Viganò
Responde
Gracias a Dios por la clara y católica voz
de Viganò.
Cada semana sus palabras podrían ser la elección de estos “Comentarios”.
En
el mes de agosto un periodista de Life Site News escribió al Arzobispo Viganò,
escondido en Italia, un artículo sobre la vida cotidiana en el mundo de hoy
para los católicos que desean mantener la Fe. El título era ” Preguntas
para Viganò: Su Excelencia tiene razón sobre el Vaticano II. Pero, ¿qué cree él
que los católicos deben hacer ahora?” El Arzobispo comenzó su
respuesta del 1 de septiembre asegurando a Stephen Kokx que estaba feliz de
responder a las preguntas, porque trataban “asuntos que son muy importantes
para los fieles”. La respuesta del Arzobispo se resume aquí abajo, mientras que
al final de la misma estos “Comentarios” destacarán un punto en particular.
Kokx
le preguntó al arzobispo, “¿Quién pertenece a la Iglesia Católica y quién está
separado de ella?” El Arzobispo respondió que cualquiera que proponga alguna
de las doctrinas adulteradas del Concilio no puede ser católico. Tampoco puede
ser católico quien acepte cualquiera de esas doctrinas sabiendo
que están en ruptura con la doctrina católica inmutable. Por otra parte,
si una persona es bautizada, se considera a sí misma como católica y reconoce
la Jerarquía Católica, eso no significa necesariamente que acepte la doctrina
conciliar, o que se adhiera al equipo conciliar, sabiendo que están en ruptura
con la Tradición Católica. Ni tampoco están necesariamente fuera de la Iglesia.
Pero incluso los titulares de cargos que tienen autoridad dentro de la Iglesia
son dudosos católicos si aceptan la doctrina conciliar, sabiendo que es
contraria a la Tradición Católica. Tienen autoridad en la Iglesia, pero no
pueden ejercerla. Sólo su autoridad permite a estos conciliares afirmar que son
católicos, y no sólo miembros de una secta.
Por
lo tanto, los católicos tradicionales pertenecen a la Iglesia, y los
modernistas no. Además, los laicos fieles a la Tradición pueden y deben buscar
con frecuencia sacerdotes, comunidades e institutos que sean igualmente fieles
a la Tradición, especialmente en la celebración de la Misa. A este respecto el
clero es menos libre que el laico porque pertenece a una jerarquía que
normalmente requiere obediencia, pero tiene el mismo derecho y deber de
practicar su Fe, esa Fe que justifica y requiere
que usen el antiguo rito de la Misa. Y si la Iglesia va a levantarse de nuevo
de los varios horrores de la Nueva Iglesia, noten que la fidelidad de los
verdaderos creyentes bajo persecución es necesaria dentro de
la Iglesia, para derrotar al Modernismo.
Fue
al permanecer dentro de la Iglesia que el arzobispo Lefebvre fue un modelo de
fidelidad bajo la persecución. Su Sociedad de San Pío X fue un reproche
permanente para los modernistas, y fue habilitada para sobrevivir por las
consagraciones episcopales de 1988, para que eventualmente la verdadera Misa
pudiera ser liberada de nuevo, y el Vaticano II pudiera desenmascararse. El
obispo Tissier de Mallerais tiene razón en que por el momento existen tanto la
verdadera Iglesia como una falsa “iglesia” bajo un mismo techo, pero ese techo
es católico, por lo que pertenece a la verdadera Iglesia mientras que la falsa
Iglesia conciliar no es más que un intruso. Debemos esperar y rezar para que un
número de pastores ahora dormidos despierten para ver cómo han sido engañados.
En
esta necesaria lucha por Nuestro Señor y su Madre es un privilegio participar,
y así ayudar a revivir el honor, la fidelidad y el heroísmo. Por el sacramento
de la Confirmación, somos soldados de Cristo, y los cristianos han tenido que
participar en una gran batalla tras otra para defender la Verdad, el Bien y la
Belleza. Resistamos a los modernistas con la Verdad y la caridad. ¡Los que
practican el Modernismo tienen la culpa, no nosotros que lo denunciamos! Que
los laicos asistan a las misas que no escandalizan, sino que alimentan su
fe. Los verdaderos pastores nos serán devueltos por Dios, los falsos pastores
morirán. Que los laicos se ocupen de los buenos sacerdotes, recreen la caridad,
eviten la división y la rebelión, ofrezcan consejos respetuosos, cuestionando
no la autoridad de la Iglesia sino cómo se utiliza mal. Dios no dejará de
recompensar nuestra fidelidad y restaurar su Iglesia, atrayendo vocaciones de
familias que habrán conservado la Fe. Todos los problemas serios son problemas
humanos. Todos los problemas humanos tienen una solución católica.
¿Y
el punto a destacar? Fíjense en cómo el Arzobispo mide todo por la Verdad y la
Fe.
Kyrie eleison.