lunes, 14 de septiembre de 2020

COMENTARIO ELEISON Número DCLXXXVII (687) - 12 de septiembre de 2020

 


Realidad Económica

Los hombres, enmarcados en el Orden de Dios, ¿desobedecen?
Según el mismo Orden, tendrán que pagar.

Es de miopes decir que la economía no tiene nada que ver con la religión, porque la economía (las relaciones materiales entre los hombres) fluye de la política (las relaciones humanas entre los hombres), y la política (las relaciones de un hombre con sus semejantes) desciende necesariamente de sus relaciones con su Dios (su religión). En este momento los Estados Unidos han sido llevados al borde de una tremenda crisis económica, y con los EE.UU., el resto del mundo. Intentemos ver esta crisis en algo más que una simple perspectiva material, para evitar que la situación parezca no tener sentido, si y cuando muchas cosas pronto se derrumben.

El dinero juega en la vida económica de una nación un papel tan esencial como el del aceite en el motor de un coche. Es normal que el gobierno de cualquier Estado quiera controlar la creación del dinero en ese Estado. No es normal que los ciudadanos privados controlen el dinero de su Estado porque se arriesgan a hacerlo por sus propios intereses, y no por el bien común. Sin embargo, hoy en día, en todo el mundo, el dinero de los Estados está controlado por bancos centrales que son estrictamente independientes de estos Estados. En los Estados Unidos, en particular, la Constitución de 1787 establecía que el dinero del nuevo Estado debía ser creado y controlado por el gobierno (el Congreso), y esta fue la situación normal hasta 1913, cuando un consorcio de ciudadanos privados, hombres de dinero, después de muchos intentos vanos, logró por fin engañar al Congreso para que entregara a la “Reserva Federal”, su flamante banco central, todo el poder sobre el dinero de los Estados Unidos.

Estos hombres de dinero habían prometido que la Fed (Reserva Federal), como se llegó a conocer, resolvería el problema de las crisis económicas recurrentes, como el ciclo de auge y caída de la economía. No hizo nada de eso, al contrario, los empeoró aún más, como la Gran Depresión de 1929 y los años siguientes, y como ahora la Depresión de 2020 que corre el riesgo de hacer que 1929 parezca un picnic, como de despojar a los Estados Unidos de su prosperidad y esclavizar su libertad, convirtiendo a todos los ciudadanos americanos en esclavos de la deuda. La clase media pronto dejará de existir. ¿Podría haber sucedido esto si hubieran escuchado a Nuestro Señor? – imposible! El decía: “Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se os darán por añadidura”. In cambio, la media clase se había dejado hechizar por la promesa de la Fed de dinero cada vez más fácil.

Porque en la vida real el dinero es difícil de conseguir, y hay que ganarlo con el sudor de la frente de un trabajador. Esa es la economía real donde las cuentas y la renta deben ser pagadas, donde los bienes y servicios reales son producidos generando riqueza real, por ejemplo, la industria y el comercio que creó el éxito material y el prestigio de los EE.UU. Pero también está el mundo de las finanzas que se encuentra en la cima de la economía real, como Wall Street sobre Main Street, mundo en que se puede inventar alguna forma fantástica o diseñada de evitar realidades como las facturas y renta, mundo en que el dinero crece a partir de la inversión, el apalancamiento y la especulación, donde por ejemplo un joven banquero puede en pocos días arruinar un banco centenario (Barings, 1995). Es un mundo abierto a la propaganda, a la manipulación y a la fantasía, susceptible de estar cada vez menos atado al mundo real, susceptible de ser arrastrado por los sueños de una riqueza ilimitada a costa de ningún esfuerzo. ¡Este tipo de sueños no son católicos!

Pero la Reserva Federal lo dejó abierto desde 1987, en 2008 y en 2019 en particular. En 1987 Alan Greenspan se convirtió en Presidente de la Fed y comenzó a fomentar las finanzas de fantasía sobre la economía real. A los bancos comerciales se les permitió especular con el dinero de sus clientes. En 2008 su malinversión generó una enorme crisis económica, “resuelta” por la Fed empezando a crear fabulosas cantidades de “dinero” de la nada. En 2019, mientras el público estaba cada vez más enganchado al dinero de fantasía, el balance público de la Reserva Federal despegó hasta la completa irrealidad, siete trillones de dólares y contando, y ahora está estrellando la economía real con el corona-pánico, para luego “pagar” las deudas de la crisis en las que todo el mundo se mete con sus trillones irreales, pero convirtiendo al mundo entero en verdaderos esclavos.

¿Y la solución? Dios es la realidad suprema. Que los hombres vuelvan a Él, y su perspectiva de ellos cambiará totalmente, y estas fantasías de Sus enemigos comenzarán a disiparse, como la niebla en el sol de la mañana.

Kyrie eleison.