"Si los Pastores se arrogan... el poder -con el
que Cristo no los dotó y que está en contradicción con su deber de Pastor -de
callar, de disminuir, de obliterar, aunque sea sólo un punto de la Verdad
recibida de Cristo y transmitida por su Iglesia; de alterar la administración
aunque sea de un solo Sacramento; de imponer un único rito litúrgico ambiguo,
entonces el católico, cuyo deber es preferir la muerte a la negación de una
sola verdad de Fe o a la transgresión de un solo mandamiento divino, tiene el
deber de resistir a la Autoridad, en nombre de Dios. De otra manera, ninguna
"obediencia" bastará para justificar, ante Dios la apostasía más o
menos larvada".
La Tradición Excomulgada
Carta de Monseñor Tissier de 29 de marzo de 2013 (los comentarios en rojo son nuestros):
… “durante la entrevista de 13 de junio 2012, el cardenal Levada dijo rechazar este texto [la Declaración doctrinal de Mons. Fellay] como "equívoco", ya que no cumplía con el requisito de lealtad de la Fraternidad San Pío X al magisterio conciliar. Y ese día Monseñor Fellay rechazó formalmente la sumisión requerida.
… “durante la entrevista de 13 de junio 2012, el cardenal Levada dijo rechazar este texto [la Declaración doctrinal de Mons. Fellay] como "equívoco", ya que no cumplía con el requisito de lealtad de la Fraternidad San Pío X al magisterio conciliar. Y ese día Monseñor Fellay rechazó formalmente la sumisión requerida.
Así pues, la Declaración doctrinal no es un texto
que Monseñor Fellay haya redactado espontáneamente, sino más bien un documento destinado por él para evitar a
la Fraternidad la excomunión con que la amenazaba el Cardenal. Es decir que Mons. Fellay, a fin de evitar la sanción de excomunión,
propuso a la secta conciliar la “Declaración Doctrinal” de abril de 2012, mediante
la que cede en la doctrina al declarar la legitimidad del rito bastardo, la validez
de los nuevos sacramentos, la aceptabilidad del nuevo Código de Derecho
Canónico, etc. Todo con tal de no ser
excomulgados. ¿Pero en qué quedó este principio básico
de la moral: “nunca es lícito hacer el mal para conseguir el bien”? Y el
ejemplo de los mártires ¿significa algo para Mons. Fellay? Y estas palabras de
Mons. Lefebvre, ¿todavía tienen algún valor para el Superior General?: "Si hemos sido excomulgados por una
logia masónica... Deo gratias". Lo que hizo el Superior General de la
FSSPX no es más que rehuir la Cruz de Cristo debiendo cargarla virilmente, y eso
tiene un calificativo preciso: cobardía.
Nunca antes en la historia de la FSSPX se vio cosa semejante y, en adelante,
cualquiera en la congregación se creerá con derecho a seguir el pésimo ejemplo
de Mons. Fellay. La lección es que, ante amenazas, se puede ser ambiguo en la
doctrina y ceder algo en la fe.
A pesar de sus
debilidades, este texto no concedió nada
en cuanto a la autoridad del pretendido magisterio del concilio. ¿Nada? “La completa Tradición de la fe católica debe ser el
criterio y la guía para la comprensión de las enseñanzas del Concilio Vaticano
II, el cual a su vez, ilumina –es decir profundiza y explica ulteriormente-
ciertos aspectos de la vida y de la doctrina de la Iglesia, implícitamente
presentes en ella, y aún no formulados conceptualmente” (n° 4). Y para colmo
habla de “Magisterio Pontificio posterior” (n° 5), reconociendo así la calidad
de Magisterio de la Iglesia a las enseñanzas envenenadas de los Papas modernistas.
Finalmente, Monseñor Fellay no firmó este texto Quod scripsi,
scripsi. Argumento ridículo y pueril:
firmado o no firmado, todo el mundo sabe que el responsable del documento es
Mons. Fellay, ¿o es que tenía previsto valerse de la falta de firma para negar
su relación con el documento? Lo que alguien varonil hubiera hecho en su lugar,
es redactar una negativa inequívoca y categórica a los herejes modernistas y
firmarla.
el cual fue propuesto solamente para la apreciación de
Roma, y al ser rechazado por las autoridades romanas, el documento no tuvo
ningún efecto. No tuvo el nefasto efecto buscado
por Mons. Fellay, pero sí tuvo el efecto no menos funesto de fijar la nueva posición
de la FSSPX: ahora los liberales romanos saben que el “líder de los
tradicionalistas” no tiene reparos en hacer uso de la ambigüedad en la
manifestación pública de la fe y que está dispuesto a hacer concesiones doctrinales
absolutamente inaceptables. Ahora los modernistas saben que no hay Sacerdotes de
la FSSPX que estén dispuestos a reaccionar ante la traición del Superior
General. Ahora… es cosa de tiempo.
Por
consecuencia, esta “Declaración” no puede
ser considerada como si hubiera comprometido a la FSSPX. Con su “Declaración Doctrinal”, Mons. Fellay ha puesto a la congregación
una posición de debilidad nunca vista ante la secta conciliar, y eso ciertamente
es comprometer gravemente a la FSSPX. Y usted, Mons. Tissier, deberá dar
cuentas a Dios por defender al responsable de este desastre, en lugar de
sacarlo del cargo de Superior General, cosa que usted habría logrado si se lo
hubiera propuesto, pero para usted la unidad de la congregación es más
importante que la Verdad. Dios tenga misericordia también de usted, porque pudo
salvar a la FSSPX y no quiso.
El capítulo
general de julio de 2012 estudió este texto; los capitulares tuvieron toda la libertad de denunciar sus debilidades,
lo que no dejé yo de hacer por mi parte. Los capitulares
carecen de imparcialidad, pues más del 70 % de ellos deben el derecho a formar
parte del capítulo a Mons. Fellay, que los nombró en sus cargos.
Y se concluyó
tácitamente que no había necesidad de
hacer hincapié en este asunto, ya que estaba claro que el Superior General se
arrepintió de su paso en falso y se determinó a "no hacerlo de nuevo",
como él dijo a los sacerdotes durante retiro de sacerdotes en septiembre de 2012.
Nuevo argumento pueril. Si en una empresa cualquiera el
gerente general hubiera dado un “paso en falso” semejante, habría quedado en la
calle en cosa de horas, pese a cualquier promesa de “no hacerlo de nuevo”. Por
lo demás, el Superior General jamás se ha retractado claramente. “Es que Mons.
Fellay es demasiado bueno”, hemos oído decir bobamente por ahí… ¿Ah sí? ¿Fue “demasiado
bueno” cuando expulsó con procedimientos ilegales y sin posibilidad de apelación
a los que justificadamente se escandalizaron de su “paso en falso”? ¿Es “demasiado
bueno” quien evita la Cruz por medios menos rectos? ¿Es “demasiado bueno” el
que estando a la cabeza de los tradicionalistas y teniendo el gravísimo deber
de defender la fe contra el liberalismo y el modernismo imperantes,
habitualmente hace uso de exactamente los mismos medios de que se valen los
liberales y los modernistas para destruir la Verdad, tales como la ambigüedad deliberada, la prudencia de la carne, el
secretismo indebido y la diplomacia mundana?