
Argelina. Fue en esta vuelta completa de los acontecimientos que yo encuentro
una similitud con lo que está sucediendo desde hace diez años en la
Fraternidad. Esta vuelta completa fue obtenida con una habilidad consumada, por
una hazaña sin precedentes. A pesar de todos los sermones, de todas las
promesas, todas las garantías, por una serie de ambigüedades, de fórmulas
ambiguas sabia y cuidadosamente graduadas, escalonadas, que constituyen un
engaño maquiavélico sin precedente, el general De Gaulle ha impuesto, a pesar
de una fuerte resistencia, un medio de represión sin falla por medio de
numerosos cambios en el ejército y entre los funcionarios -la peor de las
soluciones- y mandó a la muerte y la tortura de miles de europeos y de decenas
de miles de harkis fieles a la civilización francesa.
En este
drama, el arma privilegiada del diablo para engañar a los hombres ha sido, como
siempre, la ambigüedad. Las fórmulas ambiguas, las palabras con doble sentido.
Se comprende por qué el Dios de la Verdad dijo en la Biblia “Yo odio la lengua
doble”, la palabra con doble sentido. Una vuelta completa de la situación, ¿no
es a lo que asistimos actualmente en la conducción de la FSSPX? Al contrario,
en sentido contrario, Monseñor Lefebvre nos ayudó a separarnos, a conservar la
distancia y nos previno en contra de la iglesia conciliar que ya no es
católica–decía él- y contra la Roma liberal y modernista que ha perdido la fe
-dijo él también.
Monseñor
Fellay nos dice que no hay iglesia conciliar, que no hay más que una sola
Iglesia visible, una sola Roma, y que por lo tanto hay que reconciliarse y
hacer un acuerdo con ella, teniendo confianza en sus promesas y garantías que
nos ofrecerán para permanecer tal como somos. Promesas del lobo al cordero.
(sigue)
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