sábado, 19 de agosto de 2017

¿REGRESO AL PUNTO DE PARTIDA?




Fuente: Soladlitium Pianum (extracto)

El año 2012, Mons. Fellay anunció: “Ha habido idas y venidas, diálogos, cartas y protestas, pero regresamos al punto de partida” (Sermón de ordenaciones, Ecône, 29 de junio de 2012).
Después del ardid del “punto de partida” del 2012, nos enteramos que la FSSPX obtuvo jurisdicción para juzgar a sus propios sacerdotes en algunos casos; jurisdicción para escuchar confesiones; aprobación para ordenar sacerdotes; perdió un obispo y dos superiores de distrito y algunas comunidades religiosas antiguamente aliadas; obtuvo el respaldo de obispos y cardenales modernistas (p. ej. Schneider y Brandmuller); se reunió personalmente con el papa en Roma; apoyó el acuerdo traidor que ha estado sobre la mesa durante años; trató de calmar el nerviosismo de los fieles afirmando que tal gesto no podía ser en modo alguno una trampa; etc., etc.
Y en su mayoría, los incautos (clero y laicos) se lo tragaron todo, anzuelo, línea y plomada.
Ahora viene la última crisis sobre los matrimonios diocesanos regulados en las capillas de la FSSPX (que sujetan al clero y a los laicos al control e influencia diocesanos). En Francia, se niegan los matrimonios por algunos sacerdotes de la FSSPX cuando las parejas rechazan la delegación diocesana; Menzingen ha tenido que actuar silenciosamente sobre los jefes de los sacerdotes locales para evitar la oposición, y obtener estas delegaciones para todos estos matrimonios a nivel de Distrito (de este modo su sacerdote de la FSSPX puede mirarle a los ojos y decirle que él “no ha recibido instrucción alguna a este respecto de sus superiores”).
Sin embargo, la discordia continúa creciendo, por lo que Mons. Fellay regresó a su discurso del día de ordenaciones: es como en el juego de la oca. Casi llegábamos al final y hemos caído de la casilla: regreso a la casilla de inicio. He aquí que todo se ha venido abajo, es necesario recomenzar de cero” (Mons. Fellay durante el almuerzo después de las ordenaciones, Ecône, 29 de junio de 2017).
Cuando Mons. Fellay dice que regresamos al punto de partida, mejor afirme su sombrero: significa o que el acuerdo ya casi está listo o que está a punto de decapitar a aquellos que se han atrevido a arriesgar su pescuezo.
“Si me engañas una vez, es tu culpa; si me engañas dos veces, es mi culpa”.
Mons. Williamson ha observado que la crisis en la FSSPX es parecida en todos sus aspectos a la crisis de la Iglesia después del Vaticano II.
Un aspecto de esa analogía que no debe perderse de vista es éste:
Si se dijo de la Iglesia después del concilio que fue traicionada por aquellos que debieron defenderla, ciertamente lo mismo se aplica al destino de la FSSPX y a todos los que creen que hemos “regresado al punto de partida”.
Pero como leí en algún sitio recientemente (no recuerdo la cita, pero la observación no es mía), sólo regresaremos al punto de partida cuando Menzingen rechace la jurisdicción ordinaria para la confesión, cuando rechace las directrices pastorales para los matrimonios; revoque la Declaración del Capítulo General de 2012; reafirme que no puede haber acuerdo con Roma hasta que ésta recobre la Fe; reinstale a Mons. Williamson y a los que fueron expulsados; etc., etc., etc.
Si usted realmente cree que la FSSPX ha regresado al punto de partida en el proceso de ralliement, usted es un incauto.
Así como la crisis en la Iglesia no puede ser sanada hasta que Roma renuncie a las falsas doctrinas del Vaticano II y recupere su Tradición, tampoco puede superarse la crisis de la FSSPX hasta que ésta vuelva sobre sus pasos, deseche todas sus posiciones de compromiso y reabrace la Tradición.
Pero cualquier persona debe ser capaz de ver que esto no está cerca de suceder, sino todo lo contrario: todo el impulso en Menzingen se dirige a la dirección opuesta.
¿Regreso al punto de partida?

Ellos hablan a gente capaz de creer esos cuentos de hadas.