miércoles, 11 de noviembre de 2020

BREVE COMENTARIO A LA CARTA DEL P. PAGLIARANI CON OCASIÓN DE LOS 50 AÑOS DE LA FSSPX


La carta es un perfecto ejemplo de disociación entre lo que se dice: hay que combatir por Cristo, y lo que se hace: ceder gradualmente ante los herejes modernistas, enemigos de Cristo. 

La FSSPX se encuentra en ese "estado de ambigüedad y contradicción" que es típico del catolicismo liberal. Pese a ello, es evidente que quedan todavía muchos buenos sacerdotes y obras santas en la Fraternidad. 

La FSSPX no está destruida pero, al menos desde el 2012, está en claro proceso de destrucción, de autodestrucción; al aspirar a ser regularizada por la Roma actual, que es liberal, modernista y apóstata. De ahí, por ejemplo, que el P. Pagliarani se cuide de mencionar a Francisco, el Papa más descaradamente liberal desde Juan XXIII y el más escandaloso de toda la historia de la Iglesia, por decir lo menos. Compárese la carta, a este respecto, con los textos del Arzobispo Viganò, quien critica al Papa actual con la valentía y libertad de espíritu que en el pasado caracterizaron a los líderes de la Fraternidad.

Ya a ocho años de los sucesos del 2012, hay que decir que, lamentablemente, la desviación de la Fraternidad parece no ser como la caída de David -muy grave pero pasajera- sino como la del pertinaz Saúl, pues la FSSPX no da muestras de estar resuelta a abandonar la línea acuerdista de Mons. Fellay, quien -de hecho- sigue ocupando un lugar en la cúpula de la congregación.  

¿Con qué palabras habría que responder al P. Pagliarani? Pensamos que con aquellas que Mons. Lefebvre escribiera en su último libro, "Itinerario Espiritual", y que están prohibidas en la FSSPX desde el 2012: 

"Es un deber estricto, para todo sacerdote que quiera permanecer católico, el separarse de esta iglesia conciliar, en tanto que ella no regrese a la tradición del Magisterio de la Iglesia y de la fe católica.”


LEER LA CARTA DEL P. PAGLIARANI